El experimento {Segunda Parte}

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-¿Niall, eres gay?-mi pregunta cuelga en el aire y los ojos de Niall están encajados en mí. No soy capaz de interpretar la expresión que cruza su rostro.
Estúpida. Debiste callarte

Niall se levanta de su escritorio, sus dulces ojos azules se ensombrecen. Camina hacia mí, mira mis ojos y no detiene sus pasos. Yo retrocedo instintivamente pero él no se detiene y no parece que quiera hacerlo. Mi espalda choca contra una de las paredes grises y Niall ya me ha alcanzado, sus manos están guardadas en los bolsillos y sus pulgares afuera. En una rápida maniobra levanta mis piernas y no sé qué objetivo tiene, sólo lo miro con sorpresa. Niall me sostiene por las piernas, contra la pared y yo me agarro a sus hombros para no caerme de lado.
¡Demonios él está tan cerca!

Murmura en mi oído:

-No. Soy. Gay. _________-enfatiza cada palabra. Empuja su erección entre mis piernas y yo gimo sin querer. No soy capaz de decir nada. Lo miro. Mi corazón corre dentro de mi pecho.

-¿Hagamos un experimento, quieres?-sus ojos se enfocan en mí, frota otra vez su erección en contra mía, lo siento endurecer y ya me he vuelto una piscina.

Asiento con la cabeza a su anterior pregunta.

-Ten sexo conmigo.

Mi mandíbula cae al piso, literalmente.

Sí quiero. ¡Pero es casi un desconocido para ti!, me escupe mi conciencia y yo le escupo recíprocamente a ella:Se llama Niall Horan, es irlandés y eso es suficiente para mí.

-Sí, Niall-respondo.

Reduce la distancia entre nuestros rostros a modo de que su respiración se mezcla con mía.
¡Me va a besar! ¡No debe besarme!

Aparto rápido mi rostro y el beso cae en mi cuello.

-No me beses-digo.

-Pero vamos a tener sexo-dice Niall, confundido.

-Pero eso no quiere decir que debas besarme.

-Pero vamos a tener sexo-reitera.

-Sí, pero un beso es muy personal y yo apenas te conozco.

-Pero vamos a tener sexo.
¿Que no te sabes otra frase?

-Cállate y que pase lo que tenga que pasar-pongo mi mano en su boca. Él arquea una ceja.

-¿Puedo besar tu cuello?

-Sí, sólo mi cuello.

Me muero por besarlo, de verdad que lo hago, pero no quiero lastimarnos a ambos. No quiero lastimarlo. No a él.

-Niall...soy virgen-deja mi cuello.

Me mira con los ojos muy abiertos y sonríe.

-No sabes cuánto estaba esperando a que dijeras eso. Porque yo también lo soy.

-¿De verdad?

-Ajá-sacude la cabeza afirmativamente varias veces.

Niall regresa a mi cuello, me quita de la pared, cargándome por él trasero; mis piernas se aferran a su cintura y mis manos a sus hombros. Camina hacia atrás a tientas. Se sienta en el borde de la cama, conmigo sobre él.

-¿Y cómo empezamos?-me pregunta.

-No tengo ni idea.

Nos reímos, su risa viva es mejor que a través del teléfono. Hundo la cara en su cuello.
¡Oh, él huele tan bien!...

Tóxico |N. H.| (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora