-¿Keyla?
-¿Mmm?
-Keyla. –Fruncí el ceño al escuchar la voz de Zac. –Keyla, necesito ayuda.
-¿Zac? ¿Qué haces aquí? –Dije encendiendo la luz de la mesa de noche. –¿Cómo entraste?
-Eso no importa ahora, Keyla. Necesito tu ayuda.
-¿Qué pasa? –Miré el reloj para ver que marcaba las tres y cuarto.
-No lo sé. Tengo frío y... –De pronto, se desplomó sobre mi.
-¡Oye, Zac! –Comencé a removerlo cuando me percaté de que mi blusa del pijama estaba manchada de sangre. –Hey, Zac, abre los ojos. ¡Papá!
¿Dónde se metían Charlotte y Kendall cuando los necesitaba?
Seguí llamando a mi padre hasta que éste apareció por la puerta preocupado.
-¿Qué pasa? ¿Qué tienes? –Dijo mirando mi blusa horrorizado.
-¡Es Zac! ¡Ayudalo!
-¿Zac? –Frunció el ceño. –¿Dónde está?
-Aquí... –Murmuré comprendiendo lo que estaba pasando. –Dime donde estás.
-No lo sé... Yo... Salí por una... Y me atacaron...
-Zac, ¡Zac! –Comencé a darle palmaditas en la cara. –Iré a buscarte, pero necesito que me digas donde estás.
-Fui a... Katn's... –De pronto cerró los ojos para desaparecer.
-Tengo que ir a Katn's.
-¿Qué? No vas a salir sola y menos a estas horas.
-Zac necesita mi ayuda. –Terminé de amarrarme los zapatos para ponerme de pie y ponerme la chaqueta. –Estaré de vuelta enseguida.
-Iré contigo.
-Está bien. –Marco salió casi corriendo a su habitación mientras que yo bajaba hasta el salón. –Ya estoy, vamos.
•••
-¡Ahí está! –Grité desabrochandome el cinturón de seguridad. Marco paró el coche y yo bajé corriendo para arrodillarme junto a él. –¡Zac! Zac, despierta.
Toqué su frente para notarla caliente y sudada. Tenia una apuñalada en el costado izquierdo de la que no paraba de salirle sangre.
Papá llegó a mi lado y me ayudó a colocarle unos paños para la emorragia. Luego lo subimos al coche y fuimos directo al hospital más cercano.
El doctor que lo atendió nos dijo que esperaramos en la sala de esperas y que pronto saldría a comunicarnos algo. Y de eso había pasado ya como una hora y algo.
-¿Familiares del joven Cust?
-Aquí. –Dije levantandome junto a mi padre. –Soy su amiga. ¿Cómo está Zac?
-Esto no lo debería de hacer pero... Su amigo está bien. Aún está dormido por los calmantes que tuvimos que darle, pero se encuentra estable.
-¿Puedo verlo?
-Mmm... –El doctor se lo pensó y miró a mi padre. –¿Llamaron a algún familiar?
-Si, dijeron que estaban en camino.
-Entonces si. Puede pasar, señorita. –Asentí y seguí al doctor por el pasillo hasta la habitación de Zac.
Él estaba acostado en la cama y con los ojos cerrados. Me senté a su lado y le retiré el cabello que le caía en la cara.
-¿Por qué no estaba Charlotte contigo? ¿Qué fue lo que hiciste, Zac? –Y entonces, como si estuviera oyendome, empezó a abrir los ojos para mirarme.
-¿Keyla? ¿Dónde estoy? –Se incorporó de golpe llevándose las manos al costado. –¿Por qué me duele tanto esta zona?
-¿No lo recuerdas?
-¿Recordad qué? –Hizo una mueca de dolor cuando lo ayudé a acomodarse. –Estaba en Katn's con unos amigos cuando decidí volver a casa...
-Creo que te asaltaron. –Abrió los ojos. –¿Qué más recuerdas?
-A unos hombres salir de un callejón con un cuchillo en la mano y luego... Me acuerdo estar en tu habitación... ¿Qué hacía en tu habitación?
-Es complicado, Zac. Pero lo importante es que llegué a tiempo para ayudarte.
-¿Tú me encontraste?
-Si, estabas tirado en la acera y herido.
-Gracias. –Dijo cogiendo mi mano que estaba sobre la cama. –Gracias por salvarme.
-No tienes porqué darlas. –Le sonreí y sin que me dijera nada, me acerqué para abrazarlo. –Me diste un susto de muerte, Zac.
-Lo siento. –Negué sonriendo. –La próxima vez no volveré solo a casa.
-Ah, ¿qué habrá próxima vez?
-No pretenderás que no salga más de fiesta ¿no? –Reí con ganas.
Pronto llegaron sus padres y yo tuve que salir para que no fuéramos tantos en la habitación.
Marco y yo decidimos volver a casa ya que mañana era lunes y habría que levantarse temprano para ir a la universidad. ¡Yuju!
-¿En qué piensas?
-En qué mañana hay clase. –Dije mientras que lo ayudaba a quitar las sábanas de mi cama.
-Y yo tengo trabajo, Kely. Estamos en las mismas. –Me encogí de hombros.
-Lo más extraño de todo es que Kendall y Charlotte no han aparecido en ningún momento.
-¿No? –Negué colocando las sábanas limpias. –Quizás están ocupados.
-Está todo muy raro, papá.
-Bueno, duerme lo poco que te queda para que puedas levantarte bien.
-Si. Buenas noches.
-Hasta mañana, princesa. –Besó mi cabeza y yo dejé toda la ropa en el baño para mañana echarla a lavar.
Espero que al menos pueda dormir sin interrupciones estas dos horas que me quedaban...
ESTÁS LEYENDO
Between Ghosts
Aléatoire¿Qué hay después de la muerte? ¿Alguna vez alguien se había hecho esa pregunta? Hay diferentes opiniones y puntos de vista respecto a este tema. Unos dicen que nos rencarnamos en otras vidas, otros que no hay nada más allá de lo que vemos, y otros...