Capitulo 14

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-No vuelvas a hacer eso nunca más, Keyla.

-Ya, no te enfades, papi.

-Claro que me enfado. Tuve que pagar una buena suma de dinero por tú espectáculo.

-Lo siento. -Dije volviendome hacia la ventana. -Al menos ayudé a Angélica a hablar con su mamá.

-Claro, con esa buena acción se soluciona todo. -Rodé los ojos cruzandome de brazos enfadada.

-No quiero seguir hablando.

-El enfadado era yo, no tú. -Le enseñé la lengua a modo de enfado haciéndolo sonreír. -Qué infantil eres.

-Si, claro. ¿Dónde está Lucca?

-En casa con Jordan.

-¿Y Efren donde está? -Marco esquivó mi mirada bajándose del coche ya que habíamos llegado a casa. -Papá.

-El doctor hizo que la policía lo interrogara...

-¡¿Qué?!

-Tranquila, que ya lo dejaron salir y se fue a su casa.

-¿Por qué no vino a verme? -Pregunté mientras que entrábamos a casa.

-Porque le dije que volviera a su casa. Estaba muy enfadado y si te veía a ti, estoy seguro que iban a discutir.

-¡Keyla! ¿Estás bien?

-Si, melón. No tengo nada.

-¿Segura? Me asusté mucho cuando te vi así. -Dijo ahora Jordan dándome un corto abrazo.

-Bueno, ya estoy bien y no me duele nada.

-Menos mal. -Dijeron Lucca y Jordan a la vez.

-Yo ya me voy que es tarde...

-Gracias por cuidar de Lucca.

-De nada, señor Clark. -Dijo Jordan y despidiéndose, salió de casa.

-Creo que voy a ir a ducharme para dormir.

-¿No vas a cenar?

-No tengo hambre. -Dije encogiendome de hombros.

-Luego te darán los mareos, Keyla. -Rodé los ojos.

-Ya comeré algo por la mañana. -Dije dándome la vuelta para subir las escaleras y decir un "Buenas noches".

Entré a la habitación y fui directa al baño para ducharme. Eché toda la ropa para lavar mañana, ya que tenían manchas de mi propia sangre.

¿Qué era ese pitido que escuché? Y lo más importante, ¿por qué lo escuchaba solo yo?

Terminé de quitarme la ropa interior y entré a la ducha para meterme debajo del agua caliente. -Mmm...

-¿Acabas de gemir?

-¿Qué?

-¡Acabas de gemir! -Gritó Kendall dejándome paralizada.

-¿Pero qué haces en mi baño? ¡Sal de aquí!

-Tranquila, que no te estoy viendo nada. -Suspiré más aliviada pero aun así me enjaboné rápidamente.

-¿No puedes esperar a que salga?

-No, tu hermano vendrá a dormir contigo y este es el único tiempo que tenemos para hablar.

-¿Y de qué quieres hablar? -Pregunté quitándome ahora el jabón.

-De lo que te pasó. -Cerré el grifo y cuando fui a coger la toalla para secarme, me di cuenta de que no había ninguna. -Resulta que está relacionado con...

-Necesito una toalla, Ken.

-¿Por qué no sales así?

-Muy gracioso, Kendall. Dame una toalla, por favor. -Lo oí resoplar pero pronto cayó una toalla sobre mi cabeza. -¡Ay!

-¿En serio que te cayó encima?

-Si. -Dije cuando abrí la cortina después de haberme cubrido con la toalla. -No te rías.

-Bueno, vale. ¿Te acuerdas del signo que está en tú pared?

-Si, necesito vestirme.

-Espera a que termine de contarte. -Dijo y yo rodé los ojos saliendo de mi habitación.

-Kely, ¿Puedo dormir contigo? -Preguntó Lucca sobresaltandome.

-Claro, melón, pero espera afuera que voy a vestirme.

-Vale, avisame. -Dijo y salió cerrando la puerta. -Eso también iba para... ¿Kendall?

Pregunté pero no había ni rastro de él por la habitación. Por si las moscas, me puse la ropa interior rápidamente y el pijama para meterme en la cama.

Kendall volvió a aparecer sentándose a mi lado. -¿Ya puedo seguir?

-Si, pero rápido que mi hermano está esperando fuera.

-Bien. Te haré un resumen. Te echaron un conjuro que provocó esas hemorragias.

-¿Qué? -Pregunté mirándolo confundida.

-Ese signo representa eso. -Señaló a la estrella que aun seguía en la pared. -Tienes que tener cuidado, Keyla. Esto es algo serio y no me gustaría que te hicieran daño...

-Pe-pero ¿Por qué a mi?¿Y quién?

-¡Keyla! ¡¿Ya puedo entrar?!

-Mejor hablamos mañana, Key. -Dijo antes de esfumarse de mi habitación.

-Y-ya puedes entrar, Lucca...

-¡Menos mal! -Dijo mi hermano cerrando la puerta después de entrar. -¿Sabes? Mañana voy de excursión a la granja.

-Que bien. -Dije forzando una sonrisa. Después de lo que me dijo Kendall, me siento mal.

-¿Estás bien? Te encuentro...

-Nada, estoy bien. -Me acerqué para besar su cabeza. -Sabes que me encanta tu pelo ¿verdad?

-¡Si! A mi me gusta el tuyo. -Dijo él sonriendome ahora.

-Te quiero mucho, Lucca.

-Yo también a ti, melona. -Reí al oír eso.

-Tampoco me copies, listillo. -Lucca solo rió. -Venga, vamos a dormir ya que mañana hay que levantarse temprano.

-Vale. -Dijo metiéndose debajo de las sábanas. -¿Tienes una manta?

-Si. -Me levanté de la cama y fui al armario para coger la manta de rayas. Volví a la cama y la extendí sobre él.

-Ahora si que puedo dormir. Buenas noches.

-Buenas noches, Luke. -Me metí debajo de las sábanas y apagué la luz de la mesita de noche para cerrar los ojos.

Aunque no sabría si esta noche dormiría después de enterarme de mi "embrujo".

Between GhostsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora