Capítulo IX

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Su trasero dolió cuando sintió el contacto con el frío suelo y por un momento pensó que la pintura verde que se metía por su nariz lo dejaría sin respirar.

La gente se reía a su alrededor y YoonGi no hizo más que intentar esconderse, cosa imposible. Deseó convertirme en esa pegajosa pintura verde que cubría todo su debilucho cuerpo.

Desde el principio de su existencia nunca existió un YoonGi hiperactivo o gruñón, pero últimamente se volvió una persona muy deprimente, especialmente por no tener con quién soportar todo. Primero, Tae no estaba. Segundo, JiMin seguía con su mierda contra él. Tercero, no tenía ni puta idea de qué hacía JungKook cuando salía de su departamento. Y cuarto, su padre estaba experimentando con las pastillas que le indicó el médico, cosa que podía significar un posible atentando contra su madre y él.

Estaba preocupado y estresado. Estúpidamente lo único que quería era ver a TaeHyung con esas estúpidas sonrisas suyas que lo hacían sonreír a él también; pero su amigo no estaba. El único que se encontraba ahí era JiMin con un cubo de pintura mientras reía sin parar junto a sus amigos, riéndose de él.

Intentó levantarse otra vez, cosa que logró hacer correctamente.

—¿Qué pasó? —Una voz resonó en sus oídos, pero no pudo ni quiso escuchar nada. Solo deseaba llegar a casa y dormir—. ¡JiMin! ¡YoonGi! —Movió la vista del piso para dirigirla hacia el profesor que los miraba con el ceño fruncido.

La gente que estaba alrededor de a poco acallaron sus risas y ellos dos fueron apartados disimuladamente de la escena.

—Ustedes dos, síganme —habló el hombre y YoonGi caminó con cuidado hacia él, abriendo los brazos para intentar mantener el equilibrio sobre el resbaloso piso. El profesor lo volteó a ver, hizo una mueca y lo apuntó—. Llamaré a tu casa para ver si pueden traerte algo para que te cambies. Después de eso hablaremos.

Se quedó quieto donde estaba para no ensuciar más de lo que ya lo hacía. Desvió la vista de la puerta por donde ingresó el profesor y se encontró con JiMin, quien tecleaba entretenido en su teléfono y reía sin razón aparente. Se sorprendió al verlo; definitivamente cada vez le asombraba más, especialmente si recordaba esa vez que lo llevó hasta al hogar que antes JungKook compartía con TaeHyung o aquella cuando comieron de una deliciosa y elegante cena o concretamente esa vez que despertaron desnudos en la habitación de un motel gay. YoonGi creyó que esa fue la primera vez que vivió algo tan extraño, especialmente con un ser tan inusual y cambiante como lo era JiMin.

Después de unos minutos de espera vio a su madre a lo lejos correr hacia él con un bolso en mano. Cuando llegó a su lado lo miró preocupada y él solo sonrió para calmarla.

—¿Qué pasó? —preguntó ella acercando sus manos, aunque no lo tocó.

—Accidentalmente JiMin volcó un tarro de pintura sobre mí —mintió y le dio una falsa sonrisa.

—¿JiMin? —preguntó ella frunciendo el ceño.

—Hola, señora Min. —La voz de JiMin provino de uno de sus costados.

—Oh... JiMin. ¿Cómo estás, tesoro? —dijo su madre sonriendo.

—Muy bien, gracias —contestó el contrario sonriéndole a la mujer.

—Fue un gusto verte, JiMin, pero me tengo que ir. —Su madre le mandó un beso antes de  caminar por donde vino—. Nos vemos en casa.

—¿Ya llegaron tus cosas? —El profesor se hizo presente—. Necesito hablar contigo. —La mirada se dirigió hacia JiMin, así que YoonGi caminó hacia las duchas.

Por suerte su madre le llevó todo lo necesario, así que se bañó cómodamente y luego se cambió. Incluso se puso un poco de perfume que encontró dentro del bolso.

From what to what? • || JimSu ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora