Capítulo 67

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Entre tus brazos


Los besos de Jacob estaban cargados de una ternura y sus brazos lo aferraban de tal forma, que entre ellos se sentía amado como nunca antes. Sin embargo, en su pecho había una sensación angustiante que no lo dejaba en paz.

¿Qué sucedería si de repente, él le rechazaba?

Apretó contra sí, su menudo cuerpo, en un intento de no dejarle escapar. A pesar de ser un hombre tan importante, su apariencia era frágil y le causaba esa necesidad de protegerlo de todo. Le estrujó los glúteos con fuerza y aprovechó ese pequeño gemido que escapó de sus labios para mordérselos. Se estaba deshaciendo de deseo entre sus brazos, eso lo sabía, pero no estaba seguro de querer continuar.

Jacob se frotaba con fuerza contra su cuerpo, necesitaba aliviarse; su miembro estaba demasiado duro y era obvio que eso le resultaba doloroso. Temblaba, le besaba con fervor y le acariciaba como si se tratase de lo más hermoso del mundo. Pero no lo era y algo reaccionó en él, cuando una de sus manos fue a parar debajo de su remera.

_ ¡Oh!, no, no, no... Espera _ se alejó de él de repente

_ ¿Qué? _ preguntó Jacob notoriamente agitado y deseoso por continuar

_ No quiero _ se separó con delicadeza de él y caminó hacia su mesa de luz, abriendo el cajón, sacó de allí una cajetilla de cigarrillos junto a un encendedor. Se puso a fumar nervioso

Jacob se quedó unos instantes observándole confuso y angustiado

_ ¿Por qué... no quieres? _ se atrevió a hablar dejando entrever la angustia que lo invadía a través de su voz.

_ Yo... Simplemente no, Jacob _ ni siquiera se animaba a mirarle a la cara. Continuó dándole caladas a su cigarrillo, como si se le fuese la vida en ello.

_ ¿No te resulto atractivo? _

Levantó el rostro sin poder creer que fuese cierto lo que acababa de decirle y lo observó, con el pelo alborotado, los ojos brillantes a causa de su desasosiego y un gesto expectante en ellos; sus labios rojos y su camisa semi-abierta, por la cual asomaban de manera sugestiva unos pequeños y erectos botoncitos rosados en un pecho lampiño de suave piel nívea. Por supuesto que era atractivo, si en ese maldito instante lo que más deseaba era abalanzarse sobre él y follarselo, como si no hubiese mañana.

_ ¿Qué cosas dices, Jacob? _ preguntó con cierta irritación.

_ Entonces... no entiendo _ esbozó un mohín infantil, que le hizo verse adorable

Jack frunció el ceño y se dió vuelta para mirar por la ventana. El jardín se veía tranquilo y no pudo evitar divagar unos instantes al recordar que eso en realidad no era un jardín, sino un bosque; aquella propiedad tan enorme, no tenía un vallado que la limitara.

_ Jack... háblame... quiero entender _

Se giró para mirarle a los ojos, sintiéndose algo violentado, sin embargo, la expresión triste que estaba esbozando le hizo tener remordimientos. No se estaba burlando de él, realmente quería comprenderle y no sabía cómo era capaz de no ver lo evidente.

_ Está a simple vista, Jacob _ le dijo apretando los dientes. La impotencia le embargaba por completo.

De inmediato, el aludido cambió de gesto a uno más seguro y se le acercó a paso firme.

_ Quítate la ropa _ ordenó sin una pizca de la timidez que había mantenido hasta hacía unos instantes.

Le gustaba esa parte de Jacob, podía sentirse falto de confianza por dentro, pero cuando se decidía, era capaz de ocultar sus miedos de tal forma que te costaba creer que en realidad era un hombre vergonzoso.

Jack: The JokerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora