Secretos Laliters

Ocho.

Un viernes a las diez de la noche tocaste timbre en la casa de Nicolás para cenar unas pastas caceras, sí porque al pelado se le dio por cocinar e invitarte a probar lo que según él era la mejor cena de tu vida. Le dijiste que los fideos le habían salido horribles sólo para hacerlo enojar aunque sí, estaban buenísimos.

Nunca imaginé la vida sin ti... -Las luces apagadas, los rayos de luna iluminándolo, vos sentado en el sofá negro, la música de Chayanne y Nicolás que cantaba a la par dándose vuelta de a poco para quedar cara a cara. -... en todo lo que me plantee siempre estabas tú. -Te señaló y tragaste saliva. -Solo tú sabes bien quien soy, de donde vengo y adonde voy. -Cabe aclarar que tenía la mano izquierda cerrada delante de su boca fingiendo ser micrófono. -Nunca te he mentido, nunca te he escondido nada, siempre me tuviste cuando me necesitabas. -Con la derecha se frotaba la cabeza como si le dolieran las palabras que cantaba a dúo con el CD. -Nadie mejor que tu sabrá, que di todo lo que pude dar.

-¡Basta boludo! -Estiraste el brazo para apagar el reproductor de música. -¡Me asustas! Me invitas a comer, apagas las luces, me cantas ¿qué te pasa? ¿te gusto?

-¿Qué? No, estoy haciendo una prueba y como sos mi amigo me tenes que ayudar. Esto es "Operación: volver con Euge". ¿Decís que si le meto un Chayanne la tengo a mis pies? Mira que también le puedo entonar un Luis Miguel, un Carlos Baute, Montaner, tengo de todo acá. -Y se acercó al reproductor para mostrarte las cajas de CDs.

-¿No estas con Silvina, vos?

-¡Pero Euge está sola! -Saltaba como nene caprichoso. -Dale, dale. Poné play que sigo con el show. -Volvió a su lugar, en la misma pose que había dejado antes. Te mordiste el labio y estiraste tu brazo derecho para que la música vuelva a sonar. -Y ahora tu te vas... -Tomó carrera para impulsarse, correr al sillón y arrodillarse frente a vos. -así como si nada, acortándome la vida, agachando la mirada. -Te despeinabas un poco porque ya estabas incomodísimo. -Y tu te vas y yo, me pierdo entre la nada, donde quedan las palabras y el amor que me jurabas. Y tú te vas, oohhh!

-Si llegas a conquistar a Euge con la pelotudes que acabas de hacer me la corto. -Y no mentías.

-No digas cosas de las que te podes arrepentir. Vos no entendes nada, Chayanne la tiene re clara... Arjona también pero dice muchas verdades.

-Arjona le hizo un tema a la menstruación.

-Pero no le voy a cantar esa a Euge, es histérica por naturaleza, cómo sé que le vino.

-Y no podés simplemente hablar con ella, todavía esta mal. Se acaba de separar, todos se separan en esta época.

-¡Ahí te quería agarrar! Dale busca un tema de la lista esa y practica para llevarte a Lali a la cama.

-No quiero volver con ella. -Te reíste.

-Dije para llevarte a Lali a la cama, no para volver con ella.

-No me la quiero llevar a la cama, ya está. Ya fue. -Volviste a reír. -Bueno, me voy. Suerte.

-No, no, no, no. Me voy un cuerno. Cuanto te juego a que la canción que te voy a poner ahora te hace acordar a ella. -Se apuró a buscarla con los botones del equipo y oprimió play. Te mordiste el labio cuando escuchaste la melodía. -En palabras simples y comunes yo te extraño, en lenguaje terrenal mi vida eres tu, en total simplicidad seria yo te amo y en un trozo de poesía tu serás mi luz, mi bien el espacio donde me alimento de tu piel que es bondad, la fuerza que me mueve dentro para recomenzar en tu cuerpo encontrar la paz. -Y si fueras Eugenia ahí si que te le tirabas encima. Continuaste vos con la canción.

-Si la vida me permite al lado tuyo, crecerán mis ilusiones no lo dudo. Si la vida la perdieran en un instante, que me llene de ti para amar después de amarte. -Y te tiraste de rodillas al piso como cuando cantabas Nena en pleno Gran Rex.

-¡Vamos Peter! ¡Dejalo salir! -Te animaba, tu amigo, haciendo palmas.

-Vida no tengas miedos ni dudas.

-Que ese amor es demasiado bueno. -Te hacía el coro.

-Que tú serás mi mujer. -Lo señalaste y le dedicaste un regador.

-Yo te pertenezco todo entero.

-Mira mi pecho lo dejo abierto... -Te desabrochaste la camisa y casi muero. -... para que vivas en el.

-Che, ¿no querés que tomemos algo fuerte?

-Dale. -Te paraste para recuperar un poco de dignidad.

-¿Hola? -Mariana atendió el celular un poco dormida, eran las dos de la mañana. Se refregó un par de veces los ojos porque no podía abrirlos. Esa noche se durmió llorando por vos.

-Holaaaaa ¿cómo te shamassssss? -Y miró la pantalla de su celular aunque la luz que desprendía del aparato la cegaba.

-¿Peter? ¿Sos vos? -Sí, pero en versión borracho.

-¿Peter sos? Uhhh me equivoqué, sory.

-¡No, Peter! Soy Lali, ¿Dónde estás? -Pero tu boca estaba ocupada en el líquido que salía de la botella para contestar.

-Escuchá esta. ¡Apretá el botón, boludo! -Pero Nico no coordinaba las manos y Lali tuvo que escuchar por cinco minutos ruidos extraños hasta que una melodía comenzó a sonar. -¡Escuchá, cuchá! Para tu tranquilidad me tienes en tus manos, para mi debilidad la única eres tú. Al final tan solo se q siempre te he esperado y q llegas a mi vida y tu me das la luz, el bien ese mundo donde tus palabras hacen su voluntad. -De fondo se escuchó un ruido de vidrió porque Nicolás rompió unos vasos. -La magia de este sentimiento q es tan fuerte y mortal y tus ojos que son mi paz. -Demás está decir que Lali estaba llorando sentada como indio en su cama y vos aprovechaste el intermedio para beber otro poco más de alcohol. - Si la vida me permite al lado tuyo, crecerán mis ilusiones no lo dudo. Si la vida la perdiera en un instante que me llene de ti para amar después de amarte. -Cabe aclarar que con tu borrachera no sonaba tan bien como lo hace Chayanne. -Vida no tengas miedos ni dudas

-¡Que ese amor es demasiado bueno! -Nico gritando a viva voz.

-Que tú serás mi mujer. -Y Mariana era un mar de lágrimas.

-¡Yo te pertenezco todo entero!

-Mira mi pecho... -No lo podía ver pero se lo imaginaba.-...lo dejo abierto para q vivas en el. -Ahora lo único que se escuchaba era el llanto de los dos. Tres sin contar a Nico que ya estaba tecleando para hacer la misma escena con Euge. -Te amo, Brisa. -Fue lo último que escuchó antes de cortarle.