Despierto y siento un dolor inmenso en mi costado izquierdo. Miro a mi alrededor, dándome cuenta de que estoy en un hospital pero, no recuerdo bien porque estoy aquí. Una mata de cabello oscuro está extendida a un lado de mí, del costado que me duele, sus manos sostienen la mía y su espalda sube y baja a un ritmo regular. La persona que está a mi lado parece haber estado aquí desde hace tiempo. La observo con más atención. Olivia.
―Mamá―la llamo.
No responde.
―Madre.
Sigue sin hacerlo.
―Benson.
Mueve la cabeza y murmura algo que no entiendo.
―Olivia―muevo un poco mi brazo.
Sigue sin responder. Debe estar profundamente dormida.
Vuelvo a observar mí alrededor, buscando algo que me ayude a despertarla. A mi derecha encuentro una jarra con agua y un vaso lleno por la mitad. ¡Lo tengo! Me estiro lo más que puedo mientras siento un gran dolor recorrer mi cuerpo hasta que alcanzo el vaso con agua y después, lo vacío sobre la cabeza de Olivia. Ella despierta sobresaltada, mirando a su alrededor. Cuando sus ojos se encuentran con los míos, su mirada un tanto confundida se torna alegre.
―Hola―le digo con una sonrisa.
―¡Estás bien!―dice con alegría extrema y se lanza a abrazarme.
Por la brusquedad del movimiento, suelto un quejido de dolor. Mi madre se separa abruptamente y yo río con un poco de esfuerzo.
―Tranquila, no pasa nada―vuelvo a sonreír.
―Debo avisarle al doctor que despertaste―dice apurada.
Antes de que pueda contestarle, mi madre ya se levantó de su silla y salió de la habitación. En unos minutos, ella vuelve acompañada de un hombre que está entre los 30 y 40 años de edad, con su barba y cabello perfectamente arreglados, así como su bata bien planchada. El doctor Morrison, cómo se ha presentado el hombre, me hace una revisión de rutina, así como de los puntos que tengo en el costado izquierdo del cuerpo, y me dice que tendré que quedarme tres días más en el hospital.
Cuando el doctor Morrison se va, le pregunto a mi madre la razón por la cual estoy en el hospital.
―¿Acaso no lo recuerdas?―me pregunta confundida.
―Tengo una vaga idea, pero quiero estar segura.
Lo único que puedo recordar es algo entrando en mi cuerpo pero antes y después de eso, no puedo recordar nada más, sólo cosas muy borrosas.
―Unos hombres te sujetaron y te enterraron un cuchillo en el costado izquierdo de tu cuerpo, pero estás viva, eso es lo que cuenta―me dice con una sonrisa triste.
Poco a poco, esos recuerdos borrosos se hacen claros. Veo a Marcus Snead junto a dos hombres, me sujetan y ahí es donde el cuchillo se enterró en mi costado. Tengo un vago recuerdo de haber visto a Olivia antes de perder la conciencia.
―¿Cuánto tiempo llevo aquí?―pregunto refiriéndome al hospital.
―Casi tres días, el coma en el que te indujeron se extendió un poco―la sonrisa de mi madre se torna un poco más alegre.
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Viviendo con los Benson
FanfictionDespués de que la adopción de Noah fuera oficial, la detective Olivia Benson siguió llevando su vida igual que siempre, hasta que un caso volverá a cambiar su vida al igual que Noah lo hizo. Conocerá a una chica de doce años llamada Danielle Cooper...