XVI

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Estamos en el recreo Sara, Álex, Olivia, Javi y yo hablando sobre la fiesta de Halloween que va a dar Javi este viernes, cuando Yago se acerca por detrás y con permiso me saca del grupo.
-Kenya, ¿se puede saber por qué estás así?-Dice una vez estamos lo suficientemente alejados de mis amigos.
-¿Así cómo? No te entiendo.-Se evidentemente a lo que se refiere, pero lo quiero escuchar de su boca. 
-Pues a que no atiendes en mis clases, no respondes los mensajes... Kenya, estás muy rara conmigo.
-No estoy rara, simplemente no atiendo porque no me interesa ninguno de los temas sobre los que has dado charlas, y no te respondo a los mensajes porque estoy muy ocupada.
-Pero ¿seguro que no estás triste ni nada parecido?
-¿Triste? Cuando metieron Nacho en la cárcel desaparecieron mis problemas,-Sí, por fin salió el juicio y lo perdió.-¿por qué tendría que estar triste?-Digo a la defensiva.
-No lo sé, tú sabrás.
-Yo lo único que sé es que estoy en mi tiempo libre y no me gustaría perdérmelo.-Me giro, pero me vuelve a agarrar del brazo, quedando frente a él.
-Dime al menos de qué quieres que hable en la próxima clase, por favor, quiero que me prestes atención... Es decir, que atiendas...
-Está bien... Los cuatro elementos y el cambio climático, de eso quiero que hables.
-No te defraudaré.-Me suelta y me voy. He de reconocer que mientras me estaba agarrando toda yo vibraba de emoción, de nervios... Las mariposas...

Un día después, ahí estoy de nuevo, frente a él, esperando a que comience su clase y a que me demuestre una vez más lo que es capaz de causar en mí solamente con sus palabras.

-Bien, chicos, esta va a ser la última clase de charlas o reflexiones que daremos, a partir del próximo día comenzaremos con el temario.-Anuncia Yago y la clase muestra su descontento.-Lo sé chicos, se que esto es mejor que dar clase, pero es lo que toca; de todas formas, hoy os hablaré de los cuatro elementos y el medio ambiente.-Vaya, parece que me ha hecho caso y... Joder, me encanta.-Debemos cuidar el fuego, cuidar el agua, la tierra y el aire. ¿Pero qué significa cuidar los cuatro elementos? para nosotros, el agua es indispensable; es un recurso no renovable, como el fuego, como la tierra y como el aire.
-Bueno, pero me parece que podemos vivir sin fuego...-Dice un chico de cuarta fila.
-¿Estás seguro? Porque que el fuego es energía, y el mundo se mueve con energía. Pero si hay mucho fuego se contamina la tierra, y se contamina el aire. Pero si nosotros usamos el agua para apagar el fuego, nos quedamos sin agua... y sin fuego. En cambio si se contamina el aire, eso haría que todo se desequilibre y empiece a haber muchas inundaciones, y esas inundaciones van a apagar el fuego, y nos vamos a quedar sin producción. De lo contrario nos quedaríamos en sequía. Entonces, ¿cuál sería la manera más óptima de cuidar los cuatro elementos?-Madre mía que hombre... Me encanta su forma de hablar.
-Fácil, apagás el fuego y no contaminás ni el aire, ni el agua, ni la tierra.-Dice el empollón.   -¡No, no, no!-Prosigue Yago. En toda la boca empollón.-Si nosotros apagamos el fuego, nos quedamos sin medicina, sin alimentos, sin industria, sin nada. No es tan fácil cuidar los cuatro elementos...
-Está bien, y entonces, ¿cuál es la solución?-Pregunta Álex.
-Vivimos como si lo que nos rodea fuera eterno; no tenemos conciencia de que debemos cuidar los regalos que nos da la vida. Los despilfarramos como si fueran eternos, como si hubiese otro planetita de repuesto. Y con el agua, por ejemplo, ¿qué hacemos? El mundo se divide en zonas de sequía y zonas de inundaciones. Se perdió el punto medio. Es demasiado claro que algo anda mal, ¿no? Se perdió el equilibrio. ¿Qué pasa con el aire? Poco aire asfixia, mucho aire marea. El aire viciado nos va matando poco a poco. ¿Y el fuego? El fuego quema, pero sin fuego nos morimos. La clave para cuidar todo es el equilibrio.
-¿Y cómo se logra ese equilibrio?-Vuelve a preguntar Álex embobada.
-Eso yo no lo sé, por eso yo quiero transmitiros a vosotros, a la nueva generación lo importante que es cuidar a los elementos...-Yago es interrumpido por el timbre que señala el cambio de clase.-Espero que os haya gustado la clase,-Dice mirándome.-y no olvidéis traer el libro el próximo día.

De Lobo a CorderoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora