Capítulo 4

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Mal Comienzo.

Llegaba tarde su primer día de clases, por lo que se pasó algunos semáforos en rojo. Solo le quedaba esperar a que no le hicieran una infracción, su presupuesto, casi nulo, no lo soportaría.

El establecimiento quedaba a unas cuadras de su departamento, pero como había estado trabajando en el bar hasta esas horas, se vio obligado a utilizar el auto.

El edificio era pequeño, pero al no conocerlo, le había resultado un laberinto casi imposible de finalizar. Por suerte, una de las empleadas de la limpieza, se apiadó de él y  le indicó cual era su aula. Al ingresar, el profesor de historia, ya había empezado la clase. 

–Disculpe profesor, ¿Cómo está?...- habló nervioso –Soy nuevo...Se me hizo un poco tarde, ¿Puedo entrar?

– Si. Por favor, pasa - el hombre alto y muy delgado, de cabellos cortos, oscuros y de gafas gruesas, le sonrió amable, mientras le indicaba donde debía sentarse. 

Se dirigió al lugar en el que le habían acomodado, el tercer asiento del medio del lado del pasillo, que daba a los demás bancos ubicados delante de la ventana; junto a una chica, de cabellos rubios y ojos azules.

Al tomar asiento, el profesor le pidió que se presentara, a todos.

– Mi nombre es William Smart, pero prefiero que me llamen Billie... -Tengo 17 años y vengo del Montreal School.... Y no se que más decir - Soltó una pequeña carcajada, sintiéndose algo cohibido.

–Yo soy Albert Weiner, Billie, el profesor de historia...- sonrió amable –Disculpa, ¿Tienes que ver algo con los Smart de la cadena de supermercados? -preguntó con curiosidad.

–Si, mi padre es el dueño

Un gran murmullo se desató en el curso, pero segundos después, el docente había logrado acallar a los alumnos.

_ Y...Dime, Billie... ¿Por qué te cambiaste de un colegio de la categoría del Montreal School, a este?... No es que desmerezca esta institución, pero es muuuuy diferente

–Es lo que mis padres decidieron para mi... Ellos saben que es lo mejor ¿no? - respondió sin ganas de entrar en detalles. El profesor no se atrevió a replicar esa respuesta, y sin decir más, continuó su clase.

– Hola me llamo Ann Miller, pero puedes llamarme Annie, si quieres -dijo sonriente la muchacha que estaba a su lado.

–Hola Annie, un gusto -respondió él, dándole un apretón de manos.

–Tarde señor Sleiter, tarde... Creí que ya no vendría ¿Tiene los papeles de la reincorporación? - escuchó decir al profesor y al reconocer ese apellido, su rostro se giró casi por inercia.

Ahí estaba él, tan hermoso como la primera vez en que lo había visto.

Billie sintió su corazón, desbordarse de la emoción y no pudo, ni quiso evitar que una sonrisa boba, se dibujase en su rostro.

–Sí. Aquí los traje -dijo el chico, Jack, somnoliento, mientras le mostraba unos papeles.

–Vaya a sentarse, por favor

Observó como Jack se le acercaba. Sus cabellos pelirrojos resplandecían, como si se tratasen de llamas de fuego sobre su cabeza, resaltando lo hermoso de su nívea piel, sus ojos verde esmeralda y sus apetecibles labios rojos.

Estaba asustado de lo que aquel joven pelirrojo le hacía experimentar. Nunca antes había sentido atracción por nadie. Tenía que ser justo un hombre, quien captase su atención de esa forma. Sin embargo, no le importaba. Las probabilidades de ser gay o quizás, bisexual, poco le preocupaban. Solo quería dejarse llevar por el hechizo que aquel muchacho tenía sobre él.

Jack: The JokerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora