Capítulo 35 (Olivia Benson)

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Antes de que comiencen a leer quiero decirles que me van a amar en este capítulo :3

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Me despierto y veo que el reloj marca las cuatro de la madrugada. No puedo dormir pensando en los resultados del análisis de sangre. Sólo he estado dormitando a ratos. ¿Qué sucederá si llego a estar embarazada? ¿Elliot se quedará o se irá? ¿Qué pensará él sobre esto? ¿Cómo se sentirán los niños al enterarse? Noah no es quien me preocupa, me preocupa Elliot y Danielle.

Trato de volver a dormir, pero no tengo éxito y no creo llegar a tenerlo. Me libero de los brazos de Elliot y me levanto de la cama. Voy al baño y enciendo la luz para poderme ver en el espejo. Tengo cara de preocupación y me veo como si no hubiera dormido en días. Me doy una ducha para tratas de relajarme y ahuyentar los pensamientos negativos acerca del embarazo. Cuando acabo de ducharme salgo del baño y en la habitación me visto a oscuras, porque no quiero despertar a Elliot.

Voy a la cocina para desayunar. Planeo ir a trabajar para alejar todo de mi mente, o al menos intentarlo. A veces el trabajo es lo que más ayuda para alejar cualquier cosa de tu mente. Me tomo un tazón de cereal y un té, más al rato en la oficina me haré un café. Mientras desayuno pido un taxi. Al acabar de comer miro el reloj de pared, que marca las cinco. Sé que falta una hora para levantar a Danielle para que vaya a la escuela, pero ya le tocará a Elliot hacerlo.

Regreso a mi habitación y me acerco a la cama. Me quedo viendo a Elliot un momento y después le acaricio suavemente la mejilla. Él comienza a despertarse poco a poco. Prende la lámpara de la mesita de noche y cuando detecta que ya estoy vestida para ir al trabajo, abre mucho los ojos, soprendido.

―¿Qué haces despierta a esta hora, Benson?

―Iré a trabajar, no puedo dormir desde hace horas, sólo he dormitado―digo acomodándome mi bolso que ya cargo en el hombro.

―Ven a la cama y trata de dormir un poco―Elliot alisa las sábanas del lado de mi cama.

―¡No! Iré a trabajar, tú encárgate de despertar a los niños, darles de desayunar y llevarlos a la escuela. Iré en taxi a la Unidad.

―Olivia, no me parece que vayas a trabajar a esta hora.

―¿Por qué no?―comienzo a desesperarme. Necesito largarme ahora mismo al trabajo. No puedo dejar de pensar en que puedo estar embarazada con Elliot frente a mí.

―Porque simplemente no va a haber nadie ahí y yo no estaré para protegerte si sucede algo.

Oigo el sonido del claxon proveniente de la calle. Debe de ser el taxi que pedí mientras desayunaba.

―Ese debe de ser mi taxi, así que ya me voy.

―¿Puedo por lo menos convencerte de que uses el auto?―dijo Elliot como su último recurso, al mismo tiempo que tomaba mi almohada y se la llevaba a la nariz.

―No, tú lo necesitas para transportarte hacia las escuelas de los niños.

―No estoy muy convencido de dejarte ir, pero está bien, te veo a las ocho en la Unidad.

―Te amo, adiós.

Al llegar a la Unidad fui a encerrarme a mi oficina a trabajar. Comienzo a revisar todo lo que tengo que hacer para hoy, pero no puedo dejar de pensar en los resultados del análisis de sangre. Me tomo la cabeza con las manos y lanzo un grito de desesperación. Quiero llamar a Melinda, pero no puedo hacerlo, son las 5:30, una hora muy imprudente para llamar, aunque si hubiera un homicidio con relación sexual, la hora no importa, todas serían prudentes. No puedo llamarla y hacer creer a Melinda que hubo un homicidio.

Viviendo con los BensonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora