La fiesta de Uri {Última Parte}

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Sobrio es encantador pero creo que éste Niall con unas copas encima no me vendría nada mal.
-Sabes, allá  arriba hay un lavabo donde me gustaría joderte-habla contra mi cuello, muerde mi barbilla y mis piernas tiemblan-. ¿Qué dices?
A la mierda todo. ¡Quiero que me coja!

-Vamos-digo.

Niall sonríe con autosuficiencia, me toma de la mano, se tambalea un poco pero luego se estabiliza. Llegamos al final del corredor y frente a nosotros está una puerta azul. El baño, deduzco.

-¿Cómo supiste lo del baño?-pregunto.

-Vine hace rato. A desechar.

Se sonroja.

Coloca su mano en el picaporte y lo gira, entramos al baño y hay una curiosa lucecita de noche en el enchufe. Así que Niall no enciende la luz y pone el seguro en la puerta.

-Espero que no traigas nada importante aquí-Niall me quita el bolso de mi hombro y escucho cuando lo suelta en el piso del baño.

Besa mi cuello y me manosea el trasero, pegándome su erección hinchada en el estómago; masajeando y apretando mis nalgas entre sus grandes manos.

Mi vientre contrayéndose en el fondo con cada beso y con sentirlo estrujar mi trasero.

Me carga y me sube en el lavabo de concreto.

Se me acerca con su boca lista para besar mi cuello. Se detiene.

-No traigo condones. Maldición.
Sí, maldición.

-Espera-dice-, seguramente Uri tiene algunos.

Niall enciende la luz y yo me bajo del lavabo, descubrimos que el espejo es en realidad una puertecita y detrás hay una especie de botiquín, champús, esas cosas y ahí están; tres cajas de condones.

Niall saca cuatro condones de una caja y se los guarda en el bolsillo. Me subo en el lavabo.

-¿Qué quieres que te haga?-su voz ronca contra la piel de mi cuello. Se coloca entre mis piernas.

-Lo que quieras-me rindo a él.

-Tienes que decirme. ¿Qué tal si te quiero hacer algo y a ti no te gusta?

-No creo que eso pase.

Muerde mi barbilla y me baja el cierre del vestido, desliza la tela desde mi espalda, saca mis brazos de las mangas, sus dedos rozando mi piel me erizan hasta que logra dejar mi torso semidesnudo. Mi espalda se apoya contra la pared sobrante alrededor del espejo, doy un respingo por el material frío.

-Hoy no traes esa venda-con sus dos dedos índices traza el tirante izquierdo y derecho de mi brasier y termina por acunar mis senos entre las palmas de sus manos-. Esto te queda mejor.

Me estruja los senos al mismo tiempo, poniendo mis pezones rígidos de inmediato. Niall pasa las manos por mi espalda para desabrochar mi brasier.

-¿Me ayudas con esto?-ríe suave y yo deshago el broche. La música es amortiguada por las paredes y la puerta del baño así que escucho cuando se deshace de su suéter negro y la tela contra su piel cuando se desabotona la camisa. Pongo mi mano en su nuca y lo atraigo hacia mí, Niall empieza a hacer círculos con los pulgares sobre mis pezones, es increíble cómo me pone mojada de inmediato.

Mientras sus pulgares trabajan en mis pechos, besa mi cuello y su aliento sale irregular de entre sus labios.

-Cuánto quiero hacer esto.

Tóxico |N. H.| (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora