XXXV

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Iba con pantalones cortos, camiseta de botones y estaba sudando. Se me aceleró el puso nada más reconocerlo; casi dejo de respirar. Me sentí mal. Estaba sudando y su cuerpo temblaba por la fiebre.
No saludé, haciendo una demostración de mala educación.
ㅡ¿Porqué demonios no has ido al maldito doctor? ㅡexclamé segundos después de verlo parado en el umbral de la puerta.
ㅡTe dijo Hope, ¿cierto?
ㅡQué importa quien me haya dicho. Ahora responde. ¿Porqué no has ido al doctor? ㅡentré sin invitación.
Kook se fue a recostar en el sillón, ignorando mis preguntas.
Noté que el departamento era un desorden; había sábanas en el suelo, miles de papeles tirados, platos y vasos en la mesita de estar. Caminé hacía la cocina. Igual todo era un desorden. Platos sucios, cartones de pizza y de soda.
Dios mío.
Me acerqué a Kook. Sabía que no debería ser grosera en estos momento con él.
ㅡ¿Cómo sigues?
ㅡDepende de como lo preguntes ㅡme quedé callada esperando que dijera algo más. Él respiró profundoㅡ. Siento los brazos agarrotados, me duele mi espalda y esta camisa parece vidrio molido carcomiéndome la piel.
No sabía qué se sentía tan mal.
ㅡ¿Qué llevas en esa bolsa?
Giré para ver la bolsa que tenía entre mis manos. Lo había olvidado por completo.
Había comparado algunas cosas para preparar de comer para él.
ㅡNegué con la cabezaㅡ. Quedate aquí... Prepararé algo. ¿Ya comiste?
Negó con la cabeza sin mirarme.
Exhalé irritada.

...

Lo miré profundamente dormido en el sillón. Pero aún se miraba terrible, estaba pálido, con los labios hinchados y secos, las ojeras se le marcaban más.
Sin notarlo, jaló de mi brazo, cayendo al sillón junto a él, y atrayendome hacia su cuerpo.
Estaba riendo. Parecía que disfrutaba sorprenderme cada que podía.
Su aliento estaba caliente. Y olía a chocolate.
ㅡ¿Haz tomado chocolate, Kook?
Él río por lo bajo.
ㅡSi, sólo un poco.
ㅡEl chocolate no te quitará la fiebre.
ㅡAl menos lo intenté.
Él bajo la mirada, a la vez que sonreía tiernamente haciendo que igual yo lo hiciera. Jugaba con mis dedos.
ㅡVamos, tienes que comer algo. Así jamás se te quitará la fiebre.
Estuve a punto de levantarme pero Kook me aplastó más, abrazándome.
ㅡEspera ㅡsusurró élㅡ. ¿Aún sigues... molesta?
ㅡ¿De qué?
ㅡ¿Cómo qué de qué? Lo de Jeff.
ㅡCreí que hablabas de que sí estaba molesta porque no me dijiste que estabas enfermo.
ㅡNo. Yo sé que también estás molesta por eso. No necesito preguntarte.
Refunfuñé.
ㅡ¿Entonces?
ㅡSí. Un poco.
Habían pasado tantas cosas.
ㅡ¿Haz hablado con él? ㅡnegué con la cabezaㅡ. ¿Y qué esperas?
ㅡNo quiero hablar con él.
ㅡPero...
ㅡNo es tema de discusión... Ahora ven y come.
Me levanté y después él.
Unos palillos, un plato redondo hondo lleno de ramen, estaba sobre la mesa.
Sabía que Jungkook no comería mucho en esa situación.
ㅡ¿Qué es esto?
Miraba raro el plato que había preparado para él.
ㅡEs ramen, huevo y carne. Pude cocinar algo mejor, pero fue lo único que se me ocurrió ㅡsiguió mirándolo extrañoㅡ. ¡No lo comas si no lo quieres, yo...
ㅡEstá bien. Lo comeré.
Le acerque el plato lleno de sopa, sin embargo las manos de Kook le temblaban. Lo miré por unos segundos-. Lo hare yo ㅡdije acercando los palillos con ramen, a su boca. Kook apretó los labios y desvío la mirada, después miró los fideos y abrió la boca.
ㅡ¡Ahhmm!
ㅡ¿Está bueno? -susurré nerviosa. Por alguna razón me preocupaba a lo que dijera.
ㅡCuando terminé... ㅡmasticaba con los ojos cerradosㅡ. Te diré.
ㅡEstá bien.

...

ㅡ¿Contactaste a tus padres?
ㅡNo hay necesidad de eso. Es una simple fiebre.
ㅡEntonces, ¿porqué no fuiste al doctor?
ㅡNo me gustan los hospitales.
Kook se había comido todo el ramen que había preparado
ㅡEs locura.
ㅡUna locura es lo que acabas de hacer; llegar haciendo un escándalo.
Me encogí de hombros.
ㅡPabo... Estaba preocupada por ti...
Hubo un silencio.
ㅡEstaba delicioso.
ㅡ¿EH?
ㅡEl ramen... Estaba delicioso... Además es el primer ramen que has cocinado para mí.
Me puse como tomate.
Seguramente Kook estaba delirando por la fiebre.
Se encontraba sudando gracias a lo caliente del ramen.
Le toqué la frente con la palma de mi mano para verificar su temperatura, la cual era demasiada elevada al tacto.
Mierda. La fiebre había subido.
ㅡEspera aquí ㅡno le di tiempo a responder, pues salí casi corriendo y busqué por todos lados un recipiente para echar agua y un pañuelo, y a paso rápido volví a la salaㅡ. Quítate la camisa.
Él me miró sorprendido por mis palabras.
ㅡ¿Ehh?
ㅡTe limpiare el sudor, servirá para bajar la fiebreㅡ expliqué.
Sin esperar a que él reaccionará me acerqué más y dirigí mis manos a los botones de su camisa.
Cuidadosamente le quité la camisa.
ㅡQuedate así.
Noté que Kook miraba como remojaba el pañuelo y luego lo posaba en su brazo
ㅡ¡Mierda! ㅡexclamó él al sentir el frío al tacto. Sin prestarle atención continúe restregando el pañuelo contra su cuerpo, por su hombro y su cuello.
ㅡ¿Porque no me dijiste que irías a Donggul? ㅡsusurré.
ㅡEra un día de chicos.
ㅡ¿Ese es el motivo de verdad?
Kook se quedó serio.
Remoje el pañuelo nuevamente y lo posé en su nuca causándole un escalofrío.
ㅡSabía que te enojarías.
ㅡEstás en lo cierto... El agua se encuentra fría por el clima que hay ahí. ¿No has visto las noticias?
ㅡNosotros no lo sabíamos.
ㅡ¿Los demás chicos están bien?
ㅡSólo amanecieron acalambrados y con dolor de cabeza. Nada grave.
ㅡHagamos algo.
Me detuve para que Kook me mirará.
ㅡPrometeme que no irás de nuevo, y menos en estos tiempos. No puede concentrarme sabiendo que tu también estás saltando de Dangul con temperatura congelador.
ㅡBien, lo prometo.
ㅡBien ㅡle sonreírㅡ. Gira un poco.
Kook obedeció, quedándose inmóvil.
Le pasé el pañuelo por toda su ancha espalda.
No dijo nada pues sabía que sentía tan bien y ya había cerrado los ojos para disfrutar del contacto.
ㅡGira de nuevo ㅡsusurré de nuevo.
Kook abrió sus ojos cuando pasé pañuelo por su clavícula; lo sentí temblar.
Se sentía extraño estar en ésta situación; me ponía nerviosa. Y más cuando pasas un pañuelo por casi todo el cuerpo de un chico; peor si el te gusta demasiado.
Kook prestaba atención a mi reacciones cuando pasaba el pañuelo.
Por afuera, parecía calmada, pero por dentro sentía que moría por cada moviento, tacto que hacía mi mano.
Pasé por último el pañuelo desde su clavícula hasta su abdomen en un delicado vaivén; parecía hipnotizado.
ㅡRecuestate.
Le ayudé a acomodarse en el sillón, poniéndole unas almohadas con tal que quedará boca arriba.
Me arrodillé frente al sillón, remojé otro pañuelo con el agua y lo coloqué en la frente de Kook.
Él abrió los ojos ante el contacto con el pañuelo.
ㅡMe has leído la mente ㅡdijo pesadamente.
Sonreír levemente.
ㅡ¿Como te sientes?
Cerró los ojos y dijo:
ㅡSiento que la cabeza me va a explotar... Pero, mucho mejor.
ㅡLo sé. ¿Quieres dormir? ㅡasintió con la cabeza suavementeㅡ. Trata de dormir.
ㅡ¿Te quedaras aquí, hasta que despierte?ㅡ preguntó entre abriendo los ojos.
ㅡSí, no te preocupes. Aquí estaré ㅡle prometí con una sonrisa.

Adagio ➳ j.kDonde viven las historias. Descúbrelo ahora