Y que lindas eran las giras. Sobre todo con ellos. Para vos eran tu familia, tus hermanos del alma. Gastón era el torpe de la familia, al que siempre se le caía el vaso de jugo sobre el mantel, rompía la canilla del baño de los hoteles o perdía la mitad de su ropa interior en los viajes. Nico era el más vago, le encantaba dormir y a causa de sus sueños pesados siempre se veían obligados a atrasar las entrevistas porque no llegaban a horario pero eso sí, a la hora de los shows era el que más entusiasmo ponía. Rochi era como la más nueva, la hermanita recién nacida te gustaba decirle, porque por más que siempre estuvo en la mayoría de sus shows ahora lo hacía desde otro lado, desde el estrellato. Le encantaba cantar hasta la madrugada y era la encargada de establecer la paz cuando alguna pelea se hacía presente en el grupo. Peter era, sin dudas, el más gracioso de los cinco. Por más que muchas veces se despertaba de mal humor siempre se las ingeniaba para realizar una de sus travesuras. Con él era reírse a carcajadas cuando se disfrazaba de mujer y recorría los pasillos del hotel o cuando llamaba a las habitaciones de los demás huéspedes para molestarlos hasta altas horas de la noche, obvio que alguna que otra jodita también te había hecho. Vos eras la más histérica, te encantaba que todo esté en perfecto orden. Los vestidos con los vestidos, las remeras no eran lo mismo que las musculosas por lo tanto tenían que ir separadas y mejor si es por color. Primero iban los pantalones, luego las polleras y por último los shorts. Los zapatos debajo de todo. Listo, el placard de tu habitación del hotel, sí porque te llevás ropa hasta para regalar, estaba en perfecto orden. Como no lo estaba tu vida. Y es que tu cabecita ya se estaba haciendo demasiado lío.
Esa noche, luego de la gran cena con los músicos y algunos productores que siempre los acompañaban a las giras, se juntaron los cinco en la habitación 1004, la de Nico. Luego de algunos chistes de los hombres hacia las mujeres de la banda acerca de todo lo que comieron se distendieron sobre la cama de dos plazas y comenzaron la infaltable partida de Tuti - Fruti que realizaban siempre que tenían algún tiempito libre. También eran infaltables la cantidad de peleas que se generaban. A la hora de poner famososcon la letra "P" todos abuchearon a Gastón que había puesto al conductor Peluffo, las excusas eran que el nombre era "Mariano Peluffo" no valía y punto. También se le discutía a Rocío porque en países o provincias ella ponía los nombres más extraños que les hacía dudar de su existencia. Nicolás directamente no quiso jugar más porque no le gustaba perder. A vos te trataron de egocéntrica porque en famosos con la letra "M" habías escrito tu propio nombre y tampoco pudiste pensar cuando Peter dijo Marianella en la sección de nombres.
Cerca de la una de la mañana todos se desearon buenas noches, tenían que descansar bien porque al otro día se les venía el show y había que realizar la prueba de sonido. Caminaste por los pasillos hacia tu habitación pero él te impidió seguir tu destino y te obligó -de un tirón de brazos- a que entres a la 1002, la suya.
Y sabías perfectamente lo que quería. Tu cabeza ya estaba hecha un lío hace rato y no te importó que estés casada, como te gustaba decirlo, ni que tus compañeros descansen en las habitaciones contiguas ni que había que dormir para juntar pilas. Comenzaste a perderte en su boca mientras él, con la paz que lo caracterizaba a la hora de hacer el amor, buscaba retirarte esa remerita rosa que te había visto ponerte hace un par de horas. Se te erizó la piel cuando comenzó a besarte el cuello -como si nunca lo hubiera hecho- y desprendías botón por botón de esa camisa blanca que amabas cuando la usaba, porque se la habías regalado vos en su cumpleaños pasado. Te reíste cuando él susurraba en tus oídos que no podía creer lo que estaba pasando. Y recién cuando notaste que en sus ojos desprendía ese brillo especial que hace tanto que no se lo veías te diste cuenta que él todavía estaba enamorado de vos. Por eso y porque vos también sentías así con él comenzaste a desabrocharle sus pantalones y arrojarlos a algún lugar de la habitación. Peter también colaboró a la hora de retirar ese jean ajustado que cubría tus piernas y aunque puteo por lo bajo porque le costaba sacártelo, logró su objetivo. Te sentaste sobre él con una pierna en cada lado y vos solita te desabrochaste el corpiño para hacerlo volar por los aires. Soltaste una carcajada cuando tu... ÉL te dijo "loquita" después de arquear las cejas. Te encantaba sorprenderlo. Más te encantaba que Peter haya retirado las dos últimas prendas inferiores -tu bombacha blanca y su bóxer a rayas- y te ame como si tocara el cielo con las manos. Luego de vueltas y vueltas, susurros, besos, vaivenes, amor, pasión, fuego y piel. Terminaron exhaustos uno en brazos de otros. Con risas y miradas llenas de sentimientos.
-Para Pipu...
-Q... qué -Porque estaba concentradísimo en los besos que dejaba sobre tu piel.
-¿No tendríamos que dormir un poquito?- Ya eran las seis de la mañana y no es que estuvieron tanto tiempo haciendo el amor sino que no podían sacarse la mirada -y los besos- de encima.
-No. Te extraño. -Sentenció, así, de una.
-Yo también... yo también. -Y te posicionaste sobre el para dejar unos cuantos besos en su boca, en su nariz, en sus ojitos y en sus lunares. También lo mordiste un poquito porque te lo querías comer, literalmente.
-¡Me vas a gastar! -Dijo entre risas y aprovechó la situación para bajar sus manos en zonas prohibidas. -Una preguntita... el otro, ¿lo hace mejor que yo?- Lo tuviste que mirar.
-¡Ya la tuviste que arruinar, Peter! -Te separaste y te acostaste a su lado mirando hacia el techo. -¡Que tarado que sos!
-No te enojes. -Y se puso boca abajo para mirarte mejor pero no te tocó, sabía que te molestó la pregunta. -Siempre tuve esta duda, no sé que mierda le viste. Pensé que te habías olvidado de mi. -Lo miraste a los ojos.
-Nunca me voy a olvidar de vos. -Le pasabas el pulgar por su barba. - Son distintos.
-¡No! Distintos, no. Esa palabra no se usa. -No te metas con Mar y Thiago. Te reíste porque se había comido el personaje, si es que alguna vez actuaron.
-Bueno, Benja es diferente.
-¿Cómo diferente? ¡Que cochino! ¿Te hace hacer cosas que no querés? -Volviste a reírte, sabías que intentaba ocultar sus celos a través de los chistes. -Yo soy mejor ¿no?
-¡Basta, Peter! -Porque ya te había dado vergüenza. -El asqueroso sos vos que me haces estás preguntas. Conformate con esto. -"Esto" implicaba estar desnuda a su lado, totalmente entregada. Luego de una sonrisa se volvieron a hundir en un beso interminable... bueno, eso es un decir.
-¡Buenas, buenas! ¡Hoy nos despertamos tempranito y desayunamos todos junt...! -Nicolás, quien ingresaba a la habitación de su compañero y amigo sin golpear se calló abruptamente luego de verlos. -¡AHHHH BUENO! ¡Cosa de no creer!
-¡Lali no está en su habit...! -Esa era Rocío que al parecer te había ido a despertar a tu cuarto y como el anterior también se detuvo al encontrarse con Peter riéndose y con vos debajo de las sábanas color beige totalmente roja. -¡Ayyy, jodeme que se encamaron!
-¡Quédense tranquilos, eh! No me ayuden con el carrito manga de infelices. ¿Qué se creen que soy yo, la mula? ¿Qué pasó acá? ¡MALEDUCADOS! -Ese era Gastón que había entrado empujando el carrito del desayuno, el cual se había chocado en todas las paredes. -¡Asquerosos, cochinos, maleducados, irrespetuosos!
-Me parece que se nos acabaron los secretos. -Te susurró Peter. No te importó y le diste un beso.
-Maleducados son, unos maleducados. Ustedes que ni siquiera me ayudan con el carrito y ellos en bolas a horas del show. -Y los tres que sobraban salieron de la habitación consumidos en risas mientras él te abrazaba y te hacía saber que el mal momento ya había pasado.
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Secretos Laliters
Hayran KurguSinopsis: El primer amor es el más fuerte, se vive con más pasión, más energía, más emoción y más adrenalina. Durante esta etapa haces muchas cosas que nunca pensaste que harías, compartis momentos con la persona a la cual más amas, la que es tu mun...