XXXVIII

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-¿Y? ¿Qué dices?-pregunté emocionada

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-¿Y? ¿Qué dices?-pregunté emocionada.

-¿Quieres una respuesta ahora? No lo sé. Tengo que hablar con mi madre. Seguramente no.

-¡Vamos, Annie! Es sólo el centro comercial.

Sabía que Alf era un viejo en onda, pero también necesitaba la opinión de una chica. No quería ir al evento vestida como la esposa de Alf: la imagen de una anciana en minifalda adueñó mi cabeza. ¡Piensa en Dylan! ¡Piensa en Dylan!

-Puede ser peligroso.-dijo ella como si mi idea fuera tan descabellada.

-Si van a empezar a gritar en mi clase, es mejor que se retiren.-bramó el profesor de química que vestía una remera que decía "Grupo Tributo a Einstein" en letras grandes y con unas más pequeñas "el saber vale más que la fuerza". La remera le quedaba ajustada y se notaba algo desteñida, lo que le daba al profesor una imagen de loco despeinado con barriga.

Annie me regaló una mirada asesina y siguió tomando apuntes de lo que el profesor decía en su anotador rosa. Hoy llevaba su cabello negro lasio suelto y una camisa con jeans y zapatillas.

-¡Dile ahora por mensaje!

-No se debe usar en clase-susurró-Además, voy a hacerlo en la salida.

-¡Claro que se puede! Esto no es la escuela.-bufé- Está bien, pero necesito que vengas.

Asintió y siguió en lo suyo mientras yo pensaba en todo, menos en la clase, por supuesto.

En el receso para almorzar fuimos a la cafetería y ella sacó de su mochila su ensalada mientras yo comía un sandwich de salame y queso.

-¿Por qué quieres que te acompañe?-preguntó Annie.

-Porque no quiero ir sola. ¡Es un evento de estrellas de Hollywood! Tengo que verme bien y la opinión de una amiga siempre cuenta.

-¿Me consideras tu amiga? Nos conocemos desde ayer.

-Eres la primera aquí que no me ha juzgado por salir con una celebridad.

Sonrió.

-Tú tampoco me has juzgado como los demás, gracias por eso.-dijo con la mirada baja.

Le devolví la sonrisa y nos despedimos al terminar la jornada, yo caminé a mi hotel como siempre. Sentía unos pasos detrás de mí, giré pero no vi a nadie.
Caminaba por las calles del pueblito y sabía que alguien me perseguía.
Apuré el paso y me tocaron el hombro. Giré para ver quien era y me encontré con una chica rubia, alta que vestía un jean de tiro alto con un top y zapatos altos. Sí, lucía como las "populares de la secundaria" pero parecía ser grande como para ir aún.

-¿Por qué me sigues?-pregunté seria.

-Perdón, ¿Eres Hannah Carpenter?-me apuntó con su celular en mi boca como si fuera un micrófono.

Enamorada del Sr. O'BrienDonde viven las historias. Descúbrelo ahora