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Y pasa un día, y otro... Ya es sábado y no he vuelto a ver a Yago desde la biblioteca... No he tenido clase con él y supongo que él tampoco tendría clase con ningún otro curso y por eso no ha ido... ¿Le hablo por Whatsapp? Quizá no pueda, ahora nuestra relación es de profesor-alumna... Pero, ¿Y si Nacho le ha hecho algo? Aún recuerdo su mensaje... Le hablo y que sea lo que tenga que ser.
-Hola Yago
-Que tal? Ha pasado algo?
-No, por eso, como hace tiempo que no te veo pues.. Me preocupé
-Bueno, dos días, y no te preocupes, estoy bien.
-Oye Yago, perdona por irme así de la biblioteca pero es que tenía que ir allí como castigo y como no vino la profesora me distraje y se me fue el tiempo...
-Jajaja! No te preocupes, por cierto, muy buen libro el que te estabas leyendo.
-Sí. Me gusto mucho tu clase del otro día. Me abrió bastante los ojos.
-Me alegro mucho, de verdad. Me tengo que ir, luego hablamos.
-Lo mismo digo, adiós.
-Te vas de fiesta?
-Sí.
-Disfruta, que tienes edad.
-Muchas gracias!! Adiós.
-Adiós.

Pues sí. Esta noche tengo fiesta en casa de Olivia; vamos Javi, Álex, Sara, amigos de Olivia, Olivia y yo. Espero pasármelo de miedo.

Me arreglo. Me pongo un vestido negro, de vuelo y con escote; tacones a juego con el vestido, me ondulo el pelo y me pinto.

Cuando llego a la fiesta, ya están casi todos. Voy a saludar a Olivia, que está con Álex sirviéndose una copa, me ofrece una y acepto.
Me lo paso genial, bailo con unos, con otros... Y bebo, bebo como hacía tiempo que no lo hacia, y me lo paso genial.
Después de la tercera ronda de chupitos, Álex me saca a bailar, está sonando su canción favorita.
Bailamos como locas, aquí está ya todo el mundo borracho (y nosotras las primeras) así que no nos importa.

De repente, Álex desaparece y me quedo bailando sola, habrá ido a echarse un cubata; unas manos me rodean la cintura, no sé quién es porque está todo muy oscuro y el alcohol hace surgir su efecto.
Las manos misteriosas me ofrecen una copa y sin dudar acepto. Bailo y bailo con aquel tipo...

Despierto, pero no en mi cama... Tampoco estoy en casa de Oli ni de Álex. Miro el móvil. Son las doce y media y tengo tres Whatsapps de Yago... No sé ni a qué hora ni en qué estado llegué ayer... Mi cabeza da vueltas de un lado a otro intentando recordar algo, pero nada...

Joder... ¡Estoy sin ropa! ¿¡Qué coño hice anoche!? O mejor dicho, ¿¡Con quién!?

Rápidamente me levanto, me visto e intento abrir la puerta... Joder estoy encerrada en un cuarto de un desconocido...
-¿¡Hola!? ¿¡Hay alguien!? ¡¡¡Por favor!!!

Mis gritos son en vano... Me desespero, intento llamar a Álex a ver si ella sabe con quién me fui, pero no lo coge... Pruebo con Yago pero la respuesta es la misma... La puerta se abre... ¡Nacho!

De Lobo a CorderoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora