XXXVII

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JUNGKOOK.

ㅡTe gustan los conciertos? ㅡexclamé tratando de sacar algún tema de conversación.
___ se había pasado tocando el piano todo el día sin parar; se veía más concentrada que otros días y más cansada. Parecía que no dormía nada. Y eso me preocupaba. Tal vez se desvelaba pensando en como sería su audición en Abril. Tenía que distraerla un poco; no quería que se enfermará o se esforzará de más.

ㅡNo ㅡsusurró con la mirada aún en el piano.
ㅡ¿Qué... Cómo? ㅡella se sobresalto al ver mi reacción a mi respuestaㅡ. ¿Por qué?
Ella levantó y dejó caer sus hombros.
ㅡNo lo sé. Creo que no me gustan ㅡmintió ___. Era tan obvio cuando mentía. El tono de su voz con una pizca de sarcasmo y el cómo muerde sus labios.

Comenzó a mordesquear la uña de su dedo índice mirando las teclas de piano.
Posiblemente algo ocultaba.

Ella me sonrió y negó con la cabeza.
ㅡPero... ¿Qué haré entonces...? ㅡdije llevando mis manos a mi nuca. Parecía que lograba su atenciónㅡ. Yo tenía una sorpresa...
Me miró sorprendida.
ㅡ¿Una sorpresa? ¿Qué es?
Negué con la cabeza.
ㅡSi te digo, ya no será una sorpresa.

Juntó sus manos mientras hacía pucheros.
ㅡ¡Diiiimmeeeeee! ㅡnegué con la cabeza. En ese momento dejó de hacer pucheros y comenzó a pellizcar y estirar mis cachetesㅡ. Poorrrfavoorrr. Siiiiiiii.
ㅡOkeytelodire ㅡ soltó mis cachetes y se quedó quieta.

ㅡTengo boletos para ver a Eirini Catherine... ¿Acholin...?
ㅡ¿Achouline?
ㅡSi, ella.
Ella abrió la boca.
ㅡEirini Catherine Achouline. ¿Bromeas... cierto?

Negué con la cabeza.
Se levantó gritando y comenzó a saltar y decir qué no lo podía creer.
Después se sentó de nuevo a un lado mío.

ㅡPero... ㅡdije con voz sería. Quería hacerla preocupar.
ㅡ¿Aaahh? ¿Perooo...?
La miré a los ojos. Noté un brillo en ellos.
ㅡLos boletos son para esta noche.
Abrió los ojos como platos.
Le giñé un ojo y comencé a tocar el piano.

***

"____"

No tenía ni idea de que me pondría; pero terminé con un crop top de tirantes bordado a mano en negro y una falda recta hasta las rodillas del mismo color y el mismo estilo de bordado y zapatillas de plataforma negros.

Aún me estaba arreglando frente al espejo; por alguna extraña razón volví a imaginar lo que pasaría esta noche. Pero no sólo eso, si no también cosas del pasado.

Mi padre es amante de la música clásica, le encantaba ir a los conciertos y escuchar grandes músicos, bandas e incluso ópera. Fue a la edad de 8 años que papá me invitó a acompañarlo. Era la primera vez que estaría en aquél lugar, escuchando a desconocidos tocando instrumentos.

Creí que papá tenía una extraña obsesión por esta música, pues al ser pequeña me causaba cierta somnolencia.

Él quiso que me arreglará elegantemente, pues decía que, hay asistía gente elegante y de buenos valores; pero a cierto vista no lo parecía. Antes de comenzará el concierto y las personas encontrará sus asientos, noté más gente de edad avanzada, y en vez de verse educados parecían amargados por sus caras largas.

Papá me pidió que tomará asiento, porque anunciarian el comienzo del concierto. En esa noche, presentaron a dos jóvenes que se unirían al elenco y presentarían por primera vez su talento a tal publico. Sus nombres eran: un tal Jea y Eirini Catherine Achouline.

Aquél recuerdo era borroso, pues no recordaba la imagen del chico; pero recordaba perfectamente a la chica; pues al día siguiente, había visto su foto y parte de su biografía en el periódico:

Adagio ➳ j.kDonde viven las historias. Descúbrelo ahora