||Candy||

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I

Él tiene cinco años y ella ocho cuando se conocen. Él se encuentra comiendo un helado en el pórtico de su nueva casa cuando ella se acerca dando saltitos con su vestido rosa, su cabello atado en un listón rojo y la sonrisa más hermosa del mundo aunque le falte un diente.

-Eres el chico nuevo, ¿no? -pregunta con su voz de campanitas y las mejillas rojas y regordetas-, ¿cómo te llamas?

-Brick -contesta un poco nervioso, ignorando la golosina que se derrite en su mano dejándola pegajosa y el rojo que se apodera de sus mejillas-, ¿y tú?

-Momoko, un placer -toma las puntas de su vestido y hace una pequeña reverencia. Brick está tentado de decirle que es muy linda cuando su madre le llama desde dentro de la casa y Momoko suelta una risita-. Bueno, creo que nos veremos luego Brick.

Le deja un caramelo de cereza en su mano, la que está limpia y libre de helado, y el corazoncito de niño de cinco años latiendo muy rápido antes de irse dando saltitos y tarareando una cancioncita.

No sabe por qué lo hace, pero guarda el caramelo bajo su almohada esa noche.

II

Brick tiene seis años y el caramelo ha desaparecido de debajo de su almohada desde hace ya mucho tiempo. Aún conserva el envoltorio luego de que su hermano menor lo encontrase y se lo comiese alegando de que fueron las hormigas. Lo guarda en una caja junto a una foto familiar y su primer gorrita de bebé.

Su madre le ha dicho que aquel detalle de guardar algo como su primer caramelo juntos era señal de que la quería.

Hablaron todo la tarde sobre lo que significaba querer a alguien, los distintos tipos de cariños y como deseas lo mejor para el ser querido y lo mucho que quieres estar junto a el pasando momentos maravillosos.

Brick llegó a la conclusión de que quería a Momoko tanto como podía hacerlo un niño de seis años; de verdad verdad. Su madre dice que es el querer más sincero he inocente; el de un niño.

III

Momoko cumple doce y Brick le regala una rosa junto a una caja musical con una bailarina dentro. Le dice que se llama Momo y le cuenta todo una historia que ella escucha maravillada y encantada.

Están a punto de romper la piñata cuando comienza a llover y todos comienzan a entrar a la casa rápidamente. Ambos se meten bajo la mesa del comedor y se comen a escondidas una gran porción de pastel que se han robado cuando nadie veía. Se queden toda la tarde ahí, viendo a la pequeña bailarina danzar una y otra vez.

Momoko sueña que es una princesa bailarina.

Brick que es el príncipe que la acompaña en su vals.

IV

La primera vez que Momoko lo besa él tiene trece años, y ella tres más. Se está a punto de mudar y odia eso porque se tendrán que separar y tiene miedo de no verla nunca más.

Brick se despide de ella, prometiéndole que volverá a verla y entregándole un caramelo de cereza igual que el que ella le había entregado la primera vez que se vieron. Momoko le pide que no la olvide y le besa en la comisura de los labios aunque no es su intención.

No fue un beso como tal, pero Brick quiere creer que sí.

V

Se vuelven a encontrar seis años después y Brick se sorprende al ver que no muchas cosas han cambiado. Momoko sigue teniendo el cabello largo y los ojos rosa brillantes de sueños e ilusiones, todavía sueña que es una princesa bailarina; pero eso es un secreto que sólo Brick sabe.

Hablan de tantas cosas y recuerdan los viejos tiempos. Brick le dice que han sido apenas unos años (por dentro se dice que fueron los años más lentos y torturoros), Momoko le cuenta lo mucho que lo extrañó mientras sus ojos se llenan de lágrimas, luego sonríe y exclama que le encanta tenerlo devuelta en su vida y le pide que no la vuelva a dejar. Le promete que se quedará a su lado por siempre.

Se quedan mirando las estrellas toda la noche.

VI

Es el día de los enamorados y Brick decide que es el momento de formalizar las cosas con Momoko. La invita a una cena romántica y cuando se ha dado cuenta están riendo y compartiendo el postre. Tiene veinte años y siente mariposas en el estomago cuando Momoko le sonríe; una sonrisa que es sólo para él.

Recuerda el día en el que se conocieron, él todo un niño avergonzado frente a una princesa de mejillas rojas. No puede evitar pensar que los labios de Momoko son como aquel caramelo que ella le dio ese día; brillantes, rosas y seguramente dulces como una cereza.

Hasta ese momento no lo había notado, pero descubre que hay algo hipnótico en sus labios caramelos; lo llaman a probar. Al final ella termina tomando la iniciativa y pidiéndole que la bese. Siente la sangre más caliente, los latidos más acelerados y fuegos artificiales en sus venas cuando sus labios se unen.

Terminado el día son novios oficialmente y Brick ha dado su primer beso.

Jek Scarlet

One-Shot's Ppgz Y RrbzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora