Encuentro I

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[NamJoon — SeokJin].

—Entiendo —murmuró al aparato que mantenía cerca de su oreja mientras cerraba la puerta del auto y activaba la alarma.

—No quiero que te equivoques, NamJoon. Asegúrate que esté todo correcto —le reiteró su padre a través del teléfono.

—Te aseguro que estará todo bien —repitió con insistencia y de manera cansada.

—Si lo haces mal te irás a Japón con tus abuelos, así que asegúrate que esté perfecto.

Caminó a paso rápido hacia la tienda—. Lo volveré a revisar. Adiós —zanjó y cortó la llamada.

Abrió las pesadas puertas de vidrio y se adentró en el local. Caminó hasta el refrigerador expositor donde estaban las bebidas. Al verse en el reflejo del espejo se acomodó rápidamente la corbata y su rubio cabello. Abrió la máquina y sacó el primer embace que encontró.

No podían irse a Japón, no ahora.

Caminó hasta la caja mientras leía la etiqueta del jugo y se detuvo a medio camino, aún sin quitar la mirada del embace.

Lanzó la botella lejos, haciendo que se estrelle contra el suelo, de repente viéndose demasiado afectado por sus emociones.

—¡Hey! ¡¿Qué te pasa?! —le gritó alguien a lo lejos.

Se llevó una mano a la cara mientras cerraba los ojos y los apretaba fuertemente. Mordió sus labios para no ponerse a llorar como un crío ahí mismo.

—Lo siento mucho —murmuró con la voz entrecortada mientras se agachaba para recoger los vidrios rotos con desgano.

—¡Cuidado! —dijo el chico acercándose a él y suspiró cuando vio como de uno de sus dedos empezaba a gotear sangre.

Se dejó caer en el suelo y llevó las dos manos a la cara para cubrir el nuevo llanto que se avecinaba.

Sentía vergüenza de solo escuchar sus propios sollozos, pero no hizo más que quedarse en esa posición por unos minutos. Cuando se pudo tranquilizar se pasó las manos por la cara para limpiarse los rastros del llanto y tiró de su corbata para que dejara de ahorcarlo.

—Yo... —intentó decir, pero terminó acallándose porque al levantar la mirada logró darse cuenta de donde estaba realmente.

Le sorprendió bastante que Jin estuviera ahí, delante de él, con un delantal rojo y la mano suavemente apoyada en su hombro.

¿Dónde mierda estaba?

—Lo siento mucho. —Se levantó con cuidado mientras veía el desastre que causó.

—¿Estás bien? —preguntó el otro con el ceño levemente fruncido. Se veía preocupado.

Asentió porque se sentía lo suficientemente avergonzado como para decirle una palabra coherente. No obstante, el otro no pareció esperar algo de él porque lo tomó suavemente por uno de los hombros y lo llevó hasta una de las sillas que estaban a un lado de la larga mesilla cerca del ventanal.

—Solo quédate aquí —dijo para después irse a un pequeño cuarto que estaba a un costado de la caja.

NamJoon se sacó el saco junto con la corbata y los dejó sobre la mesilla en la cual se mantenía apoyado. Desabotonó el primer botón de su camisa y se llevó las manos a la cara para cubrirla nuevamente.

—Que desastre —murmuró para sí mismo.

No podía irse a Japón, no ahora. Estaba llegando demasiado lejos como para perderlo todo en un solo momento.

—Toma.

Se volteó un poco asustado, encontrándose al castaño entregándole otra botella de jugo, igual a la que iba a beber anteriormente. Se giró para ver el desastre que causó, aunque todo ya desapareció, Jin lo limpió.

—Gracias —dijo tomando la botella que Jin le tendía.

El chico acomodó una de las sillas que estaba a su lado para tomar asiento.

—Disculpa... ¿Tú eres quién pidió mi número de teléfono?

Sonrió ladinamente sin gracia alguna. Se le había olvidado que ese era el chico que lo rechazó hace unos días. De igual manera le asintió.

—¿Algo va mal? —preguntó el castaño acercando más la cara a la suya, supuso que lo hizo porque él intentaba huir de los ojos del otro.

Cuando lo tuvo delante lo miró por unos segundos a los ojos y de seguro hizo lo peor que podría hacer; en un rápido movimiento pegó sus labios a los ajenos y rápidamente hizo más brusco el contacto. Jin se quedó estático y logró besarlo por unos segundos, pero después el empleado lo empujó, haciendo que se fue hacia atrás y casi cayera de la silla.

—¡¿Q-Qué haces?! —El contrario movió rápidamente las manos por delante de su rostro.

—Yo... —Se enderezó mejor en la silla, sin saber qué contestar. ¿Qué mierda hizo?

—¿Estás obsesionado conmigo o algo? —preguntó abriendo sus ojos de manera asustada. La mirada de NamJoon se dirigió hasta la mesa blanca en la que apoyaba sus codos.

—No estoy obsesionado contigo —murmuró mirándolo directo a los ojos porque no mentía.

—Entonces ¿por qué haces estas cosas? —le preguntó el contrario aún alterado y él solo se encogió de hombros.

—Creo que me gustas —mintió mirando a través de la ventana en un intento de aparentar desinterés.

—¿Qué? ¿Y-Yo...?

Lo miró después de unos segundos en los que no dijo nada y le sonrió—. Voy a intentarlo.

—¿Intentar qué? —preguntó el otro acerándose a él de manera asustada, como si quisiera escuchar claramente lo que le tenía que decir.

—Conquistarte —dijo sonriendo de medio lado—. Disculpa por todo el problema que causé.

NamJoon se levantó de la mesa y metió la mano en uno de los bolsillo de sus pantalones, saquó su billetera y dejó sobre la mesa el dinero más que necesario para pagar las dos bebidas. Tomó sus cosas, caminó hacia la puerta de cristal que daba la entrada a la tienda y salió por ella.

—¡Hey!

Se volteó antes de bajar por completo el escalón para encaminarse a mi auto.

—¿Qué? —preguntó fingiendo desinterés.

—¿Cuál es tu nombre? —preguntó el castaño y pasó la lengua por sobre sus labios inconscientemente.

—Me llamo NamJoon —dijo con una sonrisa y volvió a girarse para caminar hacia su auto—. ¡Ah! Casi se me olvida...

De un gran paso se acercó hasta Jin para tomarlo por las mejillas y volver a besarlo, aunque el contacto fue mucho más efímero que el de hace un rato, efectuado sencillamente con la intención de molestar al otro.

—¡No hagas eso! —dijo el chico pegándole levemente en el brazo en cuanto se separaron.

From what to what? • || JimSu ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora