Veinte.

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En octubre del dos mil doce había comenzado lo que sería la última gira de Teen Angels, luego de despedirse del Gran Rex. Ya pasaron por varios países, la idea era realizar al menos un show en todos los lugares que apoyaron a la banda era ese el motivo por el que hace buen tiempo vivían en hoteles y viajaban en aviones.

El teléfono colgado cerca de la cama sonaba insistente, apretaste más el cuerpo de Lali al tuyo y tuviste que dejar de acariciar la panza de doce semanas para contestar.

-¿Hola? -Se te escuchó mientras te refregabas los ojos con la mano izquierda.

-¡¿Qué hola ni qué hola?! -Gastón desde la habitación contigua. - ¡¿Cómo está Lali?!

-Está durmiendo. -Roncando a cuatro manos con una pierna enredada en la tuya, una mano en su panza y la otra debajo de la almohada.

-¿No tendrá contracciones? Tocale la pancita, yo te espero.

-Gas, calmate. -Estuvo así desde que se enteró que iban a ser padres, era todas las noches un llamado de él para controlar el estado de salud de Mariana.

-No me calmo nada, ¡cómo se nota que ni te interesa la pobre criatura que -Cortaste porque no lo soportabas.

Te deslizaste por la cama para volver a dormir, en un par de horas había que levantarse para desayunar e ir a hacer la prueba de sonido. Acomodaste tu cabeza cerca del pecho de tu novia para descansar allí, cerraste los ojos y la abrazaste. El teléfono volvió a sonar. Después de veinte timbrazos, atendiste, aún sin entender por qué Lali no se despertaba con tanto ruido.

-...está por nacer! -Continuó, Gastón, la oración que no habías dejado concluir.

-Lali está bien. ¿Por qué no intentás dormir un poco?

-No, no puedo, no, no, no, no puedo dormir. -La realidad era que sus amigos estaban más nerviosos que ustedes. -Es que, estoy preocupado... ¿viste que no le crece la panza? ¿De cuanto está?

-Doce semanas. -Contestaste revoleando los ojos.

-¡No te digo yo! ¿Cuánto es doce semanas? ¡Tres meses! ¡A los tres meses ya tiene que tener panza y más con todo lo que come!

-Ya le va a crecer...

-¡Un cuerno! Para mí tiene que ir a un ginecólogo, a algún obstetra... ¿Quéres que llame a Rochi a su habitación para que la revise? No será doctora pero entre mujeres se conocen la partecita esa... Es que hicimos mal nosotros, no tendríamos que haberla dejado que participe de la gira en su estado, encima ¡viste como baila! Se mueve toda y el chico ahí adentro se le va por todos lados. Un día lo va a escupir por la garganta, yo sé lo que te digo. ¿O no? ¿Peter?... ¿Peter? -Contestaste con un ronquido, te habías quedado dormido con el teléfono en la oreja.

-¡Buenos días! -Nicolás entraba a tu habitación con una bandeja. Te despertaste de un sobresalto y te sacaste la baba que chorreaba y mojaba el teléfono ahora con el sonido del tono insistente.

-¡Uy, gracias! -Dijiste contento cuando viste el desayuno en manos de tu amigo.

-¿Qué gracias? ¡Es para Lali! - Se tiró despacito sobre ella para despertarla con un "buen día, cosita linda" y besos en la mejilla.

-Hola, mi amor. -Contestó ella con voz de dormida y pegó un grito cuando estuvo a punto de besarlo y se dio cuenta que él no eras vos..

-¡No grites así que vas a parir acá! -La retaste mientras le dejabas la bandeja en sus piernas.

-¡¿Alguien dijo parir?!- Entró Gastón de golpe. -Respira hondo, respira. -Le tomó la mano y le dio aire con la otra. -Nico, fíjate si sale la cabecita.

-¡BASTA! -Gritaste cuando tu amigo ya estaba a punto de levantar las sábanas para posicionarse entre las piernas de Lali. -¡Se van los dos! ¡SE VAN!

-Peter... no es por nada, ¿viste? -Te dijo cuando tus amigos salieron riendo de la habitación. -pero estás un poquito estresado. ¿Tostadita?

-Dame acá... -Le quitaste la tostada de la mano, le sacaste la taza de café de la boca, le retiraste la bandeja de las piernas y dejaste todo en el piso. Ella se volvió a recostar y vos pegaste tu boca a la de ella para intentar comenzar el día de buena manera.

-El teléfono... -volvía a sonar.

-Dejalo, deben ser los tarados estos. -Y apoyaste los labios en su cuello para que te revuelva el pelo como te gusta que lo haga.

-¡Atendé, dale! - Se alejó advirtiéndote que si no levantabas el tubo del teléfono, no la volvías a tocar.

-¡Ahí contesto! ¡Ahí contesto! Pero si son ellos dejo descolgado para que escuchen lo que hacemos. -Cuádruple sentido. -¡¿Hola?!

-Buen día... ¿cómo va?

-Ah, Rochi. -Te tranquilizaste. -Todo bien ¿por?

-Nah, lo tengo a Gas al lado mío que me amenazó para que los llame. -Ni las fans que estaban acampando fuera del hotel eran tan molestas.

Cinco Teen Angels parados detrás del telón esperando que den la señal para entrar a escena. Nervios por parte de algunos y ganas de hacer pis por parte de Lali que mientras tanto se comía lo primero que encontraba porque el chico que llevaba adentro la hacía engordar más y más. Unos pasos se escucharon y los cinco se dieron vuelta para sonreír.

-¿Van a dar el último show sin mi? -Preguntó Eugenia, ya vestida, maquillada y peinada.

Teen Angels terminaba en el dos mil doce, con una gira internacional. El último show se hacía presente y no podía faltar aquella persona que compartió gran parte de la vida de la banda. Israel iba a ser partícipe de un recital con seis cantantes.

Juntaron las manos y contaron hasta seis. Los seis salían al escenario. Los fans gritaban. Los seis cantaban. Los fans cantaban gritando. Los seis bailaban. Los fans saltaban, cantando y gritando. Los seis lloraban porque se terminaba una gran etapa de sus vidas y los fans también lo hacían porque les partía el alma verlos así. Ustedes hablaban llorando y los fans no entendían por qué se despedían si no querían.

Ustedes dos quedaron solos en el escenario y los fans sacaban fotos, mientras lloraban, claramente. Se miraron y suspiraron porque les pesaba en el cuerpo tener que despedirse. Llevaste el micrófono a la boca y los fans empezaron a grabar porque sentían que algo importante se venía.

-Vamos a ser papás. -Y en dos minutos la noticia recorrió el mundo, con fotos y videos de testigo. Las fans llorando y riendo. Ustedes que le hacían señas a sus amigos para que aparezcan en el escenario. Se abrazaban, saludaban, el telón bajaba y un "fin?" aparecían en una pantalla.

Secretos LalitersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora