Capitulo 45

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Pasaron cinco días después de la "pelea" y no es que yo no quisiera hablarle a Zayn era solo que él no me había hablado. Nada de mensajes, llamadas o correos eso profundizó lo que Harry había dicho de él, simplemente no le interesaba. No tenía ni idea de en donde se había metido. Tampoco había hablado con ninguno de los chicos y mucho menos con Harry.

Aun que según estaba enojada con Harry no podía evitar querer hablar con él. Trataba de recordar el porque me había enojado pero solo regresaba a la conclusión de que, haciendo a un lado su enamoramiento, el solo me quería proteger y que otra prueba necesito para saber que él no se equivocaba. Él tenía razón como siempre y quería ir a decírselo o llamarle para derrumbar la pared de orgullo que estaba frente a mí, contarle la verdad y agradecerle por ser un excelente mejor amigo, solo que cada vez que tomaba el teléfono o doblaba en la avenida de su calle el miedo a que no me contestara o me cerrara la puerta en la cara eran mayor que cualquier cosa. Aun si iba y me paraba frente a él no tenía ni la más mínima idea de que le diría, seguramente entraría a su casa, lo empujaría, me recostaría en el sofá boca abajo y con mi cara sumergida en una almohada le diría la verdad.

Estaba en la última clase, la clase del señor Hooligan, un señor de cuarenta y tantos con la calva brillosa y con la coronilla canosa, usaba anteojos redondos y su barba de candado era teñida de color marrón. Nos daba física pero yo nunca entendía nada de esa clase solo pasaba lo poco que alcanzaba a ver de los apuntes y me dedicaba a mirar el ventilador a medio caer que daba vueltas sin parar enviando una brisa cálida.

Me sentaba en la parte de atrás del salón junto a un chico extraño llamado Carl y a una chica pelirroja la cual no sabía su nombre. Valerie y Amy ya no me hablaban, nunca me dijeron el por qué, de un día a otro dejaron de hacerlo y no las culpo, seguramente se dieron cuenta que les he estado mintiendo y decidieron dejar de hablarme, aunque fue un poco cruel ya que ellas eran mis únicas amigas aquí en la escuela... pensándolo bien eran mis únicas amigas y punto. Maldigo el día en el que acepte ser la novia falsa de Zayn.

La campana sonó haciéndome pegar un brinquito, recogí mis cuadernos metiéndolos a mi mochila y saliendo apresuradamente del salón. Cruce miradas con Valerie y Amy pero no paso de ahí. Camine hasta el estacionamiento para alumnos buscando mis llaves del auto en la bolsa. El martes me vi obligada a reparar mi auto, decidí que ya no dependería de nadie para que me llevara a la escuela. Aun que ya no podía depender de nadie ya que no le hablaba a mi mejor amigo ni a mi "novio". También mientras estaba en el mecánico esperando a que mi auto estuviera listo decidí que me conseguiría un trabajo, no me pareció correcto haberle pedido un préstamo de dinero a mi padre.

Metí mi mochila a la parte trasera de mi auto y me metí en el de un brinco encendiendo el motor y saliendo de la escuela directo a mi casa, llegue dejando todas mis cosas en la mesa del recibidor y me fui directo a la cocina. Saque algunos ingredientes del refrigerador y otros de la despensa, lave algunos vegetales, los piqué y los puse en un recipiente mientras el horno se calentaba, saque la pechuga de pollo convertida en un pequeño filete delgado, acomode los vegetales y el pollo junto con algunas salsas y lo metí todo al horno. Tal y como mi madre me había endeñado

Salí de la cocina y metí mano en mi mochila para sacar mi celular, no tenía ningún mensaje, como de costumbre. Me senté con mi celular en la mano para ver la tv en lo que estaba el pollo. Encendí la tv cambiándole de canal hasta encontrar algo bueno pero tocaron el timbre antes de que eso pasara. Me levante dejando mi celular en el sofá. Camine hasta la puerta y gire la perilla.

Mis ojos casi se salen de su sitio por la sorpresa que tenía delante de mí. Me quede pasmada cuando cruzamos miradas, llevaba una playera blanca un poco pegada que dejaba ver lo poco pero efectivo ejercicio que hacía, unos jeans de mezclilla deslavados y sus inseparables botines cafés. Su cabello estaba un poco revuelto y un poco de sudor brillaba en su frente. Pasee la mirada para ver si alguien venia con el pero al parecer estaba solo.

-¿Qué haces aquí?- le pregunte cuando salí del estado de shock.

-¿Crees que podamos hablar esta tarde?- pregunto el pasando su mano por su cabello dejándolo mas alborotado

-Estoy ocupada, pediré trabajo esta tarde- le conteste tratando de mantener mis ganas de abrasarlo

-Oh... puedo ayudarte- trato de sonreí pero claramente no se esperaba a que yo lo rechazara, me quede un momento en silencio. No pensé que fuera buena idea –Huele bien- trato de mirar dentro de la casa.

-Estoy cocinando pollo- le dije –Hay suficiente para ambos, ¿te quedas a comer?-

Harry levanto la mirada con una sonrisa delineada en los labios. Abrí un poco más la puerta para que pudiera pasar. Harry me acompaño hasta la cocina dejando su celular en la mesa del recibidor como siempre lo hace. Inhalo profundamente el aire de la cocina.

-De verdad huele delicioso- me dijo – ¿Pero sabes con que iría perfecto?-

-Puré de papas- le conteste con una sonrisa, el afirmo con la cabeza y se lavó las manos en el fregadero parándose para cocinar.

Saque algunas papas del refrigerador y se las lance a Harry el cual las lavo y empezó a picar, después las echo a un recipiente y con una especie de cuchara las empezó a aplastar, al cabo de unos veinte minutos el pollo y el puré de papa se encontraban servidos en la mesa junto con unas bebidas de limón que Harry también había preparado. Nos sentamos en la mesa, a mí se me hacía agua la boca y las trapas me rugían con ganas cada vez que me acercaba a la mesa. Al parecer a Harry igual ya que los dos al sentarnos prácticamente nos abalanzamos sobre la comida.

Terminamos de comer incluso más rápido de lo que habíamos hecho la comida y es que no es por presumir pero el pollo que yo había cocinado me había quedado delicioso y el puré de papas de Harry ni se diga. Todo había sido un auténtico manjar. Al terminar de comer Harry fue por helado a la cocina mientras yo encendía la tv en el canal de caricaturas, al poco tiempo Harry regreso con el bote de halado de chispas y menta y dos cucharas. Se sentó a un lado de mí y vimos las caricaturas hasta que nos terminamos el helado. Para entonces ya eran casi las cinco.

-Diablos, ya es tarde- me pare de un salto corriendo escaleras arriba. Escuché que Harry me seguía. Tome mi cepillo de dientes y me los cepille al mismo tiempo que me ponía un poco de rímel y blush.

-¿Tarde para qué?- pregunto Harry apoyándose en el marco de la puerta.

-¿No lo recuerdas?- le dije con el cepillo en la boca –Iré a pedir trabajo-



Mi mejor amigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora