IX

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Cuando llegamos, todo era emoción. Por primera vez, después de tanto tiempo, Hiyori sonreía, se emocionaba, era feliz. Volvió a ser la misma de antes. O eso creímos
No podíamos perdir más.

A veces mamá quería ir de aventurera, pero Hiyori la molestaba por diversión, recordándole todos aquellas locas anécdotas que pasaron juntos.

De ves en cuando, por las noches, mirada desde la ventana de su habitación, a ver la luna y siempre cargaba su libro favorito. El libro que Mark le había regalado, por cumplir meses de novios. Ella nos contó que él vio ese libro en la biblioteca y pensó en ella, por tanta poesía que contenía. En la última página su libro, tenía escrita en letra cursiva: "Tu belleza es arte en poesía, hermosa y a veces inexplicable. 05/09♡ ㅡMark".
A veces lloraba cada que leí un poema que contenía ese libro. Posiblemente para no olvidar a Mark. O sólo para invocar su recuerdo.
Había descubierto, que su poesía favorita tenía una rosa marchita y que la besaba.

Hiyori había hecho amigos rápido, pero a mi me costaba mucho.

Una vez se metió la loca idea de que quería ser doctora, pero cómo le temía mucho a la sangre, así que olvido esa loca idea, porque no lo podía lograr no desmayarse al ver la sangre.

Ella se había hecho voluntaria en un asilo de ancianos. Les leía un cuento, a veces jugaban a poker, a veces los acompañaba a caminar por los alrededores.
Pensaba que, lo hacía sólo para que no sintiera, ese hueco en su corazón, que a veces la atormentaba.

En sus tiempos libres, estudiaba francés y japonés. "Sólo por diversión" decía ella.

Le había robado la pipa a papá. "No fumes Hiyori, es malo" dijo papá al descubrir lo que hacía. "Papá, déjame probar un poco el sabor del vivir" dijo ella. Por alguna razón, aquellas palabras que había dicho ella, le llegaron a papá, tanto que le permitió hacerlo, sólo si ella se portaba bien.

Se tatuo dos veces y un persing en el ombligo. A mamá casi le dio un ataque. "¿A hora en vas a trabajar? Nadie te va a dar un trabajo", gritó mi madre histérica. "Sólo tenemos un cuerpo y sólo vivimos una vez". Nadie decía nada.

Había adoptado un conejo, pero un día durmió con él y amaneció con ronchas, en toda la piel. Era alérgica al pelo del conejo. Después adoptó un gatito y rasguñaba a papá, él gatito lo odiaba.

Era adicta al Yaoi y a veces compraba, mangas o cosas absurdas, en online. "Sólo, sólo.. por diversión".

Se había bebido todo y embriagado con el tequila que mi madre había comprado una vez, cuando viajó a México.

En fin, hizo muchas locuras. Pero siempre tenía tenía una sonrisa de oreja a oreja. Parecía que disfrutaba de la vida, cómo si fuera la última.

Pero.. siempre hay un pero.

A finales de febrero, fue cuando todo empeoró. Hiyori tenía moretones, se sentía cansancio, estaba más pálida de lo normal, no tenía apetito y perdió mucho peso. Mamá la llevo al médico. Y le hicieron análisis de todo lo posible, para comprobar si tenía algo.

Fue cuándo la citaron, para hablar con ella y con mis padres. "Familia Seol, su hija tiene ALL, leucemia linfablástica aguda".

Al princio, nada podía creérselo, en ese momento.

Hiyori jamás bajo la mirada. La tuvo firme, pues ella tenía una gran vida por delante, no iba a permitir que eso la derrotara.

Sus ánimos me sorprendía. Era cómo si ella, quisiera vivir.

Hiyori si antes valoraba mucho la vida, ahora la valoraba aún más, reía más, quería pasar en familia, evitaba pelear con todo.

Era todo una guerrera.

"Hiyori" dije a la vez que le tocaba la rodilla. Estaba sentada, mientras limpiaba mi violín, y ella leí un libro, llamado "Amor en tiempos de cólera", a la vez que jugueteaba con un mechón de cabello mío, con sus dedos. Había pasado tan sólo 5 meses, y ella había perdido todo su cabello por las quimioterapias. Usaba turbantes al rededor de su cabeza o sombreros. A pesar de eso, aún tenía esa belleza que la describía. "¿Hmm?" Dijo ella sin despegar los ojos de su libro. "Quiero ser doctora" dije ahora mirándola. "Pero tu sueño era ser una gran compositora de música clásica y tocar en las grandes orquestas del mundo" dijo, ella seguía aún sin mirarme. "Quiero cumplir tu sueño de ser una doctora, y te sientas orgullosa de mi" dije, ella dejo caer lentamente el mechón de cabello, que tenía entre sus dedos, y bajo el libro, dejando un dedo en las páginas que estaba leyendo. "Escuchame ___, no porque ese haya sido mi "sueño", signifique que tu tengas que hacerlo, ya que yo no pude. Tu tienes tus propios sueños, y yo los míos. Nunca sigas los sueños de otros, sigos los tuyos. Y ___, siempre estaré orgullosa de ti, hagas lo que hagas, siempre lo estaré, pero me orgullecé aún más ser tu hermana. Ese es mi consejo" dijo y me regaló un sonrisa. Yo me levanté y la abracé con fuerza.

Ella la misma. No había cambiando. Seguía siendo Hiyori.

Pasaron los meses, ella seguía luchando pero cada quimioterapia, era verla más vulnerable.

"Hiyori" dije, mirándola con emoción. "¿Hmm?" Dijo ella mientras leía otro libro, "Querido John". A veces, verla leer, por las tardes, era algo hermoso. "Tal vez, no debo preguntarte esto.", dije y ella bufo. "Ten la confianza de preguntarme todo lo que quieras" bajo el libro y me miro. Ella estaba en su silla y yo en el suelo sentada. ¿Extrañas a Mark?, Hiyori parpadeo dos veces y luego sonrió. "Por supuesto". Ella desvió la mirada cómo si tratase de aplastar una mosca con la mirada, y pude notar ver que sus ojos se llenaban de lágrimas. Y sonrió en el aire.


Pero un 22 de Julio en la madrugada, mientras dormía en el hospital, su corazón se detuvo, mientras dormía.
Días antes, ella había recaído. Todos rezabamos, con tanta fuerza, tratando de que escucharan nuestras plegarias. Tratando de esperar un milagro. Creí que había a ganar la lucha. Que nos dirían que ella estaba mejor. Que se levantaria de la cama, por si sola. Que no sufría más sus quimioterapias.

Pero posiblemente, estaba siendo egoísta. Tenía que dejarla ir.

Siempre la recordaré como una luchadora, porque lucho 18 largos meses. 18 meses que nadie perdió la fe, la esperanza, gracias a ella.
Ella te recordaba cómo valorar la vida, por la vida, se va en un segundo.

Ella sufrió demasiado, pero siempre tuvo la cabeza en alto, pero ella no se dio por vencida. Siempre encontraba el sentido bueno de la vida, el vivir y disfrutar. Nunca quería que estuviéramos tristes y decaídos, "la vida se tiene que disfrutar al máximo" decía ella.

Han pasado dos años, dos increíbles años. Siento como si ella no hubiera muerta, si no que está en alguna parte del mundo, de viaje. A veces le lloró, por las noches, por es inevitable no convocar su recuerdo y si hablo de ella, aún siento ese nudo en la garganta. Es inevitable no sentir que ella no está, la extraño como, nadie se lo imagina. Tal vez, ella no quiera que le lloré, pero es que tan doloroso. Quisiera abrazarla y besarla, oler su perfume, no sentir éste vacío.


ㅡY esa es la historia resumida de Hiyori ㅡno había notado las lágrimas que corrían por mis mejillas.
Kook, tomo las mangas de su pijama de pikachu, seco mis lágrimas.
Me regaló una sonrisa.
ㅡ¿Quieres una abrazo? ㅡmurmuró.
No respondí, sólo lo abracé, él respondió mi abrazo.
ㅡYo sé, que ella está orgullosa de ti y que siempre te cuida.
ㅡGracias Kook ㅡdije entre sollozos.

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Holi~^.^~ espero que les haya gustado. Voten y comenten, así sabré si les gusta está historia.
¿Les cayó bien Hiyori? ¿Qué opinan de ella? Comenten.♡
Pd: Tenía planeado poner la pijama de Jungkooks de un Kigurumi pero... Joder, pero es que, se ve adorable, con uno de Pikachu. Vale, vale, me calmo.

Byee~♡

Adagio ➳ j.kDonde viven las historias. Descúbrelo ahora