Cachorrita {Segunda Parte}

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Quería escapar, debía escapar.

Vicent desató mis brazos, estaba torcida y entumida, se puso en cuclillas y con una delicadeza que me pareció repulsiva y escalofriante desató mis piernas, pasando una mano a lo largo de mi pantorrilla izquierda. Decidí hacer algo que bien podría ser estúpido o que bien podría salvarme, no lo sabía, así como tampoco sabía cómo iba a caerle la patada, pero aproveché que Vincent seguía agachado y me daba un acceso fácil a sus testículos, los cuales pateé con toda la fuerza de mi pie derecho, justo tan fuerte como cuando me enseñó a patear un balón de fútbol a los ocho años. Vincent dio un grito y cayó hacia atrás, para luego hacerse un ovillo en el suelo con las manos entre las piernas.

Reaccioné y me levanté de la silla que después decidí lanzarle encima y él gritó:

-¡PINCHE PERRA!

Me olvidé de que lo quería, ya no quedaba nada de eso, sólo tenía que escapar, mi corazón martillaba mis oídos que seguían escuchando como Vincent gritaba obscenidades y seguía con el dolor en sus testículos por mi patada.Corrí por el pasillo que daba a la puerta. Estaba cerrada con llave. Sólo había estado en la casa de Vincent, cuando mi papá la compró. Papá. No sabía dónde estaba mi bolso así que no tenía mi móvil para llamarlo. Tenía que buscar otra salida. El pasillo era largo y las escaleras para llegar a la segunda planta de la casa, estaban a un costado en el salón donde dejé a Vincent, retorciéndose. Era estúpido arriesgarme, Vincent aun no había venido detrás de mí, no lo escuchaba gritar ya, lo que me ponía de nervios. Si llegaba a las escaleras, podía buscar una habitación, encontrar una ventana y saltar, esperando que no hubiera mucha altura de la ventana al piso. Corrí con todas mis fuerzas hasta las escaleras, Vincent ya no estaba en el suelo. Cuando creo que iba en el décimo escalón, lo escuché como salía desde detrás de las escaleras con pies furiosos, hacia mí, sentí que el corazón se me salía del pecho con cada escalón que subía, tenía miedo de que se me detuviera en cualquier momento. Apresuradamente, con las piernas palpitando y temblando busqué una habitación. Vincent ya estaba al final de las escaleras, viniendo en mi dirección, vi una puerta, entré en ella y luché por cerrarla pues Vincent ya estaba golpeándola y tratando de abrirla. Con todo mi cuerpo y con las fuerzas que pude sacar de él, logré cerrar la puerta y colocar el pestillo rápidamente.

-¡ABRE LA PUTA PUERTA!

No contesté, sentía sus puños golpeando la madera de la puerta y yo me apoyé contra ella, en un intento de reunir fuerza y valentía para disipar el miedo y pensar claramente cómo salir de ahí.

-¡VOY A ABRIR ESTA PUERTA Y NO SABES CÓMO TE VA A IR!

>>CONMIGO, NO VAS A JUGAR, CABRONA.

Vincent soltó una risa seca atrás de la puerta que no hizo más que enviarme una corriente helada de lentos y torturantes escalofrios. Vincent se fue sabrá Dios dónde. Me quité de la puerta y fui a la ventana, tenía seguro, lo quité y la deslicé, si Vincent no me atrapaba y yo saltaba por la ventana tendría demasiada suerte de salir ilesa pero sobre todo viva. Pasé una pierna por encima de la ventana y Vincent se estaba acercando con una escalera desplegable a la ventana, me alcanzaría, iba a media escalera. Tenía una opción; salir del cuarto, pero si salía inmediatamente, Vincent podría bajar las escaleras y atraparme en el jardín, yo no soy rápida. Esperé a que su cabeza se asomara por la ventana y caminé hacia atrás, palpando la puerta y quitando el pestillo.

Vincent sonrío sombrío cuando me vio. Giré el picaporte, cuando él ya estaba entrando en el cuarto, era demasiado grande así que tenía que contorsionarse un poco para entrar por la ventana mediana de la habitación.

-Conmigo no se juega, ________. Te lo dije-metió una pierna en el cuarto, su cuerpo estaba mitad afuera y mitad dentro. Así que lo hice, giré el picaporte, abrí la puerta, y la cerré detrás de mí. Sabía que eso no me salvaría por mucho pero tenía que darme un poco de tiempo.

Tóxico |N. H.| (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora