Hoy iremos a conocer el sexo de nuestro bichito y aunque Yago quiere niña y yo niño, creo que en el fondo a ambos nos da igual, lo que nos importa es tener un bebé, un hijo en común.
Me levanto de la cama mucho antes que Yago por culpa de las náuseas matutinas... Son lo que peor llevo... Corro hacia el cuarto de baño por miedo a no llegar a tiempo, pero sí, llego justa.
Abro la taza del váter y por mi boca salen hasta restos de lo que comí en mi cumpleaños... Inmediatamente las manos de Yago me agarran el pelo y la frente.
Cuando he terminado me quedo sentada en el suelo, agotada, apoyada en el pecho de Yago, que me acaricia el pelo.-¿Te encuentras mejor?
-Sí.
-Me siento fatal cada vez que te veo así y no puedo ayudarte...
-Tu ya me ayudas mucho con tus besos, con tus abrazos, con tus caricias... No sé qué haría sin ti.
-Ni yo sin ti, mi niña. Venga, vamos a arreglarnos que tenemos cita en media hora.-Dice al mirar su reloj. Se levanta y me tiende las manos para ayudarme a levantarme.Cuando llegamos al médico nos hacen pasar a la sala de espera hasta que nos llamen.
-Ya verás como ahí dentro hay una niña.
-No, hay un niño tan guapo como tú.
-Ya veremos.Así se nos pasa el tiempo, imaginando cómo será nuestro bichito, imaginando su naricita, su boquita, el color de sus ojos...
-Kenya Silva.-Entra una chica vestida de blanco a la sala y Yago y yo nos ponemos en pie.-Pueden pasar, el doctor le está esperando.
Entramos a la consulta y me tumbo en la camilla. Me levanto la camiseta y me hecha un gel muy frío. Yago me coge la mano.
-¿Cómo estás desde la última vez que viniste?-Me pregunta el doctor.
-Bien, todo bien. Lo que peor llevo son las náuseas por la mañana... Me dejan fatal...
-Pero eso es buena señal, eso es que el crío se está desarrollando bien.-Dice mientras mueve un aparato por encima del gel.-¡Mirad! Ahí está.Yago y yo miramos hacia la pantalla y vemos a nuestro pequeño o pequeña.
-Ha crecido mucho desde la última vez.-Comenta el doctor.
-Dímelo a mí, casi no me veo la punta de los pies.
-¿A que eso es bueno?-Dice Yago.
-Claro que sí.-Le responde el doctor.-Vamos a escuchar su corazón.-Toca unos botones del monitor y empezamos a escuchar latidos en la lejanía.-¿Lo escucháis?-Yago y yo asentimos emocionados.-Está perfecto. Pero por desgracia, en la posición que está no se ve si es niño o niña, en la próxima revisión espero que haya más suerte.
-Se está haciendo de rogar.Al salir de la consulta vamos a un bar donde hemos quedado con Américo y Álex. Llegamos y ellos ya están allí. Tras saludar, Yago se pide una cerveza y yo un refresco y empezamos a charlar.
-Estoy súper rayada por la universidad...-Comenta Álex.
-No te preocupes, yo también estaba así el año pasado y no es para tanto.-Le responde Américo.
-Sí, además, adivina quién empieza a trabaja en tu universidad este año...-Dice Yago contento
-¿¡Tú!?-Contesta Álex.-¿Y de qué vas a dar clase?
-De biología, como en el instituto.
-Mierda, yo esa asignatura no la doy... Pero bueno, nos veremos por los pasillos.Seguimos hablando de todo un poco mientras esperamos a que nos traigan la comida.
-Álex, mañana vienen Pierre y Louis, que no se te olvide que hemos quedado.-Le digo cuando me acuerdo.
-Sí, tengo más ganas de verlos...
-Yo también.
-Bueno, ¿no me vais a enseñar a mi futuro primo o prima?-Salta Américo.
-Sí, mira.-Dice Yago tendiéndole el móvil con la ecografía.-¿A que es lo más bonito que has visto en la vida?
-Sí.-Contesta Américo.
-¡Ay que cosita más bonita!-Dice Álex inclinándose para ver el móvil.-¿Sabéis ya si es niño o niña?
-¡Qué va! En la postura que estaba hoy no se veía bien... Nos quiere dar la sorpresa al nacer..-Digo.
-Yo quiero que sea una niña para malcriarla.-Dice Álex.
-Yo también quiero que sea niña. Choca.-Dice mi novio y Álex le choca la mano.
-Pues yo quiero niño. Al final va a ser niño, lo noto.-Digo con cara de sabelotodo.Tras el almuerzo con mi mejor amiga y su novio, sobrino de Yago, volvemos a casa.
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De Lobo a Cordero
RomansaKenya, 18 años. Mi vida nunca ha sido un cuento de hadas, pero ahora, gracias a él, veo luz al final del túnel; aunque esa luz se disipe por momentos.