48. Idiota

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Niall:
*Acabo de abordar el avión que me llevará de vuelta a ti. Hay algo muy importante que debo decirte. Llámame cuando vuelvas a Dublín. Sé que estás en Mullingar y que no puedes ver esto ahora. Pero llámame cuando leas esto. ¿Qué te parece una cena?*.

Definitivamente eso no me lo esperaba. Pero estaba feliz porque volviera.

Quise contestar pero no tenía crédito.
Mierda.

Ella vuelve hoy. ¡Tengo que saber a qué hora llegará!

-¡Mamá!-la llamé para decirle que iría al aeropuerto a recibir a ________ que llegaba hoy.

-Niall-mi madre también me llamó al mismo tiempo en el que yo lo hice.

Mamá y yo nos encontramos en las escaleras, ella fruncía el ceño mientras sostenía un sobre beige en sus manos.

-¿Qué es eso, ma'?-le pregunté.

-Parece que es para ti. Estaba en el buzón-me tendió el sobre.

Mi nombre estaba garabateado en la parte central del sobre. Reacio, lo tomé.

Hoy es Navidad, la oficina de correos local no trabaja este día, al menos eso tengo sabido. Así que es improbable que el correo haya llegado hoy. Alguien más lo puso en nuestro buzón. No sabía qué era pero iba dirigido a mí y no quería que mamá se alarmara ya que estaba viéndome, esperando que abriera el sobre.

-Ah, es de parte de Zayn-dije a mi madre para no preocuparla. Y fui subiendo las escaleras de regreso a mi habitación.

-¿Y por qué no vino en persona a derjarlo?. Supongo que sabe que volvías hoy, ¿no?-dijo ella.

-Eh, no, él no lo sabía. De todos modos no importa, mamá. Voy a revisar esto.

Cerré la puerta de mi habitación una vez que estuve ahí.

Abrí el sobre y dentro de él había otro sobre blanco pero más pequeño. Quien envió esto buscaba claramente crear un suspenso en mí y vaya que lo logró.

Pero el sobre blanco tenía una especie de cita con una pésima letra:
"Las americanas son muy, ¿cómo decirlo?... ¡zorras!, ¿lo sabías?"

-¿Qué diablos?-exclamé, confundido.

Abrí el sobre blanco y lo que vi me explicó todo lo que la frase me había advertido.

En el interior del sobre blanco había unas fotografías de _________ siendo besada. ¡Besada y tocada! Por un tipo rubio que la tenía contra una pared y metía las manos debajo de su vestido. Y la siguiente foto me demostró que ella también lo estaba besando a él.

Sentía tanta repulsión cada vez que pasaba las fotos con mis manos, empleando más fuerza de la necesaria. La última fotografía fue todo lo que terminó de destruirme. Era ella, tendida en una cama, siendo embestida por el mismo tipo. Era una foto tomada de perfil y claro que era ________, la luz de una lámpara vieja la iluminaba y ella estaba cerrando los ojos y besando al otro imbécil. Arrugué las malditas fotos, y golpeé la pared que estaba cerca de mí, una vibración se extendió desde mi puño a lo largo de mi brazo. Necesitaba deshacerme de ésa rabia que llevaba contenida. Más bien lo que necesitaba era borrar este momento. Estaba furioso, lo único que quería era olvidar que vi ésas fotos de la chica que por desgracia amo. ¿¡Cómo fui tan idiota?!.

Nunca hacía esto, pero, rayos, debía haber una forma de que yo olvidara esto. Y sabía cuál era.

Salí de casa pasando desapercibido para mamá y caminé calle abajo hasta llegar al centro de la ciudad; específicamente a una taberna llamada The Clint. Un lugar de mala muerte. Justo en el que quería estar.

Tóxico |N. H.| (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora