Ƹ̵̡Ӝ̵̨̄Ʒ░ღT E M P T A T I O Nღ░Ƹ̵̡Ӝ̵̨̄Ʒღ{R.Z.K.}{R+} {Terminada} {EDITANDO}ღ

«Capítulo 38» Fortuna y desgracia.

Hoy por la mañana Shannon desayunó conmigo y con mis padres y después decidió que era tiempo de irse a su casa, yo tomé un baño después de que ella se fuera y me encerré en mi habitación con los libros de medicina que ya tenia desde hace semanas pero que no había podido estudiar gracias a los constantes planes de Shannon.

-Señorita Ford, su madre la llama por teléfono.-Tocó la puerta una de las empleadas que identifique como Miriam.

Me levante de la cama y me estire hasta llegar a la puerta, me tendió el teléfono y después se retiró.

-¿Hola?-Conteste volviendo a la cama a la vez que me ponía a recoger mis libros.

-Sky, tu padre y yo estamos en la empresa, no olvides invitar a tu amigo para cenar.-Dijo mi madre un tanto emocionada.

Creí que lo habían olvidado.

-Claro... Veré que puedo hacer.-

Después de esa corta conversación nos despedimos y tome mi celular para revisar la hora.

¡Por dios! Apenas y tenia media hora para adecentarme antes de que Richard viniera por mi.

Corrí al baño para tomar una ducha rápida e inmediatamente después de que termine corrí a mi armario para ver que podía ponerme, ni siquiera sabía a donde íbamos a ir, así que ahora estaba en un gran problema, nunca antes me había preocupado tanto por lo que me tuviera que poner, pero esto era especial, así que no quería ponerme cualquier cosa para desentonar con el lugar.

No se cuanto tiempo pase dando vueltas por toda la habitación viendo las prendas, hasta que Merlía vino.

-Abajo la buscan señorita Ford.-Entro a la habitación y me miró un tanto apenada al verme solo envuelta en una toalla.

Era obvio que era Richard, o eso suponía yo, ya que no había recibido antes ningún mensaje en el que me confirmara que ya venia.

Si no quería ir desentonada debía de ver a Richard... Aunque estuviera en una toalla.

Por favor Ala, no permitas que piense que soy una cualquiera por presentarme ante él en estas condiciones.

Me miré en el espejo y no pude evitar que mis mejillas se enrojecieran al verme en solo una pequeña toalla blanca y mi cabello mojado cayendo por mis costados y espalda. Esto iba a ser difícil.

Por lo menos pensé en ponerme mi ropa interior. Me acerqué a la puerta y salí por el el pasillo a la vez que me dirigía a las escaleras y bajaba al living.

Para mi fortuna y desgracia, era Evan, estaba como la última vez, observando mis fotos que estaban sobre la chimenea, así que consideré en regresar escaleras arriba silenciosamente para que no se percatara de mi presencia.

Hasta que me tropecé en las escaleras por estar mojada aún.

-Hey, ¿estas bien?-Me ayudó a incorporarme y me cargo hasta llevarme al sofá.

-Estoy bien, gracias...-Mis mejillas estoy segura de que estaban sonrosadas a mas no poder.

La mirada de Evan me recorría por completo y yo no tenía ni idea de como moverme ni como cubrirme para que no se me viera nada que no debiera.

-¿A que has venido?-Pregunte suavemente al sentir su mirada sobre mi.

-¿Vas a salir?-Respondió de forma seca.

-Si.-Era mejor que supiera de una vez que me vería con Richard. No tenia caso que le ocultará algo.

Además él no tendría porque meterse en algo mío.

-Con ese sujeto. ¿No es así?-Se cruzó de brazos y se sentó en el sofá que estaba frente a mi, solo una pequeña mesa ratona con un bonito arreglo de flores blancas y violetas nos separaba en este momento. Y vaya que lo agradecía.

Solo logré asentir de manera afirmativa a la suposición de Evan, lo que al parecer no le agrado mucho, lo supuse por su ceño fruncido y sus labios que estaban en una dura y firme linea recta, además de que sus manos estaban cerradas en puño.

-No entiendo que es lo que tiene ese sujeto que no tenga yo.-Su voz parecía demasiado molesta al hablar.

-Yo... Evan, no hagas esto.-Apenas y podía hablar, no sabía realmente que decirle.

Porqué... ¿Qué se le dice a una persona en esta situación?

En este momento yo estaba en una situación demasiado desconocida para mi, no tenia ni la mas mínima idea de que contestarle a Evan Fischer. ¿Qué podía decirle? "Verás Evan, Richard tiene unos ojos maravillosos que con el simple hecho de verlos me hacen volar, hacen que tenga sueños hermosos, su voz es musica para mis oídos, sus brazos me estrechan contra él de manera que me hacen sentir bien. Tu no me haces sentir eso Evan. Lo siento." Claro que si Ford, eso es perfecto, sí, como no.

-Vamos Sky, tu me has dicho en mi cara que te gusto.-Se levantó del sofá y camino hasta mi para después inclinarse delante mío.-¿Acaso has cambiado de opinión?-Para este momento su rostro se estaba acercando cada vez más al mío. Cosa que me hacia sonrojar y me hacia sentir incómoda.

-¿Evan...? Estas muy cerca...-Mi espalda chocó justo en ese momento contra el respaldo del sofá impidiendo que me pudiera seguir separando de Evan.

Muchas gracias señor sofá, ahora ya no tendré la oportunidad de seguirme separando de él.

-Sky... Creo que sabes perfectamente bien, aunque no me conozcas tanto, que no hago esto muy a menudo con cualquier chica.-Su mirada estaba puesta en la mía, por lo que nuestros ojos hicieron contacto aunque lo evitara.

Sin darme cuenta lentamente nuestros labios llegaron a rozarse causándome una sensación de nerviosismo en el momento en el que sentí una pequeña corriente eléctrica recorrerme en la nuca erizando me un poco los cabellos de esta.

-Señorita Ford, el señor Krüspe la busca.-La voz de Miriam nos interrumpió del seguro error que estábamos a punto de cometer nuevamente.

¡Gracias Miriam, de verdad!

¿Acaso es mucho pedir que yo tenga un día normal? Solo quiero encerrarme por todo un día en mi habitación y estudiar mis libros de medicina. No estar en el living de mi casa envuelta solamente en una toalla y con un chico sumamente guapo casi encima de mi cuando está a punto de besarme. Y mucho menos cuando la persona a la que espero desde hace horas ha llegado y me ha encontrado en una situación comprometedora con alguien.