Capitulo 27

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Al día siguiente, me levanté como si no hubiera pasado nada la noche anterior.

Marco me había reñido por no haber llegado a tiempo para la cena pero por suerte no me castigó. 

-¿Seguro que estás bien?

-Claro. ¿Por qué no debería estarlo? –Pregunté algo nerviosa. 

-Porque estás rara... –Entramos en la cafetería donde a lo lejos, Zac nos hacía señas avisándonos de donde estaban sentados. Por un momento iba a poner rumbo a su mesa, pero al ver a Abraham sentado a su lado, decidí arrastrar a Efren hacia otra mesa vacía. 

-Ya, vamos a sentarnos aquí.

-¿Y por qué no vamos con los demás?

-Porque hoy quiero comer solo contigo. –Le sonreí y parece ser que eso le convenció. –Bueno, voy a buscar el desayuno.

-Vale. –Me levanté de mi asiento para ponerme en la pequeña cola que había.

-Hey, ¿Por qué no se sentaron con nosotros?

-Porque queríamos desayunar Efren y yo solos.
-Está bien.

Después de coger el desayuno de Efri y el mio, volví a la mesa para verlo con su móvil. 

-¿Qué pasa?

-Nada importante. –Sonrió para guardar el móvil. –Gracias.

-De nada.

-Te ví hablando con Zac...

-Si. Me preguntó porque nos sentamos aparte. –Efren asintió y ambos empezamos a comer hasta que una chica se sentó a nuestro lado.

-Hola.

-Dime que la ves. –Dije girandome hacia Efren.

-Si. Y hola. –Contestó mi novio mirando a la chica. Era la primera vez que la veía. Tenia un bonito corte de pelo anaranjado por los hombros, estatura normal y piel blanca. Lo más que llamaba mi atención eran sus ojos rojos.

-¿Por qué no debería verme? No es que pase desapercibida

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-¿Por qué no debería verme? No es que pase desapercibida...

-Nah, no le hagas caso. Soy Efren.

-Nina. Y siento tener que sentarme aquí, pero no hay más mesas libres.

-No te preocupes. –La chica me miró y Efren me dió un codazo disimuladamente. 

-Tus ojos son rojos. –Negué con la cabeza sorprendida. –Digo, me llamo Keyla. ¿Por qué tus ojos son rojos?

-Keyla...

-Bueno, es una cosa que me gusta. –Se acercó un poco para susurrar –Son lentillas, pero esto que quede entre nosotros.

-¿Por qué? 

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