Capitulo 4

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Los días siguientes a eso, no volví a ver más a Kendall por los alrededores.

-Perdoname, Key. -Volvió a decir Charlotte y yo volví a ignorarla como lo había hecho el día anterior. -Nunca quise hacer eso ¿vale? Fueron los celos.

Rodé los ojos mientras le subía el volumen a los auriculares. Íbamos de vuelta a casa ya que hoy era viernes.

Zac me había caído realmente bien al igual que Rick. A Liza no pude conocerla bien, ya que a veces me miraba extraño dándome a entender que no quería relacionarse conmigo y Abraham... Él es un caso a parte.

-Muy bien, chicos. Acabamos de llegar al instituto y me gustaría que todos bajaran del autobús y cojan sus maletas como personas civilizadas. -Dijo la profesora antes de que todos los adolescentes comenzaran a bajar sin hacerle caso.

Me despedí de los chicos y Sofía para recoger mi bolso y dirigirme al coche donde Marco me esperaba sonriente.

-¡Hola, papá!

-Princesa. -Me abrazó cariñosamente. -Hola, Charlotte. ¿Qué tal la acampada?

-Bien.

-Mal.

-Me alegro. -Contestó él sonriendo mientras se subía al coche. -Veo que hiciste nuevos amigos.

-Si. -Dije dándome cuenta de que Charlotte estaba jugando con el pelo de Marco. -Charlotte, para.

-Ya decía yo que sentía algo en la cabeza. -Contestó papá mirando por el espejo retrovisor como si pudiera verla. -¿Qué pasa? Solo hace eso cuando quiere que les resuelva algún problema.

-¡Exacto!

-Me tiró al suelo dejándome en vergüenza.

-¿En serio?

-¡Ya te dije que fue sin querer! ¿Por qué no me perdonas y ya?

-¡Porque no! Haberte pensado mejor las cosas.

-No peleen, chicas. -Dijo Marco una vez que aparcó delante de casa.

-Ya se fue. Idiota...

-Keyla. -Me regañó papá mientras que cogía mi bolso para entrar en casa. Yo lo seguí y cerré la puerta malhumorada.

-Lo siento, pero es verdad. Que a ella le guste Zac, no significa que él no pueda ser mi amigo.

-Lo sé, cariño, pero también tienes que comprenderla. ¿Qué harías tú si alguna chica se le acercara a Efren?

-Efren... -Murmuré acordándome de que ni yo lo había llamado ni él me había llamado. -Pues...

-Harías algo parecido, princesa. -Asentí sin saber que más decir. -Bueno, puedes ir a descansar. Me imagino que el camino hasta el instituto fue algo agotador.

Volví a asentir y me acerqué a él para que dejara un beso en mi cabeza, y subí a mi habitación.

Dejé el bolso sobre la cama y cogí mi móvil para llamar a Efren. Un pitido, dos pitidos, tres pitidos y nada...

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Efri♡
Últ. vez hoy a las 17:00


Ya llegué, Efri. ¿Te apetece vernos hoy?
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Bloqueé el móvil con frustración y me puse de pie para sacar las cosas del bolso, aunque cambié de idea y lo dejé todo dentro de la lavadora ya que era para lavar.

Between GhostsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora