Capitulo 51 parte I

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Los meses siguientes durante el embarazo los pasé igual. Mi don nunca volvió e incluso Nina tampoco sabía el porqué.

Sí, con Nina ya había hablado y me había aclarado todo aquello de la magia y de su posición en ella.

-¿Segura que te encuentras bien?

-Sí, Efrén.

-Vale, pero no te esfuerces mucho. –Rodé los ojos para seguir con mi almuerzo.
–¿Quiéres algo más?

-Sí, otro sándwich estaría bien.

-¿Otro?

-Si, vegetal por favor.

-Está bien, ahora vuelvo.
–Asentí sonriendole antes de ver como se levantaba para alejarse de la mesa.

Keyla!

-Oh, hola, Nina... –Murmuré al darme cuenta de que iba acompañada por otra chica.

-Mira, Key. Quiero presentarte a Lorraine. Lory, mi amiga Keyla.

-Encantada.

-Lo mismo digo... –Volví a murmurar algo incómoda. Por alguna extraña razón que desconocía, ésta mujer me intimidaba.

-Lory cree poder ayudarte con tú... Ya sabes.

-¿En serio?

-Sí, ahora voy a dejaros solas para que podáis hablar.

Nina se alejó mientras que la chica sonrió para sentarse a mi lado.

-¿Puedo tocar? –Al darse cuenta de que no sabía a qué se refería, señaló mi vientre abultado.

-¿L-le harás daño al bebé?

-Tranquila, solo quiero demostrarte que puedes confiar en mí. Veamos... –Puso su mano sobre mi barriga para cerrar los ojos por un momento. –El bebé será niño, ¿verdad? Y lo llamaréis Nolan, como su abuelo. El papá de tu novio si no me equivoco...

-¿Pero cómo...? –La miré abriendo la boca sorprendida. ¿Cómo sabía ella eso si era la primera vez que la veía? Además, justo ayer nos habíamos enterado del sexo del bebé por un descuido de la doctora y ni siquiera nos había dado tiempo de contárselo a nuestros amigos, así que Nina no pudo decirle nada.

-Te lo dije, querida. Soy bruja.
Murmuró por lo bajo antes de reír. –Y ahora que ya me crees, ¿puedo proseguir para ayudarte? Nina me habló de lo que te pasó.

-Sí, pero no quiero dañar al bebé...

-Bueno, no puedo asegurarte nada.

-Entonces, no...

-¿Segura de ello?

-No lo sé, pero...

-¿Key?

-Bueno, querida. Esta tarde paso por tu casa y ya me dices. ¡Adiós! –Lorraine se levantó de la mesa para salir directamente del comedor.

-¿Quién era esa y qué quería?

-No te lo vas a creer.

•••

-¿Es lo que tú quieres hacer?

-No lo sé, papá. Efrén no lo está, pero yo quiero volver a verlos.

-¿Y si el bebé sale perjudicado? Nunca te lo perdonarías, Keyla.

-Quizás es un riesgo que debo tomar... –Murmuré suspirando antes de que el timbre de la puerta sonara. –Debe de ser ella.

-¿Y cómo sabe nuestra dirección?

-Es bruja... –Me encogí de hombros antes de caminar hacia la puerta para abrirla. Efectivamente, Lorraine estaba allí junto a un chico.

-¡Hola!

-Hola... –Me hice a un lado para que me siguieran.

-¿Tomaste una decisión ya?

-Cariño... –Oí murmurar al chico para verlo aún en la puerta.

-Ay, lo siento. Tienes que darle permiso para entrar.

-¿Eh? –Pregunté más que confundida.

-Sí... Quizás no te lo había dicho, pero...

-Ay, madre. Espera un momento. ¡Papá! Creo que es mejor que subas a tu habitación. –Dije en cuanto imaginé lo que podía ser.

-¿Qué?

-Sí, tenemos cosas muy importantes de las que hablar.

-Sí, vale. ¿Pero por qué él está en la puerta? Pasa, muchacho. Ni que fueras un vampiro...

-Gracias. –Dijo entrando con una sonrisa en la boca.

-Bien, ya puedes subir a tu habitación. Adiós. –Lo empujé levemente para que siguiera su transcurso. –¿Por qué será que no me sorprende esto ya?

-¿Por qué tú ves espíritus?

-Creí que era la única rara del mundo...

-Por favor, querida. En el mundo hay muchas razas "especiales" aunque tú no las creas. Por cierto, soy Arthur.

-Keyla...

-Lo sé. –Sonrió levemente antes de sentarse junto a su novia.

-¿Y bien, que decidiste?

-Aún no lo sé... No quiero hacerle daño a mi hijo.

-Para eso está Arthur aquí. ¿Verdad, Ar?

-Sí.

-Su sangre cura todo.

-Pero mi bebé aún no ha nacido...

-¿Quiéres arriesgarte o no?

-Yo... No puedo hacerle esto a Efrén...

-Entonces no quieres recuperar tu poder.

-¡Claro que quiero recuperarlo!

-Pues para que eso suceda, debo romper el hechizo que Sandy hizo sobre ti.

-Pero mi bebé...

-Ay, ya me cansé. –Arthur se colocó frente a mi en un abrir y cerrar de ojos para agarrarme por los brazos y mirarme a los ojos intensamente. –Quedarás dormida toda la duración del conjuro. Solo despertarás al oír la frase "Keyla, despierta" de parte de Lorraine.

Y de pronto, todo se volvió negro.

Between GhostsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora