Capítulo XXXV

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—Creo que deberías detenerte —murmuró al ver como el castaño se frotaba los ojos con los puños cerrados.

JiMin le obedeció al cabo de unos pocos minutos de bufidos y se orilló a un lado de la oscura carretera.

Salieron demasiado tarde de la casa de sus abuelos, ocasionando que ingresaran a la carretera ya entrada la noche.

—¿Por qué estás tan cansado?

—No pude dormir bien. —El castaño se pasó las manos por la cara con desesperación.

—¿Por qué? —Subió un poco la calefacción. La noche se volvió demasiado fría.

—Porque dormí contigo. —El chico solo fijó su mirada en la oscuridad que rodeaba el auto y en como los vehículos viajaban a gran velocidad a tan solo unos metros.

—¿Qué tiene que ver eso? —Frunció el ceño.

—Te subiste sobre mí y yo te aparté...

—¿Así que quieres follarme desde hace unos días?

JiMin pestañeó unas cuantas veces, casi sin creérselo—. Maldición... Que sucio sonaste.

Se mordió el labio inferior. No supo si podía tener ese tipo de confianza con JiMin, pero teniendo en cuenta que ya eran novios supuso que no debería preocuparse por ello.

—JiMin... —lo llamó cuidadosamente y el aludido se volteó a mirarlo—, ¿lo has hecho en un auto?

—No creo recordar... ¡¿Qué estás pensando?!

Rio infantinamente cuando el otro se giró a mirarlo. Se tragó toda la timidez y habló—: ¿Qué tal si lo hacemos aquí y ahora?

—¡¿Qué?! ¿Ahora?

Rápidamente se movió en el poco espacio y tomó la manilla del asiento contiguo antes de hacer que este se trasladara hacia atrás. Ya con más espacio se subió sobre al regazo del otro e intentó acoplarse entre el pecho ajeno y el manubrio del auto. Tomó otra de las manillas que estaba a un costado del asiento y bajó un poco el respaldo, solo lo suficiente para moverse sobre el castaño sin sentirse muy aprisionado.

—YoonGi, no creo que... —Llevó rápidamente la boca hacia los labios ajenos para callarlo. No quiso que pusiera excusas. De algún modo YoonGi también sintió que lo necesitaba—. No creo que...

—¿Por qué te opones?

Siempre era JiMin quien iniciaba los encuentros sexuales y eso lo hizo sentir un poco temeroso, pero no podía esperar que el otro siempre empezara todo.

—Es que... Bueno, ahora somos novios y yo...

—Solo hagámoslo. —Se acercó para besarle delicadamente el cuello, intentando que de esa manera se relajara un poco.

—YoonGi...

—JiMin... —Se alejó y el contrario se apoyó sobre sus codos.

—Está bien —mención el otro con seguridad para luego sonreírle con picardía—. Hagámoslo.

Para su sorpresa, el castaño rápidamente bajó el cierre de su chaqueta y la deslizó por sus brazos para luego tirarla hacia el asiento en el que estuvo sentado. El chico lo tomó fuertemente del trasero para acomodarlo mejor mientras sus labios se acercaban hasta su cuello con la intención de besarlo y morderlo con vehemencia. Después de unos segundos sintió como las manos frías se introducían por debajo de su camiseta y rozaban su piel. Los dedos helados se detuvieron especialmente sobre sus pezones, jugando suavemente con ellos mientras que su boca seguía moviéndose contra su cuello.

JiMin se alejó para sacarle la camiseta y dejarla a sus espaldas, justo sobre el manubrio, haciendo que pudiera apoyarse sin sentir la superficie helada. El chico rápidamente bajó los besos hasta su clavícula y luego descendió hasta enrollarse con sus pezones ya delicados por el contacto anterior. Se movió contra el otro cuando sintió como el castaño lo agarraba fuertemente por las caderas y sus manos se dirigieron con desesperación hasta los primeros botones de la camisa de JiMin, con desesperación desabotonó cada uno de ellos sin percatarse siquiera si estos salían correctamente o no. Cuando tuvo la piel caliente del contrario debajo de sus manos no pudo evitar gemir y empezó a sentir los pantalones apretados.

—¿Cómo mierda te saco esto ? —El contrario tiró del inicio de su pantalón.

Se pasó rápidamente al asiento contiguo y se desabrochó la prenda. Se relamió los labios cuando vio a JiMin mirarlo mientras se mordía el labio inferior con ansiedad.

Cuando estuvo completamente desnudo volvió a subirse al regazo de JiMin, por lo que gimió suavemente al sentir como su miembro se rozaba con el cierre de los pantalones ajenos. Sus manos se dirigieron con rapidez hasta el botón del pantalón y lo abrió, bajó la prenda lo suficiente como para sacar el miembro del otro y lo acarició suavemente con sus propios dedos, sintiendo como el ambiente se volvía todo caliente de repente, aunque no supo si fue por el aire que desprendía el auto o por sus propios cuerpos frotándose juntos.

Sintió la mano de JiMin acariciar con suavidad su trasero, anticipando lo que vendría. Sin embargo, y para su sorpresa, el castaño hizo otra cosa, se llevó tres dedos a la boca y los lamió efusivamente. YoonGi lo miró con atención, sin poder evitar soltar un gemido al imaginarse qué continuaba después.

Esos dedos húmedos desaparecieron de su vista y se acercaron peligrosamente hasta su entrada, esperó impaciente que uno de los dedos del castaño se enterrara en él, pero solo sintió como estos chocaba con su piel sensible.

—No juegues conmigo. —Gimió con los ojos cerrados por el deseo de querer más.

Para su sorpresa, el dedo de JiMin rápidamente lo penetró, como si estuviera esperando que digiera esas palabras. La intromisión ocurrió con más facilidad que la vez pasada y gimió fuertemente cuando sintió que el segundo dedo se introducía en su interior. Ambos dígitos se movieron lentamente. El tercero no tardó en llegar, haciendo que saltara levemente sobre JiMin, causándole a este un grave gruñido. Los dedos del chico se movieron en su interior con ímpetu y por el rabillo del ojo vio como por los vidrios empañados se asomaban pequeñas luces blancas de vez en cuando, supuso que serían los autos que pasaban por la carretera.

Cuando los dedos de JiMin abandonaron su interior se sintió momentáneamente decepcionado.

—Estarás abajo. —El castaño le hizo un gesto de cabeza y a pesar de lo difícil que era moverse en tan poco espacio pasó a los asientos traseros, siendo seguido por el chico, quien se puso ágilmente sobre su cuerpo.

—Quería estar arriba —murmuró con un puchero, viendo como JiMin se posicionaba entre sus piernas.

—Te pegarás en la cabeza —dijo divertido, pero inmediatamente todo se volvió serio cuando sintió la punta húmeda del miembro ajeno tantear su entrada.

—JiMin —lo llamó y el aludido gruñó levemente—, ¿puedes hacerlo fuerte y duro?

—¿Fuerte y duro?... YoonGi, ¿por qué hoy estás...?

—Solo hazlo.

Para su sorpresa, JiMin inmediatamente se incrustó en él, entrando lentamente, pero de manera decidida. Se abrazó con fuerza a sus hombros para mantener la compostura y luego de un rato sintió un fuerte placer invadirlo.

Cuando le dijo a JiMin que fuera fuerte y duro nunca imaginó que ser penetrado "fuerte y duro" fuese tan bueno. Sus caderas se movían violentamente contra el asiento y agradecía bastante que las manos de JiMin las sujetaran. Recibió gustoso todo lo que el otro le ofreció y se aseguró de pasar sus dientes y uñas repetidas veces por la piel del contrario. JiMin no era el único que podía marcar al otro.

Abrió la boca ante el grito ahogado y echó la cabeza hacia atrás cuando sintió el orgasmo avecinarse. Se afirmó con fuerza de los brazos de JiMin al sentirlo temblar nuevamente.

Se quedamos un rato ahí luego del orgasmo, quietos y sin escuchar nada más que sus propias respiraciones intentando regularse.

—¿Ahora quién conducirá? —preguntó el castaño a modo de lamento en un murmullo casi inaudible.

From what to what? • || JimSu ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora