Capítulo 51 (Elliot Stabler)

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Olivia y yo estamos sentados en una sala de espera del hospital Mercy, aguardando a que dé la hora de la cita de Olivia con el ginecólogo. Liv se ve tan tierna con su vientre que ha crecido un poco de hecho, en ocasiones me gusta molestarla a manera de juego con que se ve adorable y un poco gordita. La verdad es que sí se ve adorable. Estoy emocionado porque esta vez estaré con Olivia en su cita.

―Te vez linda―le digo mirándola fijamente.

―¿Ahora cambiarás la palabra adorable por linda?―me pregunta Olivia tratando de ocultar la sonrisa que se quiere asomar en su rostro.

―No lo digo para molestarte, esta vez lo digo porque es verdad. Esa es la razón de que no haya usado la palabra adorable.

―Y yo sé volar―dice Olivia con sarcasmo, esta vez sí sonríe.

―Entonces, ¿nuestro bebé volará?―sé que eso la hará enojar, pero se ve preciosa cuando se enoja y, cuando interroga sospechosos o testigos, se ve aún más preciosa que de costumbre.

―Cállate―Olivia me da un golpecito en el hombro mientras ríe y yo finjo que me duele. Le paso un brazo por lo hombros y beso rápidamente su mejilla.

Daría mi vida entera por haber conocido a Olivia antes que a Kathy. Mi esposa tiene todo lo necesario y más para ser la mejor mujer que existe de hecho, es la mejor.

―¿Olivia Benson?―dice un señor de cabello negro con múltiples destellos de canas y con una barba de dos días más o menos, sacando la cabeza a través de una puerta cercana a nosotros.

Olivia y yo nos levantamos para después caminar hacia esa puerta. Dejo que Olivia pase primero al consultorio. Después de entrar cierro la puerta. El consultorio es principalmente de color blanco. Hay un escritorio, varias repisas con utensilios médicos, una camilla, tres archiveros y sillas, además del aparato de ultrasonido. Detrás del escritorio está sentado el mismo señor que nos llamó para que pasáramos. Encima de su escritorio hay una computadora, una impresora, un block de notas y un envase lleno de lápices y plumas.

―Siéntense, por favor―dice el doctor señalando las dos sillas frente a su escritorio.

Olivia y yo aceptamos la invitación.

―Doctor Wells, quiero presentarle a mi esposo―dice Liv con una enorme sonrisa.

―Harold Wells, encantado de conocerle―el doctor y yo estrechamos las manos por encima del escritorio.

―Elliot Stabler y yo soy el encantado de conocerle―elevo un poco las comisuras de mis labios.

―¿A qué se debe el milagro de que se haya presentado hoy con su esposa?

―Es la primera vez que Olivia me dijo que tendría cita―digo y el doctor niega con la cabeza. Unos segundos después su mirada seria se clava en Liv.

―Te dije en la primera cita que lo trajeras a la segunda―el señor Wells regaña a Olivia a manera de juego. Lo sé por su tono de voz y la sonrisa pintada en su rostro.

―Esta es apenas la tercera cita―dice Olivia después de haber soltado una risita.

―Da igual, él tiene que venir pero bueno, esta cita no es para regañarte. ¿Cómo te has sentido? ¿Sigues comiendo gomitas de la máquina expendedora de tu Unidad?―Liv se ruboriza de inmediato. Yo la miro arqueando una ceja.

Viviendo con los BensonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora