Una solución para el miedo {Segunda Parte}

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Hago mi camino hasta casa de _________. Me planté frente al edificio, cuando estuve a punto de tocar el interfon recordé que no sabía en qué número de apartamento vivía ________. Empujo la puerta de hierro, me resulta un poco pesada. Al final entro al edificio, el vestíbulo es fresco y elegante.

-Buenas noches, joven-me dice el portero del edificio-¿buscaba a alguien?

-Buenas noches. Busco a la señorita ________ Sanders.

-Déjeme ver si puede recibirlo.

-De acuerdo.

El señor descuelga el interfono y presiona el número 264. Al parecer ________ no contestaba. Hasta que por fin escucho al señor decir:

-Señorita Sanders, buenas noches. La busca un joven.

El hombre voltea a verme y un gran fruncimiento de cejas se forma en su rostro mientras escucha atentamente.

-Tranquila, señorita. ¿Se encuentra bien?

Una incertidumbre crece en mi interior cuando veo la expresión del hombre y deseo arrebatarle el auricular para hablar con ________ y comprobar que está bien.

-...¿El chico?...-dice el hombre a _______-. ¿Cuál es tu nombre?-se dirige a mí ahora.

-Niall, dígale que la busca Niall.

El señor asiente.

-La busca el joven Niall, ¿quiere que pase?. Muy bien. De acuerdo, señorita-cuelga-. La señorita ________ dice que puede pasar.

-Bien, gracias-sonrío cortesmente al hombre.

-Apartamento 264, joven.

-Sí, gracias.

Llamo al ascensor, las puertas se abren y piso el botón que me lleva al conjunto de apartamentos con el número 200. Fuera del ascensor, me fijo en las puertas hasta que doy con el 264 que es donde vive ________...

________

El sonido del interfon me despierta, es muy insistente y por lo visto no va a callarse. Pero no me quiero levantar, aun tengo miedo, hago un acopio de valor y lanzo las cobijas hacia un lado para levantarme, camino rápido sin mirar a los lados pues no quiero ver nada que me haga alucinar, tomo el auricular del interfon un poco dubitativa y escucho al otro lado la voz del portero, es un gran alivio.

-Señorita Sanders, buenas noches. La busca un joven.
Vincent. Ha venido por mí, entro en pánico inevitablemente.

-¡No por favor no lo deje pasar! No lo deje pasar, se lo suplico-susurro al señor.

-Tranquila, señorita. ¿Se encuentra bien?-suena extrañado.

-No, no me encuentro bien. Dígame cómo es el joven. Pregúntele cómo se llama-digo ansiosa.

-...¿El chico? ¿Cuál es tu nombre?-se dirige a quién sea que esté en el vestíbulo con él.

Todo en mí se apacigua cuando oigo su voz: "Niall, dígale que la busca Niall". Es todo un alivio escucharlo.

-La busca el joven Niall, ¿quiere que pase?

Doy un largo suspiro y respondo:

-Sí, por favor. Déjelo pasar.

-Muy bien. De acuerdo, señorita.

Rápidamente voy al baño y me lavo la cara, creo que todavía tengo rastros del maquillaje del Viernes. Escucho el timbre. Con un poco de recelo, camino hacia la puerta y al ver por la mirilla que realmente el dulce Niall es quien está al otro lado de la puerta, me apresuro a quitar los pestillos de la puerta...

Tóxico |N. H.| (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora