No tenía por qué estar nerviosa. Era sólo un juego.
Era la chica superpoderosa verde. La ruda y descortés ―y algunas veces grosera― de su equipo. No le temía ni le daba vergüenza nada.
Pero, ¿jugar pocky? Eso era demasiado.
Más si jugaba con su enemigo del equipo de los RowdyRuff; casi su contraparte. Pero de una cosa estaba segura: era preferible dar un beso que tener que pensar por dos con respecto a las tareas de matemáticas.
Mirando la sonrisa burlona de su enemigo quien le mostraba la peculiar caja roja de pockys, se sentó frente a él. Cuando Butch se colocó un extremo de la pieza de galleta cubierta de chocolate en sus labios y le insinuó que colocara el otro extremo en los suyos, la morena se sonrojó y, aunque nunca lo admitiera, se puso nerviosa.
Cuando por fin se colocó el extremo en su boca, Butch se separó un momento.
―Vamos, Kaoru, no estés nerviosa ―sonrió―. Es sólo un juego.
Kaoru frunció el ceño. Butch siguió hablando, para malestar de ella.
―Mordiscos pequeños, ya lo sabes. No importa la velocidad. Y si te retiras harás mi tarea de matemáticas por dos semanas; si no lo haces, yo haré las dichosas tareas.
Y volvió a unir sus labios con el extremo sabor a chocolate. Su orgullo era primero, no se dejaría humillar por ese «cabeza hueca» de Butch.
Comenzaron a morder con lentitud, disfrutando cada vez más el dulce y delicioso sabor del pocky. Butch cerró los ojos confiado: podía jurar que la chica preferiría hacer la tarea doble vez por dos semanas que besarlo, así que sólo continuó con este jueguito tonto y extraño.
Mas abrió los ojos sorprendidos cuando sintió otros labios suaves sobre los suyos, rozando primero su labio inferior, después superior y al último darle un suave beso.
Kaoru se separó de él, limpiándose de paso el resto de chocolate que quedó sobre sus labios y le entregó un pedazo de papel para que se limpiara. Su rostro seguía sonrojado, pero ahora el de Butch parecía semáforo en rojo encendido. Sonrió y se levantó.
―Recuerda que la tarea de matemáticas para el martes vale la mitad de la calificación. Más te vale hacerla bien para que la pueda entregar.
Quitándole un pocky más, comenzó a dejarlo solo, sentado en la banca apartada del parque, más tieso que una estatua vieja.
Kaoru comenzó a degustar de su dulce sabor a chocolate. No cabe duda de que este dulce es delicioso, pero los labios de Butch lo son más. Sonrió. Mas esto jamás se lo haré saber. No por ahora.
Anna Cecitzel de Tao
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One-Shot's Ppgz Y Rrbz
RandomPortada hecha por: @gayiscute One-Shots de las Ppgz y los Rrbz