IX

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Dylan se negó a la peluca y se puso una gorra, lo convencí de que usara otra, ya que siempre llevaba la misma.

-Debe estar transpirada y sucia-dije poniendo cara de asco y tirando la gorra al piso.

-Hey! No hagas eso, siempre la llevo a todas partes.- él la levantó.

-Mira tiene la parte de adentro negra, eso es sudor- la tome e hice como si la estuviera oliendo- PUF! Huele horrible!- La tiré al piso otra vez- deberías lavarla.

-Deja de tirarla, buscaré otra.

-Deberías usar algo más. ¿Seguro que no quieres la peluca?

-No. No me haré pasar por Hannah Montana.

-Era una estupenda idea.

-Claro que no. - Tomó otra gorra de su armario, esta era negra- ¿Mejor no?

-Sí, al menos no es verde.

Se la puso. Él llevaba pantalones grises de algodón y una camiseta negra. Y yo, la ropa de siempre.

Salimos del hotel y le regalé a Sally una sonrisa que nos miró odiosamente.

-¿Vamos a ir en tu auto?

-La idea es no llamar la atención- acotó Dylan como si le estuviera hablando a una niña.

-Tú decidiste comprarte éste auto, si no querías llamar la atención podías haber elegido otro, como un.... ¿Qué auto es Herbie?

-¿Herbie?

-Sí, la película de Lindsey Lohan y su auto, de Disney.- puso cara de no tener ni idea.-¿No la conoces?

- No importa, y yo no compré este auto, me lo regaló mi tío por un cumpleaños.

-Vaya regalo...¿Entonces caminamos?

-Sí.-Comenzamos a caminar- la idea es alejarse lo más posible del hotel, para que no sepan que yo estoy parando ahí.

-Si no quieres que se enteren donde te estás hospedando, deberías ir a mi hotel, nadie imaginaría que estás ahí.

-Buena idea. Pero no lo haría ni por otro auto.

Caminamos un rato en silencio y yo no podía creer que estaba con Dylan O'Brien. No sabía si estaba soñando o si era real. Parecía un sueño de verdad. ¿Le caía bien a Dylan? Iba a tomar con él un helado. En mi vida había pensado que eso algún día sería posible.

-Has recorrido la ciudad?- Dylan me despierta de mis pensamientos.

-No, no he tenido tiempo.

-¿Por qué? ¿Me estabas siguiendo?

-Eso quisieras - aunque esa era  exactamente la verdad.

Llegamos a la heladería y Dylan, otra vez, pagó.

-¿Por qué siempre soy yo el que paga por todo?

-¿Solo fue la pizza y un helado.

-¿Por qué nunca lo dividimos?

-Tú eres el del dinero.

Empezó a llover pero yo lo seguí a él. Creo que íbamos al parque. Aunque ninguno de los dijo una palabra. No sabía si Dylan se había enojado. Llegamos al Rose Park.

-Está lloviendo, ¿nos vamos a quedar?- No respondió- ¿Estás molesto? Por favor solo fue una broma.- Me miró a los ojos y comienza a correr.

-Deberás alcanzarme si quieres volver a tú hotel en auto y no caminando.

¿Qué hacía? Comencé a perseguirlo pero él era más rápido.

-Eres muy lenta. -Él estaba apoyado en un árbol.

-¿Y qué sucede si no consigo atraparte?

-Volverás a tu hotel caminando bajo la lluvia....sola.

Pronunció esa última palabra como si estuviera disfrutando de ésto. En el parque no había nadie. Y yo estaba empapada. Él también

-Si llego a la parte tupida de árboles, pierdes. - anunció.

-Es injusto.- protesté.

-Es un reto. Lo aceptas o no?

-Sí.

La parte del parque que Dylan decía se encontraba a su espalda a una distancia de dos cuadras más o menos. El parque era enorme.
Comenzó a correr y yo lo seguí, estaba a unos 5 metros de él.

-¡No seas lenta!

En ese momento él se distrajo y se resbaló cayendo en un charco de barro.
Corrí para alcanzarlo.

-¿Estás bien?

Él se estaba levantando y cuando estoy a unos pasos comienza a correr otra vez. Demonios, era rápido.

Dylan estaba a 100 metros de los árboles.
Corrí más rápido y yo también resbalé en otro charco de culo. Me empapé todo el jean con barro. Dylan solo se rió y siguió corriendo.

-¡¡¡Voy a matarte!!!- gruñí como Shrek y me levanté.

De vez en cuando uno se caía pero el otro sólo se reía y seguía corriendo.
Él, por supuesto, llegó al los árboles primero y se internó más en el parque. En realidad allí parecía un bosque. Cuando llegué me dieron escalofríos. Las copas de los árboles tapaban la luz y hacían que todo sea más húmedo y tenebroso.

-¿Dylan?- No lo veía por ningún lado.- ya ganaste tú, sal.

Entré más adentro de aquel bosque y él no aparecía. Las raíces de los árboles entorpecían el camino

-No es gracioso.

Entonces escuché algo entre los pastos y se movieron.

-Yo, me voy, tú ganas.

Comencé a salir de aquel bosque y algo me perseguía, no sabía si era Dylan o algún otro animal. Tropecé con una raíz de árbol bastante grande y caí al piso. Entonces algo me tomó del hombro y le golpeé con mi codo en la panza. La persona-animal, (estaba muy oscuro y sucedió tan rápido que en ese momento no sabía lo que era), cayó al piso.

-Espera-dijo.

Pero no le hice caso, me levanté y le di una patada.
Seguí corriendo pero la persona, ahora sí, me tomó de la cintura.

-Sueltame!
-¡Basta soy Dylan!

Giré y lo vi, estaba casi peor que yo.

-Pegas fuerte Hannah.

-Lo siento, me asusté. ¿Estás bien?

-No debí traerte aquí- corrió el cabello que estaba en mi cara y lo puso tras mi oreja.

-Por favor dime que no te rompí nada, y no llames a la policía. - Sonrió.

¿Se puede amar tanto a alguien?

-Claro que no. Tal vez soy delgado pero soy más fuerte de lo que crees.-

Aún tenía sus manos en mi cintura. Me acercó más hacia él, miró mis labios y me besó.

Enamorada del Sr. O'BrienDonde viven las historias. Descúbrelo ahora