Diecisiete.

851 29 7
                                    

CAPITULO DE REGALO: si siguen comentando van a tener más capítulos de regalo y una segunda temporada.

-Pero... pero... ¡Se callan de una vez! -tu ahoranovio y tu ahoraex cerraron la boca, ya estabas enojada. -¡Dos nenes parecen! ¡Y no son dos nenes! ¡Vos tenes veintiún años! -Señalaste a Peter. -¡Y vos veintisiete! -Señalaste a Benjamín.

-Casi cuarenta y cinco tiene.

-¿Y vos? ¿Seguro que tenes veintiuno? Pareces un nene de mamá. -Se ofendió el único rubio presente.

-¡Basta! -Interrumpiste en el momento en que Peter le iba a contestar. -Me cansaron los dos. Yo no los traje para que discutan.

-Yo no vine a discutir. -Te apoyó Benjamín.

-Yo vine porque me dijiste que iba a haber una sorpresa. De paso discuto. -Era la primera vez que Peter no tenía ganas de estar en tu casa.

-Quiero aclarar las cosas entre los tres. -Y te sentaste en la mesita ratona delante de ellos.

-Sí. -Y Peter levantó la mano, vos le diste el pie para que siga. -Yo quiero que me expliques porqué este boludo va a trabajar con vos.

-No le digas boludo. -Le paraste el carro.

-Enfermo.

-Vos no le digas enfermo. -Defendías a los dos.

-No, sí, soy un enfermo, estoy re enfermo y ¿sabes por qué, Lali? Porque éste no se banca que lo hayas dejado y va a meterse en una novela con vos.

-Ella no me dejó, yo la dejé.

-Y ella está conmigo, no con vos. -Y tus ojos iban del rubio al morocho y viceversa.

-Bueno, paren... -No sabías ni como remontarla, Mariana. -¿Qué es lo que tanto te molesta, Peter? Si ni siquiera vamos a hacer de pareja.

-Pero van a estar todo el tiempo juntos, y nosotros sabemos muy bien lo que pasa con eso.

-¿Desconfías de mí? -Enarcaste una ceja.

-De vos no, de él.

-¿Yo qué? -Se atajaba Benja. - ¿Qué pasa, tenes miedo que tu novia me vuelva a elegir?- Y Peter ya empezaba a respirar fuerte, lo agarró del cuello de la camisa. Vos tuviste que sentarte en el medio, a través de gritos, para que todo se acabe.

-¡Dos estúpidos son!

-¡Vos sos la estúpida! -Sí, era Peter sacadísimo. -¡Te chupa un huevo todo lo que me pasa! Lo único que querés es acostarte con los dos. -Y tu mano fue a parar en su mejilla, la izquierda para ser más específicos. En sus lunares.

-Perdón. -Dijo Benjamín una vez que Peter se fue de tu departamento golpeando la pared y haciendo giratoria la puerta. -Yo hice que se enojara así. -Para ese momento ya te tenía abrazada y vos le empampabas la camisa de lágrimas.

-Es que no entienden ustedes... Nadie me entiende. No es que sea histérica, no es que me guste acostarme con los dos. -Para ese momento ya estabas levantando la voz. -¿Qué se piensan? Que yo me divertía, ¡No! Nunca quise hacerte esto Benja.

-Ya se... tranquilízate. -Él te lo susurraba para que bajes los cambios.

-No puedo. ¡No puedo! Porque ahora Peter se piensa que yo le voy a meter los cuernos y no es así. Me confundí una vez ¡está bien! Pero lo amo y ni loca le haría mal.

Y Benjamín dedicó toda su tarde en escucharte llorar, abrazarte y besarte la cabeza. Porque él era tu amigo, con el que compartiste un poco más de un año de relación y no te arrepentías de haberlo hecho. Porque él te entendía, porque él no iba a dejar que sufras por amor.

-Vengo en son de paz. -Se adelantó Peter cuando le abriste la puerta. -Y a pedirte perdón. -También te regaló una rosa.

"-Mira, no vengo a discutir. -Benjamín temió por su vida con la mirada de Peter. -Solo te quería decir que te fuiste al carajo con Lali.

-¿La defendes ahora? Te metió los cuernos conmigo, no sé si te acordas.

-Sí, Peter, hay muchas cosas que no sabes de la relación que tengo con Lali...

-Y no me interesa saberlas.

-Esta bien. Solamente te vengo aclarar que no sabía que Lali iba a trabajar en esa novela, yo acepte porque me pareció un buen laburo. Te eligió a vos, flaco. No te quejes y disfrutala."

-Yo entiendo que vos creas que por estar mucho tiempo junto a Benja voy a...

-No, déjame hablar. Perdoname. Pero te pido perdón por todo, por dejarte en vez de lucharla juntos, por odiarte cuando empezaste a salir con él, por decirte estúpida, por tratarte de puta. Es que... ¿sabes de qué me di cuenta? -Y se te desgarraba el corazón verlo hablar con un puchero tremendo en su cara. - Que tengo miedo. Es que fui tan tarado en dejarte que ahora me da miedo que vos lo hagas. Tengo miedo a que vos sigas enamorada de él, a que hayas sido más feliz con él que conmigo.

-No digas eso. -Estiraste un poco las piernas para quedar sentada frente a él. -Pitt... cuando me dejaste yo de verdad quedé muy mal. Y con Benja... siempre me llevé bien, es un gran tipo pero es mi amigo y nunca dejó de serlo. Sólo nos juntamos para no estar solos. ¿Sabés todas las lágrimas que me escurrió en este tiempo? Muchas.

-Siempre pensé que te habías olvidado de mí. Parecían una pareja feliz.

-Benja es mi amigo y vos sos el amor de mi vida.

-Perdón. -Te lo repitió como decimosexta vez. Te tomó de la cintura, te invitó a que te sientes sobre sus piernas y besó reiteradas veces tu mejilla bañada en lágrimas. Vos besaste los lunares que en su momento habías odiado.

-No quiero que pienses que voy a dejar de amarte. ¿Me perdonas por la cachetada?

-Me lo tenía merecido. -Y se dejó recostar en el sillón. Tu cuerpo quedó atrapado entre el suyo y el respaldo. ¡Cómo si te quisieses escapar! -Si queres... pero solo si queres, eh, yo no te obligo a nada... nos damos unos besos y dormimos un ratito. -Esa es una de las razones por las que lo amas tanto.

Secretos LalitersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora