VIII

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No me arrepentí, pero fue el error más grande que pude haber cometido. Puse mis manos en su cintura y vi sus ojos, sus hermosos ojos azul-verde grisáceos. Era difícil saber de que color eran.

-Ahora sí debo irme.

-¿Crees que me darás un beso y todo estará bien?

- En realidad no, lo siento por lo que dije, pero no puedo estar contigo, tengo novia y si los paparazzi se enteran...

-Serás un maldito mete cuernos.

-Si...

-Que ya lo eres...-dijo como en trance mirando el piso..

-Hey! - dije molesto.

-¡ Es cierto!- levantó la vista.

- Sí, es verdad.

- ¿No podemos encontrarnos a escondidas, con tu gorra y yo.... Con peluca?

- ¿Y si nos ven?

- Está bien, tú usaras la peluca.

- No!

- Por favor! - hizo puchero.

- Deja de hacer eso! Te comportas como una niña.

- Pero me veo tierna.- me reí.

-Debo irme.

- Promete que no te cambiarás de hotel.

- Lo prometo. - Ella sonríe. Qué hermosa sonrisa.

Salí del hotel y llamé a Alf para que me viniera a buscar.

-Y....Ha estado callado, ¿cómo le ha ido?

- Bien.

- ¿Solo eso? Son las 4 de la mañana.

- No hicimos nada Alf, si es lo que insinúa...- Alf se rio, vaya viejo.

-Entonces, ¿qué hicieron?

-Pedimos pizza.

Ese día me acosté feliz, hacía mucho tiempo que no me pasaba eso. Esa chica de verdad me gustaba, había pasado solo un día con ella pero eso había bastado. Era hermosa con su cabello largo castaño, sus piernas largas ( por favor Dios, que Britt me perdone ) y sus ojos azul-verde grisáceos. Era un crimen que pensara en ella, pero ¿quién me aseguraba de que Britt ahora no estaba haciendo lo mismo?

Al otro día Roxi-Dori-Ana fue la que me despertó golpeando la puerta de mi cuarto.

-Señor O'Brien!! Despierte!!

Miré la hora: las 4 de la tarde. Sí que había dormido.

Golpearon otra vez la puerta. Me metí en el baño y trabé la puerta, con aquella chica había que tener cuidado.

- Entra! - Le grité.

Se escucharon sus pasos por la habitación y se detuvieron frente la puerta del baño. Comencé a bañarme.

- Dyl, ¿me escuchas?

- Sí - dije, por desgracia.

- ¿Viste a la chica nueva? Emmh cómo es su nombre... La encargada de tu cuarto. Hylla, Hazel, Anabeth, Holland..

- ¿Hannah?- No era el único que era malo recordando nombres.

- Sí, esa. Los vi saliendo juntos anoche del hotel...- Demonios, lo que necesitaba.

- Sí ¿y?

- ¿Salen?

- No, somos.....¿amigos?- No sabía que decir.

- Tal vez la despida. Está llegando tarde. 20 minutos de retraso. Vine porque tal vez, tu sabías algo de ella.- No es cierto, lo único que quería esa maldita era molestarme.

-No sé nada de ella.

En ese momento salí del baño, tapándome de la cintura para abajo con una toalla, y no era azul, era blanca.

-Vete debo vestirme.

-Puedo quedarme si quieres- Puse una cara de asco que no sabía que podía hacer.

- Vete antes de que te tire del balcón.

- UF! Qué mala onda!

En ese preciso instante llega Hannah y se asoma en la puerta.

-Oh, no quería molestar, yo... Hola.

- Hola! - nunca estuve tan feliz de verla, en realidad era la primera vez que estaba feliz con que ella apareciera.

- Al fin llegas querida! - Roxi- Dori- Ana pareció notar mi felicidad- Estás despedida. Llegas tarde y éste era tu segundo día, no debes llegar tarde el segundo día. Lo siento. De todos modos, no servías para el trabajo. Adiós, Hannah, Dyl.- Salió de la suite.

-Lo siento- le dije.

-Nunca un trabajo me había durado tan poco.- Se sienta en la cama y yo a su lado. Le pongo mi mano en su hombro. - Tal vez quieras vestirte.

-Oh, sí!- me levanté.

-Me iré.

-No espera, puedes darte vuelta y ya.

-Si no te molesta. - Giró y tomé ropa del armario.

- ¿Por qué llegaste tarde?

- Me levanté tarde y además el bus se retrasó.

- ¿Perdiste tu trabajo y no fue por tu culpa? - terminé de vestirme y la tomé del hombro haciéndola dar vuelta.

-Te vistes muy rápido.

-Sí, así es.

-No me importaba el trabajo, lo tomé para molestarte.

-¿Y qué hay del dinero? No me digas que en realidad eres una actriz famosa rica que está loca por mí.- Ella se ríe, buena señal.

- Claro que no. Pero puedo conseguir trabajo en otra parte. además el horario era terrible.

Salimos de la habitación y Alf nos esperaba en la sala de estar.

-Por qué dejaste entrar a Roxi, Alf?

-Se llama Sally- me corrigió Hannah.

-Como sea.

-Ella tiene llave de todas las habitaciones. - respondió Alfred.

-Eso es muy peligroso.
-Sí, lo es- Convino la chica de cabello moreno.- ¿Quieres ir al parque? ¡Traje peluca!

-Sí que estás loca- dije moviendo la cabeza en desaprobación.

-Tú saltaste de un balcón para escapar de una chica que el único mal que podía hacerte era desarmarte la cama.

-Ella puede hacer más que eso. Es una zorra.

-No la conozco, pero no es más que una chica de veinte que está encaprichada contigo.

-Jamás creí que sería tan irresistible.
-¿Quieres ir o no?
-Sí, se me antoja un helado, pero no usaré peluca.

-Traje una rubia y otra con rulos rojiza, ¿cuál quieres?




¡Cuánto me divierte escribir ésto!!!!! Gracias por leer!!!

Enamorada del Sr. O'BrienDonde viven las historias. Descúbrelo ahora