Capítulo 36 (Elliot Stabler)

1K 82 12
                                    

Estoy trabajando arduamente en mi escritorio, además de estarme comiendo lo que Olivia había comprado en la máquina expendedora hace unos minutos. En cuanto la dejé sola junto a la máquina, encargué a un restaurante una orden de coctel de frutas, acompañada de yogurt y jugo de naranja natural. Dijeron que tardaría quince minutos y ya ha pasado media hora desde que hice la llamada.

En el momento en que me estaba terminando la bolsa de gomitas que compró Olivia, veo a un muchacho entrar a la Unidad. Trae puesto una gorra y una playera verde limón, además de una bolsa de plástico en la mano que tiene el logotipo de un restaurante vegetariano. Ese debe de ser mi encargo. Camino hacia el joven con algunos billetes en la mano para pagarle.

―¿Es usted Elliot Stabler?―pregunta el muchacho al mismo tiempo que mira el ticket de compra.

―Sí, ¿cuánto es?―digo y recibo la bolsa que él ya me estaba tendiendo.

―Doce dólares―eso sí que es barato.

Le entrego un billete de veinte dólares al muchacho y de pronto, veo como Olivia sale a toda velocidad de su oficina. De hecho, me empuja ligeramente cuando pasa por la salida de la Unidad. Sus labios me susurran un "lo siento", pero Olivia no voltea a verme.

―Quédese con el cambio.

―¿Está seguro?

―Sí.

Dejo la bolsa del restaurant a mi escritorio y corro a la salida. Cuando llego a los elevadores, veo como se acaban de cerrar. Pude distinguir a Olivia antes de que se cerraran. Sé que en el tiempo que espero a que llegue de nuevo el elevador, Olivia ya habrá salido, así que voy a las escaleras y las bajo a toda velocidad.

Cuando llego a la planta baja, veo a Olivia salir del elevador. Corro hacia ella y la detengo. Sujeto sus hombros y ella comienza a luchar para tratar de irse, pero no la dejo. Levanta su mirada hacia mí, cargada de tristeza, incertidumbre, desesperación, no sabría describir de que.

―Déjame, Elliot―dice Olivia sin dejar de querer liberarse de mi agarre.

―¿Por qué saliste corriendo?―pregunto al mismo tiempo que suelto sus hombros. Tengo que darle confort, tal vez así me cuente con facilidad lo que sucede.

―Tengo cosas en que pensar―ella volteó a ver la salida del edificio.

―No me contarás, ¿verdad?

Ella niega con la cabeza y yo suspiro. Acaricio rápidamente su mejilla. Pulso el botón para llamar al asensor mientras Olivia voltea a verme confundida y sorprendida, debe de ser porque no le he insistido en que me cuente lo que pasa, como normalmente ocurre.

―¿No vas a interrogarme?―pregunta. Yo me muerdo el labio y niego con la cabeza― ¿Es en serio?―asiento― ¿Ahora no vas a hablar?

―He decidido, más bien me he dado cuenta, de que si no insisto, tú puedes decirme todo de manera más sencilla.

Olivia arquea las cejas.

―Por tu propia cuenta―digo y ella asiente. Le dirige una mirada rápida a la salida―. Ya vete, nosotros nos haremos cargo por un rato―digo refiriéndome a mí y a los detectives.

―¿Te pasa algo a ti?―¿A mí? A mí no me pasa nada, la extraña es ella.

―Nada, a mi nada, a ti sí―ella abrió mucho los ojos.

Viviendo con los BensonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora