Capitulo 22

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Gracias a Dios ya no había vuelto a soñar nada raro ni ha escuchar susurros provenientes de la ventana.

Ahora estaba esperando a que Zac llegara para saber porqué me había citado cerca del circo de Lenin.

-¿Para qué querías quedar aquí? -Pregunté una vez que mi amigo apareció en mi campo de visión.

-Pues para ir al circo. -Fruncí el ceño. -No sabia como pagarte el que me salvaras la vida y...

-Pero no tenias porqué invitarme, Zac...

-Claro que si. -Se llevó la mano a la herida. -Venga, vamos. Así te animas un poco. -Asentí y los dos empezamos a caminar hacia las carpas del circo. -Hoy es el último día. Mañana se van.

-¿Mañana? -Pregunté más que confundida. Lenin no me había dicho nada.

-Si. ¿Por qué te sorprende tanto?

-Pues... Porque mi mejor amigo trabaja ahí y...

-¿Qué? ¿Tienes un amigo que trabaja aquí? -Asentí. -¿Cómo...

-El circo pertenece a su familia, Zac.

-Ah, bueno. Eso es otra cosa. -Reí mientras que él le daba las entradas al señor que amablemente le sonreía a todo el mundo.

Nos sentamos en nuestros correspondientes sitios y vimos todas las maravillosas actuaciones.

-Ese es mi amigo. -Dije señalando a Lenin que salía con sus objetos de malabares.

-¿El malabarista?

-Ajá. -Sonreí de oreja a oreja al ver como Lenin comensaba con su función.

-Lo hace bien...

-Es el mejor. -Dije y Zac me miró. -¿Qué?

-Se te está cayendo la baba. -Fruncí el ceño para tocarme la barbilla. -¡Era broma!

-¡Idiota! -Lo golpeé para seguir mirando a mi amigo.

•••

-¡Lenin!

-Hola, Kely. -Lo abracé para besar su mejilla. -Pensé que me marcharía sin verte.

-Lo siento. No sabia que te ibas mañana.

-Si...

-Mira, Lenin. Él es Zac. Zac, mi mejor amigo Lenin.

-Encantado.

-Lo mismo digo, Zac. -Se estrecharon la mano. -твой парень? (¿Es tú novio?)

-Нет, это не так. (No, no lo es.) -Miré a Zac algo confundida para verlo a él más confundido aun.

-Bueno, siento mucho todo lo que te causé, Keyla. Pero sabes que puedes contar conmigo para lo que quieras.

-Te voy a extrañar mucho.

-Y yo a ti. -Volví a abrazarlo. -Te quiero.

-Yo también te quiero, Lenin. -Lo abracé más fuerte. -Bueno, ya. No quiero llorar.

-Está bien, está bien. -Nos separamos para reír. -Seguimos hablando por teléfono.

-Por supuesto.

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