Capítulo 57 (Olivia Benson)

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Las relaciones familiares han mejorado mucho desde que hace una semana, cuando Danielle me invitó a ir por un café. No ha habido riñas desde ese día, todo ha sido paz y amor en el hogar. Es extraño no pelear con mi hija, creo que lo extraño un poco, no sé porque.

―Hoy prepararé la cena―me dice Danielle antes de salir de mi oficina. Vino a visitarme al trabajo.

―¿Puedo hacerte una pregunta?―le digo justo antes de que se vaya.

―Sabes que sí.

―¿Por qué actuado extraño toda la semana?

Desde el día de la entrevista, Danielle me trata bien y a su padre igual, hace la comida, limpia el departamento, ayuda a sus hermanos con sus tareas, incluso me pide que Elliot y yo llevemos trabajo a casa para que ella pueda ayudarnos. Danielle nunca se había comportado de una manera tan generosa en toda su vida por lo cual, su comportamiento se me hace extraño y un poco sospechoso.

―¿A qué te refieres?―me pregunta con una sonrisa.

―Nunca has sido tan generosa en tu vida.

―No lo había notado―Danielle levanta los hombros inocentemente―, aunque si me he sentido un poco más alegre.

―¿Alegre?

―Sí, todo está saliendo como esperaba, seré la mejor abogada penalista de Manhattan. Ya lo verás.

Cuando me dijo hace dos días que había mandado la solicitud para la facultad de leyes me molesté un poco, pero lo guardé en mi interior. Prefiero que estudie leyes a que esté en la Academia de Policía.

―Espero que un día trabajes conmigo, encerrando criminales―le digo con una sonrisa y ella me devuelve el gesto.

―Ya verás que sí―Danielle me guiña un ojo―. Madre, no quiero dejarte, pero tengo que hacer tarea y cocinar.

―No te preocupes hija, tú ve.

Danielle me da un beso en la mejilla antes de salir de mi oficina. Antes de seguir con el papeleo que tengo que hacer me quedo viendo al techo, con mi cabeza recargada en el respaldo de la silla. Al ver el techo, siento que veo el cielo y así, agradezco a Dios por el cambio tan drástico que Danielle ha tenido, pero alguien entra en mi oficina, arruinando mi momento de paz.

―Teniente Benson, buenas tardes, ¿podría hablar con usted?

―Claro que sí, Capitán Tucker, pase por favor―le digo señalándole una de las sillas frente a mi escritorio, aunque no lo he volteado a ver.

―Tengo que hablar seriamente con usted―en cuanto escucho esas palabras me levanto a cerrar la puerta de la oficina.

―¿Qué ocurre, Capitán? ―le pregunto cuando vuelvo a sentarme― ¿Sobre qué quiere hablar?

―Sobre su hija y otros asuntos.

Cierro mis ojos un momento. El sentimiento de enojo comienza a aparecer en mi interior. ¿Qué has hecho ahora, Danielle Landrum Stabler?

―Permítame un momento―le digo a Tucker después de abrir mis ojos.

Salgo de mi oficina rápidamente, buscando a Elliot. Cuando llego a su escritorio, él me mira asustado. Lo tomo del brazo, obligándolo a levantarse.

Viviendo con los BensonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora