XVII

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Luego de que la mesera zombie se alejara para traernos lo que le habíamos pedido, Dylan comenzó con el cuestionario. Había que confesar que yo estaba cansada, tanto que cuando la chica blanca trajo la comida yo estaba con la cabeza apoyada en la mesa durmiendo.
Ella tenía un ánimo de perros y hablaba e iba tan lento que podía hacer dormir al chico más hiperactivo. Se tomó una foto con Dylan y le pidió un autógrafo que éste tuvo que escribir en una servilleta.
Luego se lo quedó mirando con una sonrisa, pero no una como la que tienen los niños felices, sino una fría como diciendo "voy a aprovecharme cuando estés desprevenido" y no quería saber para qué. Dylan hizo un gesto con la mano, como el que haces para que un chusma se vaya.

-Oh, si perdón- dijo ella y se fue a la barra pero no dejó de observarnos. Sacó su celular e iba a filmarnos. Dylan puso una cara fastidiosa y yo no lo soportaba cuando se ponía así.

-Disculpeme...-Me acerqué a donde ella y leí su nombre en la placa de su remera-Carmen, he conducido por cuatro horas para un concierto al cual no pude llegar, he chocado un auto de miles de dólares que no se como voy a pagar, estoy tan cansada y molesta que podría pegarle una..., ¿puede dejar de molestarnos e irse a hacer lo suyo?

Ella me miró sorprendida y Dylan también.

-Yo, l-lo si-siento - tartamudeó.

-Gracias-sonreí lo mejor que pude y volví a sentarme.

-¿Qué ha sido eso?-preguntó Dylan cuando volví a mi siento.

-Odio cuando te molestas, eres realmente molesto.

Comencé a comer mi hamburguesa como si fuera el último plato que comería en mi vida. De verdad tenía hambre, y no tenía porque comportarme como una dama frente a él.

-Volviendo al tema, ¿cómo demonios conseguiste mi hermoso auto? ¿Y mi número?

-Mmmhmmh mmhm-dije masticando.

-¿Qué? ¿Puedes tragar antes?

-Iba a ir al concierto de Miley y no tenía como, entonces le pedí tu auto a Alfred y como tú lo habías despedido me dijo que sí.

-Así que el viejo quería venganza...-murmuró.

-¡Dylan!

-Está bien, continúa...

-Él antes de eso, me había ido a visitar y me mostró un vídeo de Britt en el que habla de ti...

-Esa perra..-murmuró otra vez mirando con la vista perdida en la ventana.

-Sí, no puedo creer que te criticó cuando ella hacía lo mismo.

-Esa perra...-dijo de nuevo.

-¡Hey! ¿Me escuchas?

-Esa perra...

-¡O'Brien! - chasqueé mis dedos frente a su cara.

-Sí, lo siento- dijo sobresaltado- sólo pensaba en...nada. Olvídalo.

-En "esa perra"-imitándolo.

-Sí..-dijo con un tono de nostalgia, tal vez el que Britt lo haya engañado lo tenía mal.- Y...¿Alf te visitó?

-Sí, me dijo que lo echaste y que eras un idiota.

-¿En serio? Puede ser.

-Y me dijo que si lo necesitara lo llamara y me dio su número, que al parecer era el tuyo.- obviamente no iba a contarle la parte en que Alfred me había dicho que él tenía la cabeza en la luna y yo podía traerlo de vuelta a tierra.

-Y chocaste en el camino.

-Lo siento, en serio te lo pagaré, tal vez en seis o siete años...

-No, está bien.

-¿Qué? Estás loco. Lo haré...

-Hannah-habló con voz arrogante- puedo comprarme tres de esos autos si quiero.

-Claro, por qué no pensé en eso.-dije cruzándome de brazos. Dylan abrió la boca para decir algo, pero la mesera se acerca.

-Aquí está la cuenta.

Dylan, como siempre, pagó.
Ninguno de los dos dijo una palabra hasta que llegamos a la habitación.

-Tú duerme en la cama, yo....lo haré en....-recorrió la vista por el cuarto- en la bañera.- solté una risa.

-¿Seguro? No, no puedo dejar que hagas eso.

-No es nada. No importa.

-¿El Dylan que se puede comprar tres Porsche va a dormir en la bañera?

-Te estoy haciendo un favor.-se puso molesto.

-¿Ah Sí? Porqué no dices la verdad, te "estorbo", y lo que no entiendo es por qué demonios no te vas a otra habitación en lugar de estar conmigo.

-¿Qué? Fui a buscarte, pagué el hotel, te hice bastantes favores y ahora voy a dormir en la bañera y te ¿enojas?

-¿Por qué estás ayudándome y si supuestamente soy una fan loca que te persigue y estorba?

Me crucé de brazos y Dylan se quedó sin palabras.

-¿Sabes qué? No respondas, está bien. No pienso pasar más tiempo contigo para que luego en los medios me dejes como una idiota a la que después insultan.

-Te hice famosa, deberías agradecerme. Por tu culpa Britt terminó conmigo.

-¡Ella fue la que te engañó, idiota!- me había pasado- no importa, gracias por todo. Duerme en la cama, la bañera o en el techo, yo me voy.

-Vete desagradecida.

-¡Eres un estúpido Dylan O'Brien!

Caminé hacia la puerta y la cerré detrás de mí. Dylan no me siguió y empezaba a lloviznar otra vez. La suerte estaba de mi lado hoy.

Enamorada del Sr. O'BrienDonde viven las historias. Descúbrelo ahora