53. ¿Buenas Noticias?

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Al llegar a casa, estaba aterrada de lo que diría. Apenas y lo podía asimilar yo misma.


Bajé del taxi, llevando mis maletas conmigo hasta el portón y toqué el timbre.


-Diga-contestó nuestra ama de llaves más antigua a través del interfon.


-Marilyn, soy yo, ________.


-Señorita, ¡qué gusto! En seguida abro.


-Gracias, Marilyn


El portón eléctrico se desplegó frente a mí, dándome paso.


Jalé mis maletas y caminé hasta donde estaba Marilyn, quien me abrazó con afecto y me dio la bienvenida.


-Su papá está en su estudio. Deme sus maletas, las llevaré a su habitación.


-Yo las llevo en un momento, Marilyn, gracias de todos modos.


-Bien, si quiere algo de comer o necesita algo, avíseme-me acarició la mejilla y se fue a la cocina.


Caminé de la manera más lenta posible al despacho de mi padre, pero el pasillo no era tan largo.


Pensé en volverme y tomar un avión de regreso, pero era demasiado tonto. Tenía que afrontar esto.


Toqué la puerta:


-Adelante-indicó mi papá.


-Hola, papá-dejé las maletas a un costado de la puerta.


-Hola, ¿qué haces aquí, cielo? Deberías estar en Irlanda-papá dejó su papeleo, se levantó de su silla ergonómicame y me abrazó. Su abrazo fue bienvenido y al mismo tiempo me puso más tensa de lo que ya me encontraba.


Estaba a punto de hablar cuando:


-Leonard, cariño-escuché la voz de una mujer, quien llamó a mi padre con toda dulzura y confianza.


Me giré, más no vi a nadie, sólo escuché pasos que se dirigían al estudio, donde estábamos mi padre y yo.


-Aquí-me sorprendió escucharlo contestar.


-Escuché que alguien llegó...-dijo y luego se quedó muda al igual que yo en cuanto la vi entrar.


-¿Qué hace ella aquí?-cuestioné.


-Hola, tesoro-dijo con timidez mi madre.


-Papá...-seguía esperando por la respuesta de mi padre.


Mi madre no tenía nada que hacer aquí. ¿Qué está sucediendo?


-Ve a dejar tus cosas. En cuanto termines reúnete con nosotros en el salón-pidió papá.


-Pero...-papá me mandó a callar antes de que protestara-. Bien-dije, subiendo a mi habitación.


La puerta estaba entreabierta, entré y en cuanto lo hice escuché una voz fenomenal, cantando en la ducha. Mientras ponía mis cosas en mi cama, noté que había ropa de hombre en ella. Caminé con sigilo hacia el baño, la puerta de este se abrió de par en par y una mata de cabello oscuro escurriendo agua salió.


-¡PAPÁ!-grité y mi padre subió a mi habitación tan rápido como pudo.


-Disculpa, disculpa-dijo el chico que se descubrió los ojos, removiendo el cabello que los cubría y revelando unos ojos color verde.


Se sostuvo la toalla contra la cintura y se ruborizó, al mismo tiempo mi padre entró en la habitación.


-Hija, él es Harry. Es hijo de Sonia-explicó mi padre y mamá llegó justo detrás de él.

Tóxico |N. H.| (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora