XIV

3.6K 248 1
                                    

-¿Crees que no me doy cuenta de cómo me miras?-Pregunta Yago en mitad de la clase y todos se me quedan mirando... Tierra, trágame...
-¿El qué?-Dios mío estoy roja...
-Todo el mundo lo ha notado, todos lo saben.
-¿Pero de qué hablas?
-¿De verdad pensabas que me iba a fijar en ti? Mírate Kenya, eres una cría, una niña, y además está lo otro...
-¿Qué dices Yago? ¿Qué es eso otro?
-Lo de tus padres, todo el mundo lo sabe... ¿Creías de verdad que me iba a fijar en ti después de saber lo que se?
-Yago, no... Por favor para...-Mi tono se endurece.
-¿Cuándo te vas a cansar de ser la pobre niñita a la que violaban sus padres?-Se está riendo de mi y esto no se va a quedar así.
Me levanto, camino hacia él y le doy el bofetón del siglo, pero él me lo devuelve aún más fuerte. De repente, entra Nacho, y todos mis compañeros y amigos, hasta Álex y Olivia, se levantan y empiezan a pegarme.
-Kenya...-Escucho una voz lejana.-Kenya... Oh, vamos Kenya...

-Kenya, estás soñando... Ya pasó...-Es Yago. Me despierta e instintivamente me abrazo a él y empiezo a llorar.-Ya pasó...-Repite una y otra vez para que me calme mientras que me abraza y me acaricia el pelo.-Shhh... Ya está pequeña...-Sus susurros me calman.
-Yago...-Es lo único que alcanzo a decir, y él me seca las lágrimas con el dorso de su mano.-Ha sido horrible...
-Pero sólo ha sido un sueño. Tienes que volver a dormir, son las tres de la mañana.-Susurra.
-Hay algo que quiero contarte... Por favor.
-De acuerdo, pero después dormirás. Tienes que descansar.
-Sí. Verás, supongo que ayer, cuando fuimos a mi casa te extrañó que fuese tan pequeña y que viviese sola... Yago, yo no soy de aquí, de esta ciudad.
-Por tu acento supuse que no.-Sonríe.
-Sí. Me mudé aquí hace dos años, no podía seguir viviendo en mi casa... Era insano... Yago, prométeme que esto no se lo vas a contar a nadie, por favor.
-Te lo prometo.
-Verás, cuando era pequeña, mi padre apenas estaba en casa, a mí prácticamente me crió mi madre. Éramos una familia <<si es que a eso se le puede llamar familia>> bastante acomodada, la verdad, pero no había amor... Cuando cumplí diez años, mi padre estaba de viaje, y mi madre ni siquiera se dignó en felicitarme, pero eso en ellos era normal. A los pocos días regresó mi padre de viaje, me dijo que me iba a dar un regalo que no iba a olvidar, y lo hizo...-Las lágrimas interrumpen el vomito de recuerdos y Yago me abraza.
-Kenya, no tienes porque seguir...
-Sí, por favor, lo necesito.-Me recompongo y continúo.- Verás el caso es que cuando mi ladre volvió me... Me forzó...-A pesar del llanto, continuo.-Joder, Yago y mi madre lo sabía, porque no fue una vez, fueron muchas durante muchos años... Y ella lo sabía y no hizo nada... Joder... -Puedo ver la rabia e impotencia reflejadas en sus ojos.-Así que cuando conseguí dinero suficiente me fui de mi casa y de mi ciudad, y quedé para todo el mundo como la mala, porque mis padres son unos santos a la vista de todos.
-Joder Kenya... Lo siento mucho...-Me abraza fortísimo. Le quiero.-¿Y se quedó ahí? Deberían estar en la cárcel...
-Intenté denunciarles, pero mi padre es juez, por lo que la denuncia se desestimó por completo...
-Joder... Al menos espero que no los hayas vuelto a ver...
-Mi madre murió antes de que el curso empezase, llevaba dos años sin verla, pero cuando murió, vi a mi padre en el entierro, y luego él vino a mi casa.
-¿A...?
-No, no... Al menos no era su objetivo principal... Vino a darme la herencia de mi madre; al parecer, le dio cargo de consciencia y me dejó a mi casi todo su dinero... Como si el dinero arreglase todos los problemas...
-Kenya, lo siento muchísimo, y ten por seguro que mientras esté en mi mano no voy a dejar que nadie te haga nada malo...-Me agarra las manos.
-Muchas gracias.-Digo con los ojos empañados en lágrimas. Tengo el impulso de besarle, pero no me atrevo, es mi profesor...-Deberíamos ir a dormir, ¿no?
-Sí. Si necesitas algo, mi habitación está pared con pared a la tuya, por eso te escuché gritar en la pesadilla, no dudes en llamarme.
-Muchas gracias, de verdad.
-No hay de qué.- Me da un abrazo y cada uno se va a su cama.

Me levanto. El reloj marca las diez... No pienso ir al instituto. Voy al salón y Yago ya se ha ido, pero ha dejado una nota en el frigorífico "Estoy trabajando, coge lo que quieras. Espero que estés mejor, te llamaré en cuanto pueda." Es tan atento, tan guapo, tan... Tan mayor, y tan profesor mío... Joder, quién me mandará a mí enamorarme de él...

De Lobo a CorderoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora