XI

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La puerta se abre y aparece Nacho con un plato lleno de frutas. Intento aprovechar que ha abierto la puerta para escaparme, pero él es más rápido y suelta el plato en la cama, después me coge del brazo con fuerza y me tira sobre la cama.
-Come.
-¿Dónde coño estoy Nacho?
-En casa de Asier. Come.
-¿Eras tú el de anoche?
-Sí. Come.
-Déjame que me vaya.
-Come.
-¡Que no quiero comer!
-¡Mira niñata, el día se te va a hacer largo, así que, mejor que comas!
-¿Qué coño quieres de mi? ¿El dinero de la herencia? Te lo doy, pero ¡déjame en paz!
-No quiero el puto dinero, ¡te quiero a ti!
-¡Pero yo a ti no! ¡Nunca te quise!
-Pues anoche no parecía así...
-Nacho, déjame que me vaya, tarde o temprano me echarán de menos.
-¿De menos? ¿Quién? ¡No le importas a nadie!
-¡No es verdad! ¡Tengo a Álex y a mis amigos, y a Yago!
-Tardó en salir el maestrito...
-Pues para que te enteres, ese "maestrito" es más hombre de lo que tú jamás podrás ser.
-¡A ver si te enteras, pequeña hija de puta! Cuando yo vuelva el plato va a estar vacío, y luego... Luego tengo una sorpresita para ti.-Pega un portazo y escucho echar las llaves a la puerta.

Como y vuelvo a llamar a Álex... Tiene que tener la resaca del siglo, porque no contesta y son ya las dos de la tarde... Yago cógelo tú por favor... Mis plegarias surgen efecto y Yago descuelga.
-¡Yago! Por favor ayúdame.
-Kenya, ¿qué pasa? ¿Dónde estás?
-Estoy con Nacho en no sé dónde... Yago, no me deja irme, está muy violento... Por favor ayúdame, no sé a quién ir.
-No te preocupes, mándame tu ubicación por Whatsapp y estoy ahí en dos minutos.
-Gracias.
-Vamos, no tardes.-Le cuelgo y le mando la ubicación... Joder, si que está lejos esto... Ojalá que Yago viva cerca, porque sino...

Nacho vuelve a entrar. Tiene los ojos rojos. Me coge del pelo y me da un beso asqueroso.
-¡Buag! ¡Déjame guarro!-Intento zafarme.
-No pareces la misma que anoche...
-Anoche me drogaste seguro.
-Ven.

Me lleva -del pelo- hasta la azotea del edificio. Abre la puerta y no hay nada.
-¿Por qué me traes aquí?
-Súbete a la barandilla.
-No.
-¡Que te subas!
-¡Que no!
-¡Que te subas, que no va a pasar nada! Todavía...
-¿Y si no?
-Si no yo mismo me encargaré de que no salgas jamás de aquí.
-¿Me vas a tirar?
-No, si te portas bien no.-Me empuja haciendo que me suba al borde.-Muy bien, no era tan difícil. Ahora contesta, ¿dónde vive el puto Yago?
-No lo sé.
-¡Kenya no me mientas!
-¡Que no te miento! ¡No sé dónde coño vive!
-¿Por qué tendría que creerte?-Sin soltarme del pelo, empuja mi cabeza hacia el precipicio.
-¡Porque es la puta verdad Nacho!
-¡Más te vale que sea así, porque sino...!
-¿Si no qué? ¡Que ya estoy harta Nacho!¡Que no te temo!
-Pues deberías empezar a hacerlo.-Empuja mi cabeza aún más.

Casi no puedo soportar más la presión. Estoy apunto de desfallecer. Me tiemblan las piernas y Nacho empuja y empuja mi cabeza a más no poder.
De repente, veo a Yago entrar a toda prisa en el edificio. "¡Yago! ¡Estoy aquí!" Grito intentando captar su atención, y lo consigo.
O sube rápido o la próxima imagen que tendrá de mi serán pedacitos míos esparcidos por la acera...

De Lobo a CorderoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora