Capítulo 74 (Danielle Stabler)

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Después de una semana esperando a que Asuntos Internos tuviera una resolución sobre mi caso, por fin me han llamado. El posible último día de mi vida ha llegado.

Amanda y yo no decimos palabra alguna durante el desayuno. Ambas sabemos que todo puede acabar hoy o seguir igual que siempre. Yo sé que soy inocente, pero, ¿qué habrá dictado Tucker? ¿Me llevará ante la Corte o hará cómo si nada hubiera ocurrido? Cómo me encantaría haber muerto en aquel departamento hace siete años, así no estarían sufriendo Elliot, Olivia y mis hermanos. Ellos me hicieron feliz, pero yo les di lo contrario.

Después del desayuno, Amanda y yo nos lavamos los dientes antes de dirigirnos al lugar donde conoceré mi destino.

(...)

Cuando llegamos al edificio de Policía, encontramos a Casey en el vestíbulo, cómo quedamos el día anterior. Veo que Amanda le dice algo, pero no alcanzo a oírlas de hecho, no escucho nada. Me siento demasiado absorta de este mundo. Sigo a las dos hasta el elevador y después de cerradas las puertas, Amanda presiona el botón del piso de Víctimas Especiales y Casey de Asuntos Internos.

Cuando las puertas se abren en el piso de Víctimas Especiales, mis ojos se encuentran con los de mis padres. A pesar de que Elliot está serio, puedo notar como la tristeza lo embarga. La sonrisa triste que me dedica mi madre me hace tener el deseo de correr e ir a abrazarla, pero eso sólo haría que ambas nos sintiéramos peor.

Termino agachando la mirada para evitar las de mis padres, aunque la que más quiero evitar a toda costa es la que me dirijo a mí misma dentro de mi cabeza. Ésta me acusa por hacer perder todo a la familia que me dio una vida.

Cuando las puertas del elevador se abren en el piso de Asuntos Internos, levanto la cabeza, enfrentando con la vista a todos los presentes. Todos me ven con una sonrisa y eso sólo puede significar una cosa. Yo voy a morir en la cárcel. La sonrisa de Tucker es la que más dice eso. Sin decir nada, Casey, él y yo comenzamos a caminar hacia la misma sala de interrogatorios. Al entrar, veo que no está la videocámara de la vez pasada.

Por favor, siéntense—nos dice Tucker con demasiada amabilidad. Yo arqueo una ceja.

—¿Está feliz porque voy a ir a la cárcel?—pregunto sarcástica.

—Todo lo contrario.

¡¿Qué?!

—Siéntense por favor, tenemos mucho de que hablar y por favor quiten esa cara de asombro—mi madre pensaría lo mismo que yo en este momento. Que la persona que tenemos frente a nosotras no es el Capitán Tucker.

Mi abogada y yo nos sentamos frente a Tucker sin poder dejar de estar asombradas por su actitud.

—Danielle, la verdad, estoy muy sorprendido, al igual que toda la Policía, por lo que hiciste—¿acaso se dan discursos así siempre que te van a llevar a la Corte?—. No niego que gracias a las grabaciones, podemos acusarte de posesión de droga y cuasi-secuestro de dos policías de alto rango pero, Asuntos Internos ha decidido ignorar esas faltas a la Ley—vuelvo a arquear una ceja—, porque tú has ayudado a atrapar a un narcotraficante y sicario que también buscaba el FBI y nunca pudo encontrar.

—¿Eso quiere decir que soy libre?—la felicidad se hace demasiado presente en mi voz.

—Aunque me decepcionaste un poco al principio, quiero decir que siempre lo fuiste, sólo que hace una semana eras sospechosa.

Viviendo con los BensonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora