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||♠Especial Navidad♠ [2/6] 《Amigo Secreto》||

Casa del Profesor Utonium

Ken y Poochie se encontraban decorando el enorme árbol de navidad, el profesor colgando las luces navideñas y el Alcalde y la señorita Bellum, que también estaban ahí y se ofrecieron a ayudar, se encontraban armando el enorme nacimiento del profesor Utonium pero les parecía imposible, con las justas podían armar el pesebre del niño. Todos estaban concentrados en lo que hacían que no se dieron cuenta de que seis chicos habían entrado, hasta que...

-¡Que me digas!

-¡Que no!

-¡Que sí!

-¡Que no!- Momoko y Brick, empezaron a hacer, otra ves, su pequeño pleito mientras que el resto de los chicos tenían tapones en sus oídos, casi todo el camino escuchando los gritos de los pelirrojos

-Hola chicos, ¿Qué es lo que sucede?- preguntó Ken desde la gran escalera en donde se encontraba adornado el árbol

-¡Brick no me quiere decir quien le toco como amigo secreto!- gritó la pelirroja en un berrinche mientras los demás se sacaban los tapones de los oídos

-¡Ya te lo dije!, ¡incluso el nombre del juego lo dice!, "Amigo Secreto", ¿Qué parte no entiendes?, ¡es un secreto!- gritó ya arto de la insistencia de la chica

-Guau, ¿están jugando al amigo secreto?- preguntó Poochie acercándose

-Ah, si ¿por?- respondió Butch

-Guau, yo también quiero jugar- dijo Poochie feliz dando pequeños saltitos

-Lo siento Poochie, no creo que puedas- le respondió la morena, rompiendo toda esperanza del pobre perrito

-¿Por qué no?- preguntó el cachorro llorando dramáticamente

-Lo siento Poochie, pero es una actividad de la escuela y no creo que puedas ir donde las Miss Keane y decirle que ponga tu nombre- le respondió Miyako haciendo que el pobre de Poochie lloré más aun

-Pero, pero yo quería jugar- dijo el perrito entre sollozos

-Tranquilo, Poochie, ¿Qué tal si jugamos entre nosotros?- sugirió el profesor después de haber terminado de colgar las luces navideñas

-¡Sí!- sonrió victorioso

-¿Ustedes también quieren participar chicos?- preguntó Ken ya habiendo bajado de la escalera de dos metros y medio

-No, gracias, mucho gasto- respondió Kaoru

-¡Kaoru!- le reprocharon sus amigas

-¿Que?, es cierto- se defendió

-Bueno, no importa, nosotros nos apuntamos- dijo Momoko junto con los demás

-Ah, Profesor, no es que lo quiera molestar pero... ¿nosotros también podemos participar?- preguntaron el Alcalde y la señorita Bellum

-Claro, pero... Kaoru, ¿estas segura que no quieres participar?- preguntó el profesor algo dudoso

-No, no pienso gastar mis ahorros en más regalos, lo siento- respondió como su última palabra

-Ah... Profesor Utonium, ¿usted no cree que me pueda ayudar aquí?, por favor- suplicó la señorita Bellum que con las justas estaba evitando que el pesebre del nacimiento se caiga al suelo, el alcalde le había dejado todo a la pobre

-¡Yo ayudo!- gritaron Momoko y Miyako dirigiéndose hacia ella

30 minutos después...

-¡Porfín!- exclamó Kaoru al terminar el gigantesco nacimiento del profesor -Profesor, ¡¿por rayos tiene un nacimiento tan grande?!

-Kaoru tiene razón profesor, en mi casa, a pesar de ser grande, solamente tenemos un nacimiento chiquito- dijo Miyako exhausta de haber ayudado -A veces pienso que es muy exagerado

-Bueno, ese nacimiento le perteneció a mi familia hace varios años y, aunque sea algo grande...

-¿Algo?- preguntó Kaoru irónica

-Bueno, ya, bastante grande, la cuestión es que lo pongo porque se ha vuelto una tradición familiar

-¿No sabia que tenia tradiciones?- cuestionó Momoko

-De hecho, tengo bastantes- reveló el profesor -Bueno, ¿Quién quiere algo de beber?- preguntó el profesor con una bandeja de limonadas

-¡YO!- exclamaron todos empezando a correr hacia el profesor para después tomar uno por uno una bebida

-Guau, yo también quiero- dijo Poochie apunto de agarrar la última bebida pero...

-Lo siento cachorro, muy tarde- habló Kaoru agarrándose la última bebida

-Oye no es justo, Guau, ¡dámelo!- reclamó

-Lo siento perro tonto, yo llegué primero- dijo yéndose triunfante dejando al pobre perrito triste, cuando...

-Vas a ver, no voy a dejar que te quedes con mi bebida- habló con determinación, corriendo hacia donde la chica que se encontraba a punto de beber su bebida, saltando hacia ella pero...

-¡Poochie!- gritó Kaoru, el plan de Poochie era prácticamente saltar hacia ella para arrancharle la bebida pero hizo un mal cálculo haciendo que la chica bote su bebida -Poochie, ¡¿pero que rayos has hecho?!- preguntó muy pero muy molesta

-Oh, oh- pronunció el perrito para después empezar a correr por su vida

-¡Vuelve aquí!, ¡perro del demonio!- gritó empezando a perseguirlo por todo sitio hasta que...

-¡Kaoru, cuidado!- advirtió Miyako pero muy tarde

-¡AH!- la chica había tropezado con lo más preciado para el niñito genio, ¿Qué cosa?

-¡NOOOO!, ¡Mis tubos de ensayo nuevos!- gritó Ken melancólico al ver sus tubos de ensayo rotos, hechos trizas, en el suelo -¡Tu!, ¡Tu hiciste esto!- exclamó enfadado dirigiéndose hacia Kaoru

-Oye cálmate, fue un accidente- dijo la chica agarrándose el brazo, se había hecho una herida con el vidrio roto, no era muy grande pero si parecía un poco profunda

-¡Eres una asesina de tubos de ensayo!-

-¡Oye!, ¡deja de gritarme como si fuera solo mi culpa!, también lo hizo Poochie- habló algo ofendida, agarrándose un poco más fuerte el brazo le había empezado a arder

-¡Los dos!, ¡los dos tienen la culpa!- dijo llorando cómicamente tirado en el suelo

-Tranquilo, además solo era vidrio, ¿no?- recordó algo nerviosa por la situación

-¡No era solo vidrio!, ¡era mi futuro de hacer nuevos experimentos!, mi papá me los había dado tan solo ayer- espetó llamando al profesor "papá" por primera vez haciendo sentir más culpable a Kaoru y a Poochie

-Lo sentimos- dijeron ambos cabizbajos

-Ken, vamos, no importa te comprare tubos de ensayo nuevos- animó el profesor

-¿De verdad?

-Si

-Bueno en ese caso, no importa, pero que sea en navidad, ¿si?

-Ya, esta bien

-Oye, Kaoru, ¿estas bien?- preguntó Miyako acercándose lentamente

-Ah, si, ¿por?

-¿Que no es obvio?, tu brazo- exclamó Butch acercándose algo preocupado pero lo supo disimular

-Ay, no es nada- habló la chica

-Déjame revisarte- pidió Miyako haciendo que la chica aceptara.

(...)

Después de que se resolvió todo el embrollo que se armó con los tubos de ensayo de Ken y el pequeño incidente que tuvo Kaoru, todos se fueron a sus respectivas casas, al día siguiente tenían que ir a comprar el regalo para su "Amigo Secreto" pero no supieron que eso le traería pequeños problemas

MilaBela