Viviendo con los Benson

Capítulo 8 (Olivia Benson)

Hola, perdón por no haber subido capítulo en mucho tiempo. Acabo de iniciar la universidad y pues, se me hace difícil estar mucho tiempo en la computadora.

Por cierto, cambié el nombre de Jocelyn a Danielle porque me enojé con alguien de quien tomaba el nombre "Jocelyn", y como no tengo intención de recordar a esa persona cambié el nombre de la niña a Danielle. En el siguiente capítulo pondré el booktrailer corregido :D

Después de hablar con el detective Tutuola, fui a jugar con Danielle y Noah. Ella es tan dulce, tan inocente, que en cuanto la ves, ya la quieres demasiado. Me alegra que el caso de las muertes de sus padres sea totalmente incapaz de armarse. Tengo posibilidad de cuidar de Danielle, así como lo hago con Noah.

Como a las nueve, todos nos dirigimos a cenar. Yo me serví un sándwich de jamón, a Noah le preparé su biberón y a Dani le di un plato de cereal "Rice Krispies" que compré antes de ir a recogerla a la unidad. Puse a Noah en su silla para bebés, y a Dani le di su plato y una cuchara. Mientras yo le daba su biberón a Noah y comía mi sándwich, ella miraba la cuchara sin tomarla.

—¿Pasa algo, cariño?—pregunté y ella levantó sus ojos temerosos hacia mí.

—¿Puedo comer con una cuchara de metal?

La miré perpleja. ¿Cuchara de metal? ¿Cómo comería en su casa en el pasado? Sus padres son unos hijos de perra.

Un instinto protector se apoderó de mí. Me levanté de mi asiento y fui con ella para abrazarla fuertemente. Yo ya había vivido un infierno, ¿cómo fue el de Danielle? Seguramente igual o peor que el mío.

—Claro que puedes—le dije separándome de ella.

—Es usted... Eres muy buena.

—Tú lo mereces.

Las dos continuamos comiendo, ambas con una sonrisa en el rostro, incluso Noah soltaba risitas de pronto. La felicidad inundaba el aire.

Al acabar de cenar, acomodé el sillón de la sala para que Danielle durmiera ahí. Ella se puso un pijama que le compré y se acostó, cerrando los ojos con una paz enorme. Su vida ahora estaba tranquila. Yo la ayudaría a superar su infierno, así como mi terapeuta, Noah y todo el equipo me había ayudado. Le di un beso en la frente y me fui a mi habitación junto con Noah. Coloqué a Noah con cuidado en su cuna y yo me fui a mi cama, dispuesta a dormir con la misma tranquilidad que Danielle.

Desperté de pronto gritando. Unas manos habían tocado mi espalda, pensé que era William Lewis, aunque ya está muerto, aún tengo pesadillas con él a veces. Miré a mí alrededor y ahí estaban los ojos de Danielle mirándome.

—¿Sucede algo, cariño?—pregunté invitándola a sentarse en mi cama. Ella aceptó de inmediato.

—No puedo dormir.

—Cuéntame que está pasando en esa cabecita tuya—una sonrisa apareció en sus labios, pero desapareció de inmediato.

—Pienso en casa, en la forma en que vivía. Tengo pesadillas de mis padres tapándome la boca para que no gritara mientras me golpeaban en el estómago. Tengo miedo de que vuelvan. A veces me amarraban y me encerraban en el armario. No quiero decir más.

Ella había vivido un infierno, me pregunto si también la habrán quemado con cigarrillos como Lewis hizo conmigo.

—¿Alguna vez te quemaron con cigarrillos u otra cosa?—pregunté temerosa.

—Una vez, en la espalda. La otra fue con un gancho de ropa en el interior del brazo derecho—Danielle me mostró su brazo. La silueta de un gancho de ropa estaba ahí.

—Yo me voy a encargar de que nadie quiera hacerte daño de nuevo—le di un beso en la frente—. Quédate conmigo. Yo a veces también tengo pesadillas.

—¿Sobre qué?—en su voz había un destello de curiosidad y preocupación.

—Eres muy pequeña para entenderlo, pero algún día voy a contártelo todo. Ahora hay que dormir.

Danielle se acostó a mi lado y no me dormí hasta comprobar que ella dormía tranquilamente.

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