Viviendo con los Benson

Capítulo 25 (Olivia Benson)

Es domingo, el día libre de la Unidad de Víctimas Especiales, y desde las diez he estado practicando con Danielle en Central Park. Cuando llegué ayer a casa del trabajo, estuve estudiando varias de las posiciones existentes en el futbol americano y también algo acorde a la altura de Danielle. Ella casi mide el metro con sesenta centímetros (algo alta para sus doce años), así que me he concentrado más en el ala cerrada, quarterback y cornerback, las dos primeras posiciones son de la ofensiva y la última es de la defensa. Invité a Lucy a que viniera, porque yo no puedo cuidar de Noah mientras practico con Danielle.

Eran casi las tres de la tarde cuando Danielle y yo dejamos atrás la posición de cornerback. Llevamos una hora lanzando pases. Cuando yo lanzo, ella corre como si estuviera en un partido, haciendo movimientos como si persiguiera a un ofensivo y ella bloquea los balones, practicando la posición de cornerback. Cuando ella lanza, yo actúo como si fuera su receptor. Después de un rato, Dani comienza a quejarse de que tiene hambre.

―Olivia, tengo hambre desde las dos―dijo ella azotando el balón en el suelo.

―Tenemos que seguir entrenando―dije haciéndome hacia atrás lista para correr en distintas direcciones antes de que ella me lanzara un pase.

―Pero ya quiero comer―Dani me miraba a los ojos, enfurecida, pero de pronto, sus ojos oscuros comenzaron a irradiar alegría.

―Lanza un pase más y te llevo a comer.

―De acuerdo.

Danielle tomó el balón del suelo y yo corrí. Ella lanzó el pase y cuando atrapé el balón con un pequeño salto, alguien me tlaqueó. Cuando estuve en el suelo, después de la caída propiciada por la tacleada, vi que el hombre que lo hizo es Elliot. ¡Elliot!

―Deberías de fijarte más en los otros jugadores, Liv―dijo él de manera divertida.

―¿Qué haces aquí?―preguntó Dani acercándose a nosotros.

―Me dejaron salir antes y aquí estoy―dijo Elliot quitándoseme de encima.

―¿Me puedes llevar a comer? Tengo mucha hambre―dijo Dani mientras Elliot me ayudaba a levantarme.

―Te dije que si lanzabas un pase más te llevaría―dije sacudiéndome el pasto que se me pegó a la ropa.

―Olivia, son casi las cuatro de la tarde, ya deberían de haber comido―dijo Elliot de manera severa.

―Lo sé, pero se me olvidó todo lo que pasaba en el mundo. Te tengo una pregunta, Elliot, ¿cómo fue que nos encontraste?―dije tratando de imitar su tono.

―Con la aplicación del iPhone de Buscar Amigos―él me dedicó una sonrisa enorme, que hace notar que está orgulloso de sí mismo.

―Tendré que cambiar de teléfono―bromeé y Elliot rio.

―Ni se te ocurra―dijo él dándome un beso en la mejilla.

Fuimos a comer a un McDonald's cercano a Central Park. Es la primera vez que veo a Danielle comer tanto. Pidió dos hamburguesas de tamaño mediano, un refresco grande, unas papas fritas de tamaño normal y un McFlurry de óreo, y no sé si comió tanto porque no ha comido nada desde hace horas o porque nunca ha comido en un McDonald's. Supongo que es por las dos razones. Cuando Noah se acaba su comida, Danielle y él se van a los juegos infantiles, y como somos las únicas personas en el establecimiento, los encargados del lugar no tienen objeciones de que Danielle haga uso de los juegos. Elliot y yo nos quedamos solos en la mesa.