XXIII

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Escucho voces, papeles rasgándose, pitidos, plásticos batiéndose en el aire... Intento abrir los ojos pero me pesan demasiado.

-Según su documentación la paciente es Kenya Silva.-Es la voz de una mujer.-¿Habéis llamado ya al número que aparece en su móvil como contacto de emergencia?
-Sí, una tal Alexandra, que ya viene de camino.

Joder... ¡Esta situación es muy agobiante! No puedo ni moverme, ni hablar, ni abrir los ojos... ¡Que alguien me explique qué coño me pasa!

-¡Kenya!-Es la voz de Álex y suena muy agobiada.-¿Qué le pasa?
-Ha sufrido un grave accidente, de ahí las contusiones de la cabeza. ¿Eres familiar suyo?
-Se podría decir que sí, ¿me puede decir qué es lo que le ocurre?
-Está en coma.-¿¡Que estoy qué!?-Y no sabemos cuánto puede durar su estado. Puede pasarse así horas, días, o incluso el resto de su vida en el peor caso.
-No puede ser...-¡No, Álex, no llores!
-Supongo que no eres mayor de edad, ¿verdad?
-Me quedan unos meses, ¿por?-Escucho como sorbe los mocos por la nariz.
-Porque sería conveniente que llamases a algún adulto para que pueda venir cada vez que haga falta.
-Pero... Ella no tiene familia...-¡A Yago! ¡Llama a Yago!-Ah, ya sé, ¿me deja el móvil de Kenya?-Joder que ganas tengo de abrazarla y decirle que no se preocupe...-¿Yago? Soy Álex. Verás Kenya está ingresada... Sí... Descuida... No tardes, por favor...

Pasados unos minutos escucho la voz de Yago y a la mujer de antes ponerle al día. Por lo que escucho, el conductor del camión que iba detrás mía estaba dormido y me empotró contra la cuneta... Es un milagro que esté viva, el otro conductor no ha corrido mi misma suerte y ha muerto. Mis constantes vitales ahora son normales, pero cuando me rescataron estaba en parada cardíaca... Joder... Esto me empieza a acojonar... ¿Y si no despierto nunca? Joder...

-¿Se podría alguno de vosotros quedar con ella esta noche?-Pregunta la chica de antes.
-Yo.-Responde rápidamente Yago.
-Muchas gracias.-Dice de nuevo la chica y escucho pasos. Supongo que se va.
-Álex muchas gracias por avisarme.
-Gracias a ti por venir, no sabía a quién más acudir... No sabía que os llevarais tan bien...
-Sí...
-Se me parte el alma verla así...-La oigo sollozar. ¡Pobrecita que mal rato!
-Confío en que se va a poner bien. Ella es fuerte... Lo superará.-Hay silencio, supongo que se estarán abrazando o algo similar.-Álex vete a casa, es muy tarde...
-No la quiero dejar.
-La vas a dejar conmigo y te prometo que te llamaré en cuanto sepa algo.
-Muchas gracias.

Pasado un rato escucho a Yago hablarme.

-Kenya... No voy a ser capaz de perdonarme esto... Todo ha sido culpa mía... Si yo no hubiese aceptado a que me llevases, no hubieras tenido el accidente... Joder Kenya... ¿Por qué acepté? ¿Por qué?-Su voz se quiebra. No quiero oírle así, no quiero que llore por mí.-¿Sabes qué? La primera vez que te vi pensé: mi guitarra va a estar en buenas manos. Luego te conocí y lo corroboré... Nunca había conocido a nadie como tú, nunca... Y si ahora te pierdo...

Su voz se vuelve a quebrar. Quiero abrazarle. Quiero decirle que siempre me va a tener, pase lo que pase. Que quiero que nos peleemos y luego me pueda ganar con una simple sonrisa. Que me muero por decirle al mundo y a él que le quiero. Que quiero encontrarme en sus ojos. Y quiero que cada vez que esté mal se pueda apoyar en mí lo mismo que yo en él. QUE LE QUIERO.

Vamos... Tengo que darle una señal para que sepa que estoy con él... Su mano está muy cerca de la mía, si pudiera tocarla aunque sea... Lo intento con todas mis fuerzas pero mi cuerpo pesa demasiado... Lo vuelvo a intentar y... Nada, la mano sigue ahí... Un último intento y... ¡Lo conseguí! ¡Mi mano está encima de la suya!

-Kenya, ¿puedes oírme?

Le doy un apretón. Él agarra mi mano y la besa. Mis latidos se disparan.

-Vas a despertar muy pronto. Ya verás.

De Lobo a CorderoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora