Quince.

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-¿Pochoclos?

-Listos. -Venía Mariana con un recipiente rojó repleto. Los tachaste de la libretita que tenías en la mano.

-¿Juguito de naranja?

-Ya los traigo. -Volvió a la cocina para abrir la heladera, sacar la jarra de jugo y servir dos vasos.

-¿Frazada?

-Acá. -Llegaba de su habitación con una manta celeste.

-¿Control remoto?

-Tomá. -Te tendió el aparato y apoyaste los pies en la mesa ratona para relajarte sobre el sofá.

-¿Novia?

-Al lado tuyo. -Se sentó con las piernas atravesando las tuyas y se estiró para taparse.

-¿Beso?

-Chapame. -Una mano se te fue a su cola del impulso que diste hacia su boca. -Peter... para. No, no. ¡La luz!

-¡La puta madre! Preparamos todo esto para nada. Andá a apagarla.

-Ni en pedo, yo te alcancé todo. Andá vos.

-¡No... La! Estoy cómodo.

-Yo también estoy cómoda.

-Pero vos estás arriba mío, si me levanto vas a tener que salir vos y vas a dejar de estar cómoda. Andá, dale.

-Vamos los dos. -Solucionó. Resoplaste. Se levantaron los dos y caminaron de la mano para presionar la ficha de luz ubicada a medio metro y que la habitación quede a oscuras.

-Bueno, ¿en que canal era la peli? -Y te ocupaste de recibir otra vez a Lali en tus piernas. Se taparon, ella agarró los pochoclos y se mandó dos a la boca.

-Ciento treinta y dos.

-¿Y el control? -Lo buscaste pero no lo encontraste.

-¡Ah, no sé! Yo te lo di en la mano. -Ni se iba a preocupar.

-Y lo dejé acá para cuando nos levantamos a apagar la luz. -Señalaste el brazo del sillón. Te estiraste un poco para ver si había caído al piso mientras que con la mano izquierda sostenías a Lali de la cintura para que no se pierda ella también.

-¡Peter, dejá de moverte!

-Pero no lo encuentro. -Levantaste la frazada y manoteaste tu cuerpo (y un poco el de tu novia). Ella ya se había bajado la mitad de los pochoclos. - ¡Acá está! ¡Estaba sentado encima!

-Bueno dale. Ciento treinta y dos.

-¿Estas segura? Estan hablando en chino.

-La revistita dice ese canal. ¿No tiene subtítulos?

-¡Estan en inglés los subtítulos!

-This is the story of Chin... esta es la historia de Chin. -Y ella ya se concentraba en traducir todas las palabras mientras vos te ocupabas de dejar algunos besos en su cuello y meter mano por debajo de la remera. -Peter, basta. No escucho.

-¡Si están hablando en chino! Ya fue, La. Hagamos cositas lindas.

-No... Mira, te explico. Parece que Chin se enamoró de Lu-Wan y él la dejó. Seis años después, Lu-Wan volvió para recuperarla pero Chin está casada con Swan-Lani y tiene un hijo que resulta que es de la misma cantidad de años que Lu-Wan dejó a Chin.

-¡Ah, pero el guionista era mexicano! - Y ya le robaste algunos pochoclos. - Cuanto te juego a que el hijo de Chin es de Lu-Wan.

-Seguro. ¿Viste que lindo que es el actor que hace de Lu-Wan? -La miraste.

Secretos LalitersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora