Capítulo 16

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Aterradoramente inevitable


El aroma de Jack aún permanecía en el ambiente. Había estado ahí, había sido real, lo había tenido, tan hermoso y radiante solo para él.

Nada importaba ya, ni siquiera que aquel dinero hubiese sido para pagar la boleta de luz y que ahora le llegase la intimación de pago. Había valido la pena cada centavo invertido en el pelirrojo, en poder haber compartido unos instantes con él, aunque solo le hubiese visto dormir, tan pacifico y hermoso, como un bellisimo ángel endemoniado.

Se recostó unos instantes tratando que su esencia se impregnase en su piel y abrazó fuertemente las ropas que le había prestado. Era suficiente, se sentía feliz y satisfecho; pero, a la vez deseaba más, lo quería todo de él.

Se tomó una ducha luego de desvariar, unas cuantas horas, con la idea de poder tenerle. ¡Que feliz sería!.

Se fue a la escuela lo más deprisa que pudo, no tenía más responsabilidades que eso -a causa de la suspensión en el trabajo- y sin embargo, estaba llegando tarde.

Trató de disimular su emoción al ver a Jack; pero, no podía evitar sonrojarse un poco

¿ Qué hubiese sucedido, si en lugar de pedirle que durmiese, adquiriera los servicios que él brindaba?.... De seguro, no podría verle a la cara nunca más.

Natación era la primer clase del día y nuevamente tenía la oportunidad de observar, las hermosas piernas del joker. Se preguntó como sería verle también el torso al desnudo y se ruborizó como si fuese un tonto; de seguro era más hermoso desnudo que vestido.

¿Por qué no se quitaba la ropa ante nadie?.

Le pusieron ese ridículo chaleco al igual que a Marcus. Se veía adorable, como si se tratase de un niño tierno e indefenso.

_ Billie Smart _ el profesor le despertó del ensueño en el que se hallaba sumido _... nadas muy bien _

_ Muchas gracias _ sonrió sin saber a que venía ese halago

_ Escucha, Billie... Hay una competencia de natación, en la cual, esta institución va a participar... ¿Te gustaría representarnos? _

_ Por supuesto _ respondió sintiéndose repentinamente muy animado.

Ese día regresó a su casa con la llave del salón de gimnasia en su poder. Entrenaría mucho, le encantaban los deportes.

Al caer la tarde, visitó a los niños en el hospital a pesar de que Pearl no fuese. Le había gustado muchísimo el poder compartir algo con ellos. Hacerles reír, era muy gratificante.

Hubiese sido perfecto si Jack le hubiese acompañado; pero, ¿Cómo haría para convencerle?. Últimamente sentía deseos de estar a su lado todo el tiempo y hacerle participe de sus mejores vivencias. Le había tomado un profundo cariño y eso de vez en cuando angustiaba hasta el punto de herirle.

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Giró la llave de la puerta del gimnasio e ingresó con paso lento. El silencio que reinaba en esa noche, en lugar de hacerle temblar del miedo, le tranquilizaba. Era como si nada malo pudiese pasarle.

Sus pasos hicieron eco en ese sitio. No estaba acostumbrado a que no hubiese gente allí; pero, lejos de que eso le disgustase, le hizo sentir bien. Eran bastantes las ocasiones en la que disfrutaba de su soledad.

Caminó hacia la piscina y se detuvo en seco. Una masa de cabellos rojos flotaba tapando la cara a su dueño, que estaba debajo del agua. Sin embargo, era más que obvio de quien se trataba.

Jack: The JokerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora