La ciudad de Saltadilla, un lugar que podría ser similar a cualquier otra de no ser porque en aquel lugar poseía como protección a un trio de chicas las cuales siempre trataban de mantener la cuidad a salvo de los villanos. Todo hubiese sido una rutina de no ser porque ahora el peligro disminuyo hasta tal punto de dejarles el trabajo a las autoridades correspondientes para la ejerción del bien para con los ciudadanos.
Pero... ¿Qué habrá sucedido con los únicos que podían ser capaces de estar al par de las protectoras del bien y la justicia? Fácil, ahora tenían otros objetivos en su vida y estar causando estragos en la ciudad ahora les resultaba tedioso, monótono, aburrido y sobre todo predecible. Por supuesto sus cambios de personalidad tan radical se debió a la edad, pero a quien, al parecer resulto ser el más afectado fue al ex Rowdyruff Boy representante del color verde.
Si, Butch Him. Un joven de ojos rasgados, casi avellanados de color verdes esmeralda, cabello azabache y piel blanca. Aquel niñato cuyas ideas infantiles invadían su mente junto a la de sus hermanos ahora se encontraba siguiendo a una chica. El problema no era fijarse en las mujeres, después de todo lo mismo sucedió con sus hermanos pero lo que sucediera con ellos no debe de ser importante, al menos no por ahora. Simplemente en este momento son un cero a la izquierda.
Pensaba como podía acercársele sin el temor de que aquella chica lo recordara como el villano. No, el quería acercársele como lo que es ahora; una persona que fue víctima de la atracción hacia el género femenino y si bien aquella mujer tenía todas las características impuestas por la sociedad para ser considerada una mujer hecha y derecha, lo único que opacaba todo eso era su comportamiento. Aquel comportamiento... no tan femenino, en pocas palabras ¡Una marimacha pues!
¿Qué si eso le importaba a Butch? Para nada. Él la quiere tal y como es; incluyendo su actitud y comportamiento. ¿Y que si Kaoru no era la más femenina de la ciudad?, al menos el ojiverde no era ciego por lo tanto podía observarla con deleite; como a pesar del actuar de ella, por aspecto físico seguía siendo una mujer, mujer que cautivo al azabache.
Butch pensaba en que forma le diría todo lo que siente por ella. Tal vez un poema, descartado de inmediato; lo considera algo anticuado. Acercársele y pedirle su número telefónico... pues si lo que quiere es acercársele de una vez y no ir paso a paso no le parecía apto para comenzar. Existe la posibilidad de: en primera obtener el número verdadero pues no faltaba quienes engañaban al dar números que en ocasiones les pertenecían a señores de edad avanzada; razones que no descartaba debido a viejas experiencias, y en segunda: que sea respondido por medio de mensaje o llamada y no en su lugar ingratas decepciones.
Mencionando los mensajes, en el celular del joven azabache apareció una notificación. Era una respuesta a una canción que el comento sin objetivo de burla.
Divine, candide, libertine.
¡Eso es! ¿Y porque no? Aunque al principio le pareció cursi y anticuado como el escribirle una carta. La idea en si no estaba del todo pasado de moda; aún se encuentran personas dedicando canciones. Eso no es problema para Butch.
Ce soir je viens...
Si, se lo demostraría con una canción, pero una en la que explicara lo que realmente anhelaba de ella y él no le saldría con cursilerías, le cantaría una en la que le diera a entender que no solo buscara un noviazgo del típico estereotipado "amor de princesas" o uno de telenovela, daba igual.
M'inviter dans ton lit.
Con más confianza de lo normal apresuro el paso con la intención de alcanzarla en un lugar con menos personas alrededor. Ya tenía la canción, ahora solo la estaba tarareando para que no se le olvidara la letra. Porque obvio, no pensaba cantársela, simplemente le diría, como si fuera una plática normal, una adaptación a su manera.
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One-Shot's Ppgz Y Rrbz
RandomPortada hecha por: @gayiscute One-Shots de las Ppgz y los Rrbz